sábado, abril 26, 2008

AGRADECIMIENTOS, ANUNCIOS Y UN MENSAJE A UNA EX NOVIA

¡Interrumpimos esta transmisión para el siguiente boletín!

Buenas.

Quiero ante todo saludar a los queridos lectores y hacerles llegar mi gratitud, una vez más, por las cosas lindas que siempre me andan diciendo.
También quiero pedir disculpas por el cuento inmediatamente anterior publicado. Lo he releído y no me gustó nada. La idea es buena, el argumento está bien, pero el desarrollo no, y me parece que no está a la altura de lo que vamos armando en este espacio. El error es mío porque lo corregí inmediatamente después de haberlo escrito y no le di tiempo a una segunda corrección.
Y es por eso que agradezco y respondo desde aquí mismo a mi queridísima amiga Mariana Bauzá, quien se tomó el trabajo de leer ese relato y me ha señalado algunos detalles de estilo con los que coincido plenamente. Y contesto a su comentario diciendo que es verdad, que tal vez el mejor consuelo entre la realidad y los sueños es la materialidad de las cosas. Ahí está la gran clave: yo no quiero soñar que amo, yo quiero amar de verdad. Yo no quiero soñar que no me muero, yo quiero no morirme. Creo que por ahí va la cosa.
Por eso quería agradecerle a Mariana no sólo lo que me ha dicho en la conversación sobre el cuento, si no su comentario publicado aquí, ya que abre más puertas al asunto, porque nos obliga a preguntarnos si nos quedamos con la realidad o con los sueños y a replantearnos qué diferencias hay entre un estado y otro. Y yo me sigo preguntando con insistencia "¿qué Dios sueña con el Dios que sueña?"

Y aprovecho la ocasión para anunciar que tal vez mañana se comience a publicar aquí la serie de relatos policiales "Los Misterios del Doctor Cagliostro". Es un personaje que ya ha aparecido en N.S.N, pero ahora envuelto en historias en las que intento rescatar un poco del viejo género policial inglés (género el cual nunca abordé y es nuevo para mí). Un neurocirujano imposibilitado de seguir operando por un creciente temblor en las manos, devenido en investigador de homicidios, que utiliza técnicas muy raras pero efectivas.
Veremos los casos de Cagliostro cada 20 días o una vez por mes, porque no quiero sobrecargarlos con mis cuentos (para eso pienso publicar libros, ¡caramba!).
Lo que sí aviso, es que probablemente, el primer cuento de esta serie sea dividido en dos partes, ya que es algo largo, porque hay que presentar a los personajes, el caso, la resolución. En fin, ojalá les guste.

Y hablando de libros. Es muy probable que este que les escribe sea uno de los primeros en publicar un libro en formato digital (que se podrá bajar a la máquina, o imprimirlo en librerías), y que se podrá comprar a un precio bajísimo. Creo que incluirá algunos cuentos de este blog (algunos en versiones corregidas, otros tal como están aquí) y muchos cuentos inéditos que son para libro y no para blog (creo que lamentablemente la nueva versión corregida de "La esfera de los espejos" no va a ser de ese libro ya que es muy probable que lo publique la editorial Dunken en su selección de cuentos de varios autores). Espero definir eso en las dos semanas que vienen y si lo saco por formato digital, cómprenlo, hágasenlo imprimir ahí en la librería de Recoleta así lo tienen en la biblioteca y se dan corte de esta manera: "mirá, este libro tan bueno y avanzado, que hace un surco marcando un antes y un después en la literatura argentina, es de mi amigo D'Onofrio" (Cuántos pueden decir eso, ¿eh?), y prometo que si gano el Nobel, les hago un regalo a los que tengan el libro, como una linda caja de bombones.

Por último: Agradezco y maldigo a una ex novia que una vez me prestó una bolsa verde con lapiceras que aun está ahí en mi biblioteca. El agradecimiento es porque un día estaba yo viendo esa bolsa y se me ocurrió con algo que imaginé de ahí, el argumento para un cuento fantástico, que es casi el único género que manejo. Y de lo más entusiasmado ahí mismo escribí el final (porque esbocé la idea y el final fue muy claro).
Y la maldición es porque ¡hace un mes que estoy tratando de escribir ese cuento! Tengo todo el argumento en la cabeza y no lo puedo resolver. Trato de escribir y borro todo. Dicto algunas cosas y luego las descarto (he descubierto que es muy útil dictar los relatos), pero no hay caso. Tengo un final extraordinario, pero de todo lo demás no hay noticias.
Así que le agradezco a esa señorita que sin saberlo me enredó en un problema enorme y la saludo porque capaz ve este blog, o capaz ni se entera de esto; y si bien no hablamos hace mucho, yo le dejo aquí un saludo enorme, y le agradezco en serio que sea parte de este argumento que de algún modo la involucra.

