miércoles, septiembre 24, 2008

MANSHÁ LO QUE HAY QUE HACER

Ni siquiera me voy, sólo me encuentro taciturno, tres miserables días sin dar señales a los amigos, y suena el teléfono celular. La triste y lejana voz de un amigo dice: "Menos mal, me dijeron que habías palmado"
Para desgracia de alguien que dijo que he tenido un ACV y que era finado, y para alegría de mis acreedores, ¡estoy vivo! Y no tuve ningún problema cerebral, porque kdjakdjd kadjjqdff´6666 trrrrrrrrrrrrrrrrrrrrrrrrrrrrrrrrrrrrrrrr, the doo doo doo, the da da da, y el enroque.

Estoy fenómeno del cerebro.

Y entonces, para demostrar que soy yo, y no un doble de riesgo (porque tengo una escena de riesgo, como cuando abro el msn, que es pe-li-gro-sí-si-mo) hoy, a las 21, por fm ISER ( www.comfer.gov.ar ) voy a demostrar que sigo entero y hasta voy a dar una primicia, en mi categoría de columnista de "Culpa de Todos"; primicia que vengo guardando desde hace mucho. Aaahh, no sé, no sé. Habrá que escuchar. Es algo muy groso. Mmm, no sé.

Y a la próxima persona que le diga a algún amigo, familiar o allegado que espiché, doy nombres y apellidos para que los escrachen en los barrios y los señalen como diciendo, "mirá, ahí va Gabriela (pornele que se llame Gabriela) de Olivos, que dice que a Fulano de Tal le dio un A.C.V y ahora pesa 65 con cajón y todo. Pero parece que es mentira. Dicen, yo no sé, dicen, que le gusta mentir y decir esas cosas. Qué mina mentirosa y mala. Debe ser mala para decir semejante cosa". Y ahí, la otra señora que acompaña, contesta:

- sí, es mala. Me dijeron que el marido sale con la chica de acá a la vuelta...la flaquita.

- Aaah, sí. Pero ya la ves y parece que estuviera diciendo "rompo matrimonios, acá estoy"

- Ay sí. Decí que mi marido es decente, pero él me dijo que se le insinuó.

- ¿Y vos estás segura de que tu marido no hizo nada?

- ¿Pero qué me estás diciendo Alicia? ¡Por favor!

- Y bueno... viste que acá todo se sabe.

- Mirá, yo por Jorge pongo las manos en el fuego, porque será lo que será, pero infiel, no.

- ...

- ¿Qué me inisnuás?

- Ay Cecilia, date cuenta. ¡Jorge se acostó con todas!

- ¿¡Qué!? ¿¡Vos quién te creés¡?... Lo que pasa es que sangrás por la herida, porque Jorge jamás se fijó en vos.

- ¿Ah, no?

- ¿Ah, sí?

- Sííí. ¡Fuimos amantes dos años, hasta que llegó la flaquita de la vuelta!

- Qué bien, porque mientras vos te revolcabas con mi marido, yo lo hice con el tuyo...

- ¿Con Roberto?

- ¡Con TU Roberto!

- Siempre dije que tenía mal gusto.

- Sí, mirá...

Se genera una pelea entre las señoras que exceden los puños. Interviene un policía al que le sacan el arma, lo hieren levemente en una pierna, Alicia le pega un tiro a Cecilia, y ésta, malherida, le saca el revólver y le dispara. Ambas sobreviven por dispararse -textual del médico-" inadecuadamente en lugares casi irrisorios que no representan ningún peligro, salvo una molestia al servicio de salud". La prensa se hace eco de la situación y repiten la noticia infinitas veces. Los vecinos, indignados, rompen todo. Prenden fuego una unidad básica del PJ en Morón, piden la renuncia de todos los ministros del mundo, instauran un clima de miedo, se comunican por señas y condenan a la hoguera a todas las mujeres que viven en las calles de número impar por considerarlas "potencialmente peligrosas al orden y la vida cotidiana de un cristianismo bien entendido, que no acepta teorías erráticas ni conjeturas científicas, cuando se ha demostrado que todo, absolutamente todo, lo creó Dios. No hay lugar para las brujerías, que entendemos, ejercen las mujeres que habitan en calle impar".

Todo eso va a pasar...

viernes, septiembre 19, 2008

LOS EXTRANJEROS

Una noche, en un pueblo a las afueras de Ankara, todos sus habitantes se fueron a dormir sin notar nada extraño. No habría por qué notar nada extraño. Sin embargo sucedió un fenómeno que solo advirtió un extranjero: esa noche, mientras dormían, los habitantes de Ankara perdieron la memoria. Al despertar, las personas se dieron cuenta de que nadie conocía a nadie.
El extranjero, que iba en camino a los montes Pónticos y pasó la noche allí, vio con pavor como todos eran extraños. La escena que más llamó la atención (acaso la primera) fue cuando un hombre le preguntó a la mujer con la que vivía:
- ¿Usted es mi esposa?
- No lo sé. ¿Usted mi marido?
-replicó ella en plena confusión. El hombre pensó un rato en silenció y dijo “no puedo contestar eso, no sé ni quién soy”

La pregunta inicial fue de los dueños de la casa en donde se hospedó esa noche. Cuando se dio cuenta de que nadie recordaba nada, él le explicó al matrimonio quienes eran; aún así no recordaban sus nombres ni sus vínculos. El hombre desmemoriado agradeció al extranjero la inútil aclaración y en muy poco tiempo el rumor de que había en el lugar alguien que sí recordaba se desplegó en todo el pueblo. Las personas se acercaron a la casa a buscar al extranjero para preguntarles quienes eran, pero no tuvieron respuesta. No conocía a nadie, salvo al matrimonio dueño de casa.
Miró a quienes lo buscaban y vio la desesperación del olvido en sus caras. Salvo algunas excepciones, todos vivían ese momento como algo eterno. No habían olvidado que tenían vidas, o que estaban en Turquía. Sólo –como si fuera poco- habían olvidado su propia historia. El extranjero, en un acto muy piadoso, viendo la angustia de quienes preguntaban, les dijo que mentía, que sí sabía, e inventó a todos una historia. Y así fue tramando nuevas vidas. Algunas, misteriosamente (tan misterioso como el azar lo permite) coincidían con las historias pasadas.
Una vez contadas todas las vidas, el hombre se marchó a los montes y pensó, acaso para justificarse, que si no mentía, el destino del olvido se adelantaría injustamente. Pensó en el pueblo de Galveston, cuando en 1900 todos sus habitantes se fueron a dormir y no despertaron nunca más. De algún modo, dejar a un pueblo sin recuerdos es matarlos un poco.