Saludos a todos, y nos vemos mañana seguramente con "Los Misterios del Doctor Cagliostro"

jueves, abril 24, 2008

DESPERTAR DEL SUEÑO

Después de ver fotos, algunas ya bastante viejas, decidí irme a dormir. El cansancio me vencía. Preferí no leer nada. Durante varias noches el sueño había sido insoportable; soñaba cosas reales. Hechos que ocurrían en mi vida cotidiana. Esa sensación de fastidio, la de no poder dejar de lado la vida diaria aun ni en sueños, me provocó un estado de fatiga muy pronunciado. Calculo que a muchos les habrá sucedido. Cuando uno duerme pretende despegarse de algunos episodios, y soñar con ellos es sólo una prolongación del estado de vigilia. O al menos así parece.
La noche en que vi las fotos esa extraña condena de soñar la realidad se terminó. Soñé que me acostaba y me quedaba dormido. Inmediatamente desperté, aunque ya era de día.
La fatiga fue decayendo. Esa misma noche, envuelto en algunos recuerdos más, seguí mirando fotos viejas y algunas más cercanas en el tiempo. Noté esos cambios obvios que uno advierte cuando ve fotos. En algunas estaba más joven, en otras más viejos, pero casi no pude distinguir similitudes con este que soy hoy. No puedo precisar las diferencias.
Antes de acostarme me vi al espejo. Me descubrí más viejo. Supuse eso como algo normal: ya no era aquel de las fotos, los años habían pasado.
Me costó muchísimo dormirme. Empecé a recordar cosas, tal vez provocadas por las fotos. Me divertí acordándome de aventuras con amigos, de romances tempranos, de cartas nunca enviadas. Reconstruyendo una historia, casi como si fuera una película, me quedé dormido.
En esa historia yo recordaba encontrarme con una mujer. Éramos muy jóvenes los dos, adolescentes. Pude ver detalles precisos de ese encuentro. La calle, las puertas de los edificios, la gente alrededor y de un modo misterioso, el recuerdo exacto (con todas las trampas e inexactitudes de los recuerdos) los diálogos. Cuando me dormí seguí soñando esa historia, pero había allí partes nuevas; partes que nunca habían sucedido. Cuando me despedí de la chica, vuelvo a mi casa y veo fotos. Parecían ser las mismas que había estado viendo cuando estaba despierto. Luego me acuesto y me duermo. Allí, otra vez, vuelvo a despertar.

Sentí que pasaba lo mismo, la realidad se mezclaba con los sueños. Había soñado que miraba fotos, cosa que había hecho antes de dormir. Si bien no era algo para molestarse, me preocupó un poco.

Esa tarde tuve que viajar al Uruguay. El viaje fue de lo más insoportable, así que preferí pasar la mayor parte del tiempo cerca de la proa del barco para evitar el mayor contacto posible con los pasajeros. Luego de arreglar asuntos en Montevideo, volví esa misma noche a Buenos Aires. Esta vez tomé unos tragos en el bar del barco. Sentado allí me puse a ver a la gente. Para pasar el tiempo Empecé a pensar en sus vidas. Vi a una pareja y comencé a imaginar el comienzo del romance entre ellos. Un señor que iba de aquí para allá me hizo pensar que estaba en problemas económicos, y así con muchos de los compañeros de viaje. A todos les inventaba una historia.
Cuando llegué a mi casa tenía un mensaje en el contestador automático de la mujer con la que había soñado la noche anterior. Argumentaba que había llamado para saludar después de todo el tiempo que no nos habíamos visto y que sería agradable encontrarnos. Sentí una extraña felicidad: alguien a quien no veía hace años me había recordado y quería encontrarse conmigo. No es algo que me suceda mucho. De hecho, no me sucede nunca. Soy siempre olvidado, no recordado. Como ya era más tarde de medianoche, decidí llamarla al otro día. Tenía, como mínimo, que comentarle la coincidencia de haber soñado con ella unas horas antes.
Precavido por lo que había pasado las últimas noches, decidí no mirar ninguna foto. Prendí la televisión y al rato me quedé dormido.
Esa noche fue la peor. Soñé que viajaba a Montevideo; que inventaba historias de pasajeros, que una chica con la que había soñado me llamaba por teléfono, que me quedaba dormido. En ese momento, otra vez, volví a despertar.
Desesperado me vi al espejo y vi algo terrible: estaba más joven, como en varias de las fotos que había visto los días anteriores.
Era imposible entenderlo. Es más difícil aun explicarlo.

Cansado y confundido busqué mi agenda y llamé a mi amiga. Con una alegría rarísima dijo “¡Me estuve acordando de vos! Estaba por llamarte esta misma noche”. Contesté que había recibido su mensaje, pero negó haber hecho ese llamado. Fingí un error y dije que era yo el que iba a llamarla y que había equivocado la frase. La confusión era cada vez más grande. Le pedí vernos esa misma noche. Aceptó.