A lo largo de la vida la historia se atreve a dar cambios inexplicables.

Cuentan que a las afueras de Ankara, una noche llegó un extranjero que, por designio divino, había llegado a clarificar “la noche del olvido” como llamaron los habitantes turcos a esas fatídicas horas. Cuentan los historiadores que un matrimonio le dio alojamiento porque él había explicado que antes de irse debería ayudar al pueblo. Nadie sabía cuando llegó (no lo recordaban, ni constaba en ningún documento) pero sí cuando se fue.
En el acta civil que comenzaron ese día – por precaución- se mencionaba a todos los habitantes del pueblo, sus direcciones y sus familiares. Sabían que habían olvidado todo y que el extranjero los había hecho recordar. También figuraba que emprendía viaje al norte, camino a los montes.
Misteriosamente nadie recordaba el nombre del extranjero.

El tiempo, que sabe mucho de estas cosas, no permite, a través de los hombres, que no cambie la historia, para no alterar al olvido.

lunes, septiembre 15, 2008

¡LA RADIO QUE SE VE!

¡Miren! Cómo no se hace un programa de radio.

(Bloque inicial de "Culpa de Todos", el miércoles pasado)

ACLARACIÓN: nunca supe que estaban filmando, pensé que sacaban fotos...si no hubiera sido solemne y moderado.

domingo, septiembre 14, 2008

EL PAÍS HOY

Música con Cornetas.
N.S.N presenta:

Otra edición de “El país, hoy”, el primer programa político conducido por Lito Marconi, una marioneta con hilos, tipo las del Capitán Marte o los Thunderbirds.

Lito: Qué tal, buenas noches. Bienvenidos a otra edición de “El país, hoy”. Esta noche, hemos traído a la mesa de debate más polémica. Debido a los innumerables llamados, porque no hubo ninguno, trajimos nuevamente al señor Carlos Mantana, reconocidísimo periodista ultra conservador. Nos acompaña también el señor Juan Carlos Iristaraycocihea, diputado por el Partido de Derecha Nacional; La señorita Andrea Pereyra Sarloba, asesora integral de marketing de la consultora Choto & Brothers; y el editor de No Somos Nada, Marcelo D’Onofrio.
Muy bien, el país se encuentra en una situación muy comprometida, por eso quisiera preguntarle al diputado Iristaraycocihea cómo ve al país, hoy.

Iristaraycocihea: Muchas gracias. En primer lugar, gracias Lito por invitarme. En segundo lugar, quiero agradecer a mi querido amigo Carlos Mantana, que está a aquí a mi derecha, por acompañarme en esta mesa donde hay gente, que no quisiera decirlo, pero que es un poco indeseable.

Mantana: Por favor, Juan Carlos. Te comprendo perfectamente. Es un placer compartir la mesa con vos y con la bellísima señorita Pereyra Sarloba, pero bueno...

Iristaraycocihea: Sí, no importa. No digamos nada más, porque el señor es muy sensible. Cabe destacar que la última vez casi se pone a llorar aquí.

MD: ¿De quién habla?

Mantana: Y...del señor Marconi no está hablando.

MD: ¡Entonces habla por mí! ¡Dígalo!

Iristaraycocihea: No, no. No sé. No escucho nada.

MD: ¿Cuándo lloré?

Iristaraycocihea: (ignorándolo) Ya está llorando de nuevo. Está bien. Lito querido, vos me preguntaste por el país, y la verdad que lo veo en llamas. Estamos, francamente, al borde del abismo. A cada paso que doy la gente me dice “diputado, ¿cuándo cortamos con la inseguridad? Por favor hagan algo; esto ya no puede seguir así con la inseguridad y dale que dale”. Esto ya está instalado en la ciudadanía, no es una idea mía, si no que la gente en la calle me lo hace saber. Sin ir más lejos, viniendo para acá una señora me dijo “señor, hay que terminar con el narcotráfico, nos tienen el país tomado los narcotraficantes. ¿A dónde vamos a ir a parar? Cortemos con los narcotraficantes y con el aborto, por Dios”. La señora estaba muy afligida, y yo le dije lo que ya sabemos y todos, que estamos atados de pies y manos por el neo progresismo que no nos deja implementar las leyes que debemos implementar.

Mantana: Qué lindo concepto, Carlos. Y dejame decirte que yo en mi tarea de periodista veo todos los días este reclamo que estás expresando. Ayer estuvimos en una marcha pidiendo de una vez la implementación del castigo como debe ser para los delincuentes, y sobre todo menores, que entran por una puerta y salen por la otra.

Pereyra Sarloba: De hecho, una encuesta nos indica que el 88% de la ciudadanía se quejaría muy fuerte si se necesita para frenar el avance del narcotráfico, y el 90% dice “¿por qué la plata del tren bala no la usan para combatir la inseguridad?

MD: ¿Eh? ¿Qué números son esos?

Mantana: ¡Ya está otra vez defendiendo lo indefendible!

MD: ¡No estoy defendiendo nada! Estoy preguntando los números de esa encuesta.

Mantana: No cuestione todo.

MD: ¡No dan los números! ¿¡No ves que dice 88% y 90%!? ¿Qué clase de encuesta es esa? ¡Abarca dos preguntas en una, y da cualquier resultado!

Pereyra Sarloba: (muy incómoda) Yo no sé. Lo que pasa es que la impresión ya viene así.

MD: A ver...

Pereyra Sarloba: No, no. Dejá.

MD: Por favor...

Pereyra Sarloba: No Marcelo, basta.

(Silencio muy incómodo en la mesa. Se escucha alguien que tose detrás de cámara)

Marconi: Retomando, Vos Carlos, ¿pensás que esto se puede recomponer?

Mantana: Mirá, Lito. Por lo que venimos palpando, con la impunidad que se mueve este gobierno, yo creo que estamos al borde del colapso. Tomemos de caso testigo la valija de Venezuela...quiero decir ¿amigos de quién queremos ser? ¿De Venezuela, con Chávez? ¿De Bolivia, que la maneja a piaccere un cocalero? El mundo avanza con otro dinamismo, y este país pierde una vez una oportunidad única.

Iristaraycocihea: Fijate, además, la demanda de alimentos del mundo. El planeta necesita soja, y nosotros les damos retenciones, criminales de 14 años fumadores de paco, droga libre a lo loco, porque la e-fe-dri-na va y viene, y aborto. No quiero ser alarmista, pero esto se va por la tangente. Por eso le digo a la gente que no escuche opiniones que desvían, ni falsos profetas, si no que escuchen la voz interior que pide orden, orden, orden. ¿Qué país queremos para nuestros hijos? Que nos escuchen, por eso mañana vamos a organizar un cacerolazo en contra de los que están a favor de los que están en contra.

Marconi: Me gustaría mucho saber la opinión del señor (lee la tarjeta) D’Onofrio. Se lo ve más gordo. Está más saludable que la última vez.

Iristaraycocihea: Debe ser por...

MD: ¿Por qué, a ver?

Iristaraycocihea: No, no. No quiero decir nada, a ver si llora. Nada más que se sabe que los progresistas tienen ciertas...debilidades, digamos, y por eso defienden lo que defienden. De golpe pierden 20 kilos, de golpe suben 5...y así nuestros hijos ven en personas como usted, no los míos a Dios gracias, pero un chico desprevenido lo ve a usted y dice “y ya que éssste sí, yo también”

MD: No entiendo lo que dice.

Iristaraycocihea: No entiende lo que no quiere entender, pero se comenta...

MD: ¿¡Qué se comenta!?

Iristaraycocihea: Y...no quiero decir nada, pero es bien obvio. Ese brillo en los ojos no se saca por el maquillaje.

MD: Yo te entiendo bien, pero estás muy lejos.

Mantana: ¡Se te nota la brillantina, pibe! Es una pena, pero demuestra a los (habla teatralmente, gesticulando) “¡grandes valores del progresismo!” Arrancan de jóvenes y a los 30, como mucho, palman. Un consejo, porque yo podría ser tu padre...

MD: A Dios gracias, no sos.

Iristaraycocihea: ¡Escuchá al señor! Sé respetuoso.

Mantana: yo te entiendo, pero, de verdad, sin rencores porque yo tengo hijos de tu edad, más gordo, más flaco...largá porque te vas a morir.

Iristaraycocihea: Te sentís King Kong, pero te arruinás vos.

MD: Yo no sé...yo no sé bien si ustedes dos están locos, o si esto es una ilusión. Por un momento me hacen gracia.

Mantana: No, gracia, no. Te lo dije bien claro: “se te nota la brillantina”, por eso estás a favor de la despenalización. Y si fuera, lo voy a decir claramente, si fuera “el porrito, fiera” (lo dice como en canchero) bueno, serías un bobo, pero ya lo otro...es difícil.

Iristaraycocihea: Sin contar el apoyo a los homosexuales. ¿No tenés sida ya?

MD: ¿¡Pero qué está diciendo!? Marconi, póngale un freno, o lo freno yo y no con palabras, precisamente.

Iristaraycocihea: ¿No ves que no se te puede hablar? Taaan democrático que sos. Los tipos como vos usan el fascismo como arma de comunicación. Acá hay un tema, que es obvio: un, no quiero decir adicto, pero un enfermo, porque estás enfermo, con dos enfermedades más, que no las voy a repetir.

MD: ¡Es inefable! Me hacen reír.

Mantana: Vos reíte...

MD: Mirá, creo que aumenté dos kilos...¡no sé ni por qué te digo esto!

Iristaraycocihea: ¡Aaaaay! El perseguido político.

Mantana: No se ponga en víctima

MD: ¿En víctima? Escuchame...me estás diciendo un montón de barbaridades ¿y me la tengo que fumar?

Mantana: Cada cual... Serás lo que serás, pero en el fondo sos buen pibe. Es tu vida.

Iristaraycocihea: Aparte no se lo acusa de nada de lo que usted esté en contra. ¿Está a favor de la despenalización de la droga?

MD: Querrá decir de la despenalización de la tenencia.

Iristaraycocihea: Dígalo como quiera.

MD: ¡No, no, no! ¡Acá te agarré! Es esta gente la que presta a la confusión de la opinión pública. Dicen una cosa que la hacen pasar por otra.

Iristaraycocihea: ¡No des más vueltas! Decí: estoy a favor de la merluza, de los trolos, del tren bala, de la valija, del descontrol en los boliches con sexo, sexo sexo, del aborto, de los pibes chorros, y del dale que dale y el sigue que sigue.

MD: Los voy a cagar a trompadas a los dos.

Mantana: ¡Ahí está! No niega nada y, como se desempeña todo este gobierno, se manifiesta de manera patoteril.

MD: ¡Yo no soy del gobierno!

Mantana: ¡La que se pierden! Porque ahora que estás más gordito, pueden ir con D’Elía a trompear gente decente que trabaja todos los días. Seguro que estabas a favor de las retenciones. ¿No te vieron en plaza de Mayo pegándole a la gente que se oponía a esta barbaridad? ¡Al pueblo!

MD: No, jamás estuve ahí.

Iristaraycocihea: Carlos, ¿sabés por qué se pega el virulazo? ¡Para creerle al INDEC!

Mantana: ¡Jajaja! Y seguro que pide que Moreno se quede.

Iristaraycocihea: ¿No fue a tomar un colegio en contra de Macri, usted que es tan progresista?

MD: No, no soy estudiante.

Mantana: Eso se nota.

Iristaraycocihea: Pero de todos modos, usted se puede asociar con sus amigos progresistas, y van y toman un colegio. En mi época si se te ocurría tomar un colegio, de sólo pensarlo, ¡ibas preso, viejo! Por eso le digo a la gente, que ahora que la juventud está desbordada, hay que empezar a tomar las riendas, antes de que sea demasiado tarde.

Mantana: Es que esto es un viva la joda. Están todo el día con el chingui chingui y el dale que va.

Pereyra Sarloba: De hecho, nuestro último estudio nos dice que la ciudadanía está indignadísima por la toma de los colegios y que no soporta el recorte de las becas estudiantiles, y a la vez opina que “hay que reventarlos a todos contra una pared, como antes; antes no se jorobaba” La palabra que usan es otra, pero nosotros lo damos así.

MD: ¡Pero una cosa o la otra! ¡Por favor! Esa encuesta dice cualquier cosa. ¿Y a quién le preguntan? ¿A santa fe y callao, el epicentro del campo?

Iristaraycocihea: ¡Y está en contra del campo!

MD: Estoy diciendo que la encuesta no es confiable, porque es contradictoria en todos los términos.

Pereyra Sarloba: (mirando de reojo, pero manteniendo la vista al frente, con cara muy seria) Es más confiable que algunos que dicen “te llamo mañana” y todavía estoy esperando...

(Silencio sepulcral)

Mantana: Nooo. Por favor, Sarloba, diga que lo que nosotros entendemos no es así. No usted, que es una mujer bien, mona, con futuro, un muy buen trabajo...

Pereyra Sarloba: (manteniendo la línea) No, no. Yo digo que existen hombres que sabiendo que una está por casarse después de cinco años de noviazgo, aparecen, seducen, se van y la dejan a una rompiendo un casi matrimonio y sin llamar desde hace un mes.

Mantana: ¡De nombres! Porque esa es una actitud típica del progresismo.

Iristaraycocihea: Yo no lo puedo creer. ¿Usted conoce a alguien que estaba por casarse y rompió todo por una relación fugaz? ¿¡Qué valores son esos!?

Pereyra Sarloba: (incomodísima) No, no...una amiga mía, que de golpe, vio en alguien todo lo que nunca pudo...como le dijo él “soy todo lo que tu papá te prohibió”. Y ella, creyó, pobre tonta.

MD: Andrea, por favor...

Pereyra Sarloba: (perdiendo la línea, pero no del todo) Andrea ¡qué!...¿Qué vas a decir? ¿A ver?

Iristaraycocihea: ¡Hable! Defienda una vez más lo indefendible.

MD: No, no. No estoy defendiendo nada.

Pereyra Sarloba: (Indignada) ¿Viste? Porque, te lo juro por mi vida, a mi amiga tipos no le faltan, y ella como una estúpida va y le cree al más mentiroso. (Sacadísima, perdiendo la línea del todo) ¿O perdiste el celular de nuevo? ¿O la boludita esa aparece otra vez y te dice (arrastra las palabras, pone voz nasal, despectivamente) “O Andrea o yo”. Y vos, (levanta la voz, muy alterada) ¡que sos un maricón, no te la jugás, como me la jugué yo, y vas de un lado al otro y yo como una pelotuda mirando el teléfono toda la noche esperando que suene! (se larga a llorar).

MD: ¿No podemos cortar y editar esto?

Marconi: (tomando un café en una taza chiquita, no hay que olvidar que es una marioneta) Lamentablemente, no. Bueno, se nos ha ido el programa de las manos y se nos pasó el tiempo volando, otra vez. ¿Una última reflexión?

Mantana: No, ahí está el progresismo expresado en todo su esplendor. La imagen es más que elocuente. Lamento que la señorita Pereyra Sarloba se haya visto envuelta en los enredos de esa clase de mentirosos. Espero que pueda reconstruir su vida con un hombre en serio, y no con esa clase de gente. Ahí lo tienen, ¡El ejemplo de la juventud!

Iristaraycocihea: Está todo dicho.

Marconi: Muy bien, amigos. Gracias a todos por venir. Un vaso de agua, por favor, para la señorita Pereyra. Nos vemos en la próxima emisión de “El País, Hoy”. Buenas noches.

viernes, septiembre 12, 2008

BREVE HISTORIA DE UN SUEÑO A DESTIEMPO

Tal vez sólo a mí me resulte divertida esta anécdota que viví ayer, porque viene sujeta a un sueño, pero quizás tenga su lado poético. Intentaré esforzarme para relatar esta historia lo mejor posible.

Como se puede advertir, una de mis nuevas aficiones y estudios tienen que ver con la máquina LHC. Me dio muchísima satisfacción saber que la puesta en marcha del acelerador fue un éxito. Estuve pensando muchísimo en el asunto, repasando principios físicos, releyendo algunos conceptos en ensayos que yo he escrito y publicado hace tiempo. En uno de ellos infiero que este experimento podría acercarnos a vislumbrar el final del universo. También dije que dentro de todas las cosas que se pretenden descubrir, se obtendrá poco y nada (pensamiento que Hawking ha desarrollado de manera formidable); pero lo que sí se descubra será (ya es el sólo hecho de que la máquina funcione) un cambio radical en todo. Este es el experimento físico más importante de la historia. Ya nada será lo mismo.

Ayer soñaba con una mujer que conozco. Mis sueños son espantosos, porque casi siempre sueño con gente que conozco. Guardo la esperanza de soñar con alguna mujer que no conozca aún, que se me revele de forma misteriosa. Cada tanto sueño algún argumento entero de historias que descarto, ya que los sueños no son buenos consejeros para los cuentos. Enredado en ese sueño, desperté por un ruido, como una explosión eterna que venía desde el cielo. Las ventanas temblaban. Fue en ese momento, cuando uno despierta y no sabe quién es, cuando aún no se ha recordado y no conoce, o no recuerda, sus desdichas, que escuché un grito: “¡el fin del mundo!”. No sé si soñé ese grito o si alguien lo dijo desde afuera. Y allí, en ese instante donde uno no es nadie y es todos, entre el sueño y la vigilia, aturdido por el ruido y el temblor de los vidrios, pensé: “¡falló la máquina! ¡Se acabó el mundo!
Fueron tres, cuatro segundos interminables, hasta que adquirí conciencia plena, y advertí que ese estruendo era un avión que volaba bajísimo, tal vez por la visibilidad, y cuando los aviones pasan tan cerca hacen un escándalo tremendo que dura muchísimo, en donde parece que se van a caer o a estrellar con algún edificio.
En esos casi cinco segundos sentí una extrañísima angustia al sospechar que todo se terminaba, que el planeta era absorbido por un agujero negro y que todo desaparecería en unos segundos más. Fue el momento más raro de mi vida. No es usual despertarse pensando que estamos en el fin del mundo. Lo raro es que no tuve miedo, sólo una sensación de tristeza. Inmediatamente llegó el alivio. Intenté dormirme de nuevo y me di cuenta de lo influido que estoy por este asunto.

Sin embargo no es nuevo en mí. Hace un tiempo había soñado algo parecido, un argumento en donde alguien inventa una máquina que pone en riesgo al mundo, y se lo conté a una amiga. Ella me dijo “¿Y por qué tendría que ser un día solo el fin del mundo? ¿No puede ser paulatino?” Le contesté que no, que es mejor que sea repentino y que en mi sueño, la imagen final del mundo era maravillosa: el cielo cambiaba de color y se derretía. Todo lo que no debía pasar, sucedía, y mientras la gente corría despavorida, yo veía, a través del personaje, este final como algo extraordinario y bello. Mencioné también la idea de Bioy acerca del olvido de todo. Él decía que toda la obra de la humanidad está destinada al olvido, porque, salvo que alguien se tome la molestia de trasladar todo a otro planeta, cualquier rastro del hombre se extinguirá ya que La Tierra tendrá su fin algún día.

Toda la vida me han tildado de fantasioso. Ahora, veo a la fantasía como un arma a mi favor. Por supuesto, si yo contara esta sensación del fin del mundo en el colegio de escribanos, me tomarían por loco; sin embargo, me alegra saber que mi pensamiento se acerca al de Bioy Casares y no al de los escribanos.
La imaginación, la fantasía, nos permite ir más lejos. El arte y la ciencia se basan en eso. Einstein, a los 15 años, le preguntó a su hermana “¿te imaginas lo que pasaría si uno pudiera sentarse en un rayo y viajar por el universo?” La ciencia requiere de preguntas que exceden a la realidad. El arte también.

Me imagino a un abogado pragmático diciendo “ese Funes, el memorioso, no puede existir porque nadie puede recordar absolutamente todo lo que ha visto en su vida al mismo momento”.

Por suerte existen personas que plantean cosas que van más allá.

Con mucha modestia, refiero una historia que me incluye. Hace algún tiempo, jugando con los límites del universo expansible, esbocé una teoría de diversos universos reversible, sucesivos y continuos, que se contraen por la expansión de los que están allí donde se piensa que no hay nada (ya que la nada no existe, es un concepto, pero no existe). Basado en la ley de fuerza, sería algo así como “este universo se expande, por lo que detrás hay algo que ejerce una fuerza menor. Tal vez ese algo sea otro universo con planetas que jamás conoceremos, y que está condenado a desparecer mientras este universo lo contrae a través de su expansión; y luego, otro universo sucesivo, que también se expande, contraerá a este que ejercerá menos fuerza y entonces todo esto también desparecerá, y así hasta el infinito”.
Dije eso ante algunos hombres de bien, grandes abogados y hombres pragmáticos. Fui mirado con desdén y tomado por un tipo muy poco serio.
Luego enuncié la misma teoría con escritores, matemáticos, científicos y me sonrieron diciendo “es una idea muy interesante”.

No es mérito mío, si no de ellos, que entienden que para descubrir algo, o para acercarse a la belleza, hay que conocer ciertas reglas y jugar con lo imposible. A partir de allí, se pueden obtener conclusiones o lograr buenos resultados artísticos. Ese es mi trabajo. Como dijo Borges: La obligación del artista es convertir los sentimientos en aritmética. Si no lo hacemos, nos sentimos muy desdichados.

Y sobre la angustia y no el miedo del fin del mundo que tuve al despertar, me despido explicándolo con una auto cita de una reflexión anterior sobre este tema: "Hasta es poético y heroico que un planeta vuele por los aires por los malos cálculos de una máquina y no por desidia. Es mejor reventar en pos del descubrimiento que morirse creyendo que el I-Phone es el mejor invento del mundo”.

miércoles, septiembre 10, 2008

MISCELÁNEAS

Esto es algo de lo que más me gusta. Si queda algún lector de la primera hora, algún lector de la doctrina de base y no de estas derivaciones, sabrá de mi afición a las misceláneas. De todos modos, los hay más jóvenes, más grandes, mas entusiastas, más doctrinarios, todos se llaman de diferentes maneras, pero todos somos nosomosnadistas

Ordenando unos papeles encontré muchos apuntes de mi paso por la universidad. Allí, había un pedazo de hoja arrancado (luego entendí que fue intencionalmente para salvarlo de cualquier intento de ir a parar a la basura). Esa hoja era un examen de Psicología aplicada a la Publicidad. En la respuesta número uno, que fue la única que sobrevivió a la rotura y el olvido, decía esto: "Luego de la aplicación del catéter ventricular, comprendió todo. ¿Cómo es posible que existan 25 cuervos por cada serpiente? Clara preguntó."

¡Clara preguntó! Creo que fue en ese examen cuando me di cuenta de que estaba en la carrera equivocada. La respuesta me parece muy original, lo que no comprendo aún es por qué escribí "Clara preguntó" luego de la pregunta y no antes...misterios de la vida.

Es posible (o no, todo está sujeto a modificaciones) que hoy sea el último día del mundo. Ya sabrán, como venimos diciendo en este blog, que hoy se activa "La máquina de Dios", esa maravilla de la nanotecnología que pone en riesgo al planeta entero.
Breve resumen: la máquina, construida por el mismísimo diablo, y enterrada a las afueras de Ginebra, es una especie de centrifugador subterráneo de 27 km de diámetro (yo escribí una vez aquí, que como mucho tenía 10 kilómetros, demostrando mi ingenuidad e ignorancia)que gira a una velocidad tremenda (aquí en La Nación dice " 0,9999999% de la velocidad de la luz o hasta mil millones de kilómetros por hora" pero 0,999... etc debe leerse como 1 -eso lo digo yo a riesgo de equivocarme-) y logrará un choque de partículas que imitarán la creación del universo.
Algunos críticos dicen que esta máquina va a generar un agujero negro que podría absorber al planeta (la primera teoría implicaba un desfasaje espacio-tiempo a 10 km a la redonda, y se fue ampliando a todo el mundo).
Hay muchos científicos implicados en esto y lo cierto es que la máquina parece segura, pero no es imposible que los cálculos fallen.
Hay dos cosas que se pueden inferir: La primera, obviamente, es que este experimento cambiará la física para siempre.
La segunda, es que una de las funciones de la máquina es comprobar la existencia del Campo de Higgs, un espacio que ocupa el vacío mismo en donde las partículas que no interactúan con otras toman masa cero. El campo de Higgs, sería en sí, una partícula elemental aun incomprobable.
Si no me equivoco, Einstein (y lo hemos citado hace poco) en el tercer anal de La Teoría de la Relatividad, explica, a través de las ecuaciones relativas, que un cuerpo cuanto más se acerca a la velocidad de la luz, toma volumen cero, masa indefinida y se lentifica el tiempo, ergo, ningún cuerpo puede viajar a la velocidad de la luz. E=MCª ("ª"= al cuadrado, no sé como se escribe en esta computadora la potencia). Nada puede adquirir ese volumen ni esa masa.
En la Nación hay una sub nota en donde el genial Stepehen Hawking dice que apostó 100 dólares a que no van a encontrar el campo de Higgs. "Creo que sería mucho más excitante si no lo halláramos. Eso demostraría que algo está mal y que necesitamos pensar de nuevo muchas cosas. Aposté 100 dólares a que no vamos a encontrar el Higgs".

Yo, que de esto no entiendo nada, espero que no aparezca tal partícula y que Hawkin tenga razón, y que Einstein también siempre haya tenido razón, porque de lo contrario...

Si por alguna casualidad este llega a ser el último día del mundo, me gustaría despedirme diciendo "No hice otra cosa que buscar la belleza allí donde los demás no veían nada. Creí siempre haberme acercado a algo, pero a cada paso notaba que la grandeza del mundo es demasiada para un solo hombre. Así me alejé, sin darme cuenta, de donde partí y jamás llegué a ningún lado. Sin embargo, aquí, en medio de la nada, sigo buscando, acaso como si sólo mi propio final fuera el único límite".
En caso de que el todos sobrevivamos a estos científicos que ponen a la humanidad en riesgo por una partícula, aviso que aun no pagaré ninguna de mis deudas.

Y si sobrevivimos, podemos escuchar para festejar, a las 21 hs, por FM ISER (www.comfer.gov.ar) "Culpa de Todos".

Me voy, esperando que nos volvamos a ver.




El dream team de la radio (el extraordinario Martín Calcabrini, la espléndida Heidy Barrientos, y uno que pasaba por ahí, en pleno trabajo)

lunes, septiembre 08, 2008

LA CONCIENCIA DEL CHANCHO

Borges escribió alguna vez que Espinoza entendió que todas las cosas quieren perseverar en su ser. La piedra eternamente quiere ser piedra, y el tigre, un tigre.
Espinoza, en sus encíclicas, sugirió que si la piedra tuviera conciencia de estar cayendo, pensaría que lo hace por voluntad propia.
Hay un fenómeno de conciencia que merece ser resaltado: la conciencia del chancho.
El chancho, al igual que muchos animales (tal vez todos) desconoce su condición porcina.
El perro, que es perro y tampoco lo sabe, tiene otra forma de conciencia: moldeable. A un perro se le puede hacer creer que es un mueble. De hecho, el perro cree, si está rodeado por personas, que es una de ellas.
En cambio, el chancho puede vivir con una familia humana y jamás se reconocerá como un integrante. La conciencia del chancho es abstracta, acaso como si fuera un silencioso testigo de la realidad. El animal no sabe si es un pedazo del mundo o si está incluido en él.
Podemos ir más lejos: si un chancho reencarnara otra vez en su condición, sería lo mismo porque desconoce su propia memoria.
La clave de la conciencia es la memoria; pero el chancho no recuerda nada.
Algunos dicen que ese desdén por el recuerdo es intencional. Sin embargo, me permito refutar esa idea. El chancho desconoce su pasado como su expectativa futura. Todo en este simpático animal es presente.
El perro, por el contrario, necesita de una memoria aunque sea corta. Eso le posibilita, por ejemplo, ubicarse en el espacio, por ende también en el tiempo. Cualquier perro puede ir y volver a lo largo de veinte cuadras con cierta ubicación. Reconoce las casas, la gente, las calles; hace un estudio de su alrededor. Por eso no hay chanchos en la ciudad. Simplemente se perderían al dar el primer paso y cada centímetro de cuadra sería su casa perpetua.
El perro, quizás también los caballos, una vez que adquieren conciencia sobre sí mismos (falsa o real) recuerdan algunas cosas y, gracias a esa pequeña conciencia del tiempo, espacio y condición, interpretan el presente. Por supuesto que no pueden proyectar hacia el futuro. Pero la conciencia del chancho es tan persistente en su ignorancia porcina, que ni siquiera puede imaginar sus múltiples posibilidades futuras, por ejemplo, ser un jamón.
Si el chancho supiera que es un chancho, sabría, por una concatenación lógica, que indefectiblemente va a ir a parar a una góndola de supermercado o a una parrilla. Si llegara a sospechar eso, inmediatamente una angustia se apoderaría de él y ya no querría seguir siendo lo que es. Intentaría expresarse, escribir una poesía, perpetuarse en el tiempo. Pero no. El chancho sigue ahí, ignorando cualquier posibilidad. Nada le importa, nada lo afecta. Tampoco puede gozar de ese presente continuo. Vive despreocupado, sin sospechar nada, ni siquiera que está vivo.
La indiferencia del chancho es proverbial. Uno puede hablarle durante años y decirle “vos sos un chancho, vos sos un chancho”, pero sería inútil.
Es por eso que la conciencia del chancho es persistente. Y también por eso, el chancho es inmortal. Desconoce todo. Quien ha visto a un chancho, los ha visto a todos. No hay ninguna diferencia entre un cerdo nacido en las pampas argentinas y uno escocés. Ni siquiera nacidos con cien años de diferencia. La conciencia, al no tener memoria, es la misma, y todos los chanchos son uno, y todos son del tiempo y todos del olvido.

No estaría mal tampoco creer que el chancho sabe que es chancho, y que no tiene escapatoria a su condición. Por eso mantiene un sabio silencio. Porque sabe que no hay nada que decir y que nada puede hacer. Pero de ser así, sólo su conciencia lo sabe. Quizás el chancho quiere perseverar en su ser, y de algún modo, lo logra.

viernes, septiembre 05, 2008

GRACIAS

Debería ya haber pasado la etapa "blog-diario" pero no puedo (ni debo), dejar de agradecer a todos los amigos que me han saludado. La verdad me sorprendieron; creo que jamás me llamaron tanto para un cumpleaños. Y yo, que soy un poco negado a los festejos y a los saludos, esta vez me sorprendí mucho y me han ganado con cariño. Espero estar a la altura de la amistad de todos los que llamaron o mandaron un mensaje. Entiendo que estoy rodeado de gente de mucha calidad y cariño, y no lo digo porque den gestos amistosos conmigo, si no porque se les nota y aprovecho esta excusa, para yo saludarlos a ustedes.
Que se acuerden de uno y encima se tomen la molestia de saludar, de pasar por casa, es todo un hecho.
Es bueno saber que uno está más acompañado de lo que cree.

A todos los que hayan tenido la deferencia de estar aquí hoy, gracias.

Larga Vida a Los Amigos.


Y ahora, que estoy entrando casi en los 20, me voy a dedicar a representar bandas, y como retribución, les dejo este adelanto de una agrupación (o conjunto) que va a ser un boom. Yo creo que va a caminar.



Y siguiendo en plan de fiesta, otra vez Metropoli, pero con su nuevo corte (es muy pegadizo el estrebillo "mi amooor, se va a coagular, presionado por tu contractura") -todo esto último robado descaradamente del blog de Marchi-.

lunes, septiembre 01, 2008

EL PERSISTENTE SUEÑO DE ARENA

Las cárceles, como la arena, son eternas. Me atrevo a comparar, con cierta vulgaridad, a la cárcel con la arena, porque mis sueños son invadidos por la arena. No veo otra cosa que una infinita sucesión de granos que intento contar uno a uno. Maldito sea el que dijo que el sueño es la libertad del preso. En mis sueños no hay libertad alguna, solo es la prolongación de la condena.
Quién sabe hace cuánto estoy aquí encerrado; tal vez yo lo sepa, o tal vez no. No hay diferencia alguna. No recuerdo el mundo tal como era cuando yo era libre; menos puedo imaginar cómo es ahora, después de tantos años. Algunos hablan de progresos (muchos inverosímiles, sé que me mienten), pero en verdad ya no me interesa saber ni conocer nada de lo que esté afuera de estas paredes.
Cada vez que me duermo, abatido en el desgano, vuelvo a soñar con la arena. Ahí estoy parado en millones de kilómetros de arena. Ni siquiera se ve un horizonte. Alguna vez, al principio, supuse que este sueño significaba una especie de reloj. Alguna noche vi que los granos tomaban formas. Sabía que en cada uno de ellos había una clave, algún significado. Mi misión, mejor dicho, la misión del que soy cuando sueño, es descifrar y unir esas claves. Por eso los sueños se han vuelto pesadillas: porque ese falso reloj mide un tiempo variable en un espacio fijo pero indeterminado. Aquello que debería ser una evasión, no es más que un calvario.
Cuando despierto, todo sigue allí: imperfecto.
La cárcel es un infierno. No porque el mismísimo diablo mande aquí (que lo hace), si no porque el infierno toma su condición de infernal al ser eterno. No es la tortura lo doloroso; lo doloroso es saber que no hay final para esa tortura. La incertidumbre, la espera del fin de la condena, el no paso del tiempo (o el paso lentísimo y agobiante) es lo que convierte a este lugar en un lugar infinito y doloroso.
He visto hombres morir bestialmente. He visto la humillación y todos los males posibles. Y he visto, en los condenados perpetuos –como yo-, al ser asesinados, morir con una sonrisa. Esa es la imperfección del infierno: la grieta que permite el escape, el fin del tormento. No hay aquí otra cosa más cercana a la caricia de Dios que la muerte.
Yo no muero y mi infierno se hace físico y mental. He llegado a pensar que el mundo es de arena, que yo soy de arena, y que la cárcel es un sueño. Daría lo mismo. Si no he muerto aun, es porque sé que los destinos son inalterables; y el mío es averiguar qué hay detrás de ese sueño.
Los muros son altos, demasiado altos. Piedras chicas, piedras grandes. Paredes infinitas. Cada ladrillo, cada piedra es como un grano de arena: esconden algo indescifrable. Tal vez la cárcel es la prolongación de la memoria de los muertos. Otros presos han visto estas paredes miles de veces. Por eso siento que yo soy ellos, porque en mi memoria persisten sus más espantosas esperas. Cuando yo me haya ido, vendrá alguien que recordará las mismas cosas que yo recuerdo en este momento. Así como la muerte nos iguala, los recuerdos aquí ejercen la misma democracia y la misma agonía. Llevamos una memoria común.
Veo a los otros e imagino sus pasados. No me interesa recordar el mío. No sé quién fui. Nadie me recuerda. Como he dicho, sólo seré recordado por alguien que no sabrá quién soy. Todos los recuerdos se unen hacia un futuro inexorable. No hay pasado, solo la ilusión del futuro. Yo, al recordar lo que han recordado los que me antecedieron, me dirijo hacia ese futuro.
Me duermo otra vez y allí estoy, entre la arena. Aunque me resista debo buscar algo que me haga salir de aquí. Sé que el sueño terminará cuando lo descubra. Me desespera pensar que no lo pueda adivinar jamás y que muera sin advertirlo, hundido en ese infierno amarillo.
Camino y camino (con esa lentitud de los sueños). ¿Por qué camino? ¿Tan estúpido es mi otro yo, ese yo soñado, que no adivina que no hay adónde ir? Pero ahí estoy, dando pasos con muchísima dificultad, mirando los granos como si pudiera identificarlos. Quizás sí los distingo. Aún sabiendo que estoy metido en un sueño, no logro despertar para escapar de ese designio. Sigo con mi misión. Recuerdo, difusamente, que durante años llevé anotaciones de los símbolos que creía encontrar; símbolos ininteligibles, pero en los cuales creía adivinar alguna respuesta; o el principio de alguna respuesta.
Allí tracé las más variadas sinécdoques. Pistas soñadas, que eran completadas por la imaginación de la vigilia. Ninguna de esas figuras trajeron calma. Por el contrario; sólo sumaron confusión y desesperanza. Quemé muchas de esas anotaciones, aunque sobrevivieron varias.
Una de esas ideas (si puede considerarse el término), eran palabras divinas. Esa idea me obsesionó durante años. ¿Si Dios se manifestara en sueños? Tal vez quería decir algo.
Esa clave busqué –entre muchas otras- con insistencia. Pero aun influido en otros aspectos, como el amor, quizás un nombre, una imagen, lo que más me atraía (y aterraba) era encontrar algún símbolo que representara a Dios. Recordé en mi sueño (y muchísimas veces en muchísimas noches), que no he visto señales divinas mientras estuve despierto todo este tiempo. Sólo vi signos infernales.
Sigo buscando laboriosamente. Cada grano de arena parece una progresión de sueños y vigilias. Veo –una vez más- letras en los granos, acaso como si allí estuviera diseminado un Nuevo Libro que aun no se ha escrito. Me niego a ser yo quien de orden a esas palabras, pero el trabajo se hace solo: veo palabras enteras. Sigo, sospecho, pisando en falso; es una trampa para confundirme. Un enorme reloj que implica contar grano por grano, adivinar símbolos, no descansar jamás de la tortura. Enloquecer al fin.
Veo en la arena, en cada concatenación de sueños infinitos simbolizados en cada grano, las memorias de los que estuvieron antes que yo. Una sucesión de recuerdos, iguales y disímiles. Veo que los hombres, sus circunstancias, se conforman de memorias. Y allí veo sus vidas, que son tan iguales y tan distintas a la mía. Veo a un hombre mirando las piedras de la celda y veo que sueña un desierto infinito en donde ve a otro hombre recordando haber visto a un presidiario recordando la memoria de otros que lo antecedieron y que presagian su futuro en base a una memoria común.
Los símbolos toman forma, y vuelven a confundirse en diversos recuerdos, que tarde o temprano se convertirán, otra vez, en uno solo; en los que fueron y los que vendrán. Veo en la arena mi destino, mis circunstancias, mis olvidos.
Dios ha hablado
Vuelvo de mi sueño al mundo real que es esta cárcel y despierto sonriendo. Entiendo que la sentencia está marcada. Ya nada importa, al fin y al cabo la conjunción de memorias nos condena al olvido. Creo que he completado el significado del símbolo. Ya soy todos; ya soy nadie. Por primera vez entiendo que alguna de mis sospechas fue real: sueño la cárcel. Es apenas la libertad del preso que vive su condena en el eterno infierno de arena.