Cuando llegué a la cita yo estaba muy aturdido. La vi caminar hacia mí con una sonrisa. Estaba tan linda como hace años. Me abrazó y habló rápido. Apenas podía contestarle. Miré donde estábamos. Reconocí el lugar, la calle; las puertas de los edificios, la gente alrededor.
Presentí lo fatal de la situación.
Me fui casi sin saludar. Divagué sin sentido. No sabía adónde iba. Me costó encontrar mi casa, más por confusión que por torpeza.
Corrí al espejo y me vi. Estaba igual que siempre. Supe entonces que todo ya no era un sueño, si no una pesadilla. Quise encontrar la solución. Sabía que sería imposible dormir por mi estado alterado. Decidí tomar una pastilla para conciliar el sueño y me acosté. Empecé a recordar muchas cosas. Todas las cosas juntas, pero no se superponían. Acaso eran todos los momentos del universo. Acaso era simplemente yo.

Cuando me dormí, soñé que despertaba.

Supe entonces que soñaba que soñaba que soñaba
Y supe también, como han sabido muchos durante toda la Historia, que la realidad era sólo un sueño y el sueño una simple realidad, que a su vez es otro sueño.
¿Quién soñará con nuestras vidas? ¿Qué pasará cuando despierte? ¿Seguiremos siendo un sueño o sólo pasaremos a ser un recuerdo más?
¿Qué tanto existimos si nadie nos recuerda? O peor aun: ¿quién nos recuerda si no estamos seguros ni de ser un sueño?
¿Qué Dios soñará con nuestras vidas? ¿Qué Dios soñará con el Dios que sueña?
Como escribió alguna vez Borges “Dios mueve al jugador y éste la pieza. ¿Qué Dios, detrás de Dios la trama empieza, de polvo y tiempo y sueño y agonía?”

Por lo pronto sé, que de este sueño que empieza, termina, vuelve a empezar y despierta para seguir siendo soñado, no hay salida alguna.

martes, abril 22, 2008

CÓMO IR AL BAFICI

En otro servicio a la comunidad, N.S.N presenta una guía de tips para el adecuado comportamiento en eventos. Hoy, como el título del post indica, sabremos de que forma apersonarse en el Bafici y no parecer un estúpido.

En verdad no sé cuándo termina (capaz hoy ya es tarde), pero sí puedo decir que estuve siguiendo el caso de cerca: a una cuadra de mi casa está una de las salas en donde se lleva a cabo este festival y durante muchos días, al pasar en diferentes horarios, vi muchísimas personas, y casi todas cumplían los mismos requisitos, casi como si fuera obligatorio hacer, decir (en voz alta, esto me ha llamado la atención) y vestirse de determinadas maneras.

VESTIMENTA:
Es INDISPENSABLE tener un uniforme reglamentario que nos permita ser aceptados por los concurrentes del festival. Si usted va a ver una película, pongamos por caso, de traje, será mal visto por los concurrentes. No debemos olvidar que la modernidad y el estilo "cine independiente" implican algunas normas de protocolo.

Si usted es varón se recomienda ir vestido de negro. Puede usar pantalones algo sueltos, de tela liviana, con una camisa a tono o una remera de bambú (negra). Es necesario llevar el pelo corto, ser algo afectado al hablar, llevar un morral (negro o marrón), zapatos o zapatillas de tela y (esto es FUNDAMENTAL) anteojos de marco grueso rectangulares (negros).

En cambio si usted es mujer se recomienda llevar vestidos oscuros y con algún adorno de flores hasta las rodillas, o un conjunto de remera y chaleco con una pollera hasta las rodillas también (no deben mostrarse las piernas del todo), zapatillas de tela, pelo o muy corto desmechado o largo, pero atado de un modo misterioso. Es aquí también menester llevar los anteojos de marco grueso rectangulares (negros).

CÓMO COMPORTARSE:
Es muy importante este punto, ya que el espectador de cine independiente tiene un estilo muy cool, el cual interpreta como "todo lo que vine a ver es excelente, no como esas películas pochocleras que como yo no veo, porque soy muy inteligente, detesto y aborrezco, igual que aborrezco a Tinelli".

Cuando usted vaya, si es hombre, debe ir acompañado por dos mujeres (que no serán sus novias, si no dos amigas -muy íntimas entre sí- ya que usted prefiere "no tener novia"). En la fila sólo hable con sus amigas y compórtese con el resto de las personas con cierta indiferencia, demostrando su supremacía. Si es posible saque de su morral la guía del Bafici y dos libros de Cortazar, que no importa que no haya leído, pero le darán un aire de intelectual (mucho más aun, no olvide que el Bafici es sólo para intelectuales).

Si usted es mujer, todo lo contrario: vaya con su amiga íntima de la Facultad de Comunicación Social o de la Escuela de Arte, y con un amigo algo sensible. Fume mucho antes de entrar a la sala e intente demostrar, sólo con la mirada, que usted es una persona de mucho vuelo intelectual, muy inteligente, y que se ve fatigada sólo porque le da asco la sociedad en la que vive, pero su mente y sus años de terapia son su refugio, junto con las películas iraníes y norcoreaneas.

En ambos casos debe mirarse a todo el mundo con desdén.

QUÉ DECIR:
Este punto es quizás el más importante, ya que sin una adecuada charla o un comentario desacertado, usted será excluido de la elitte intelectual de por vida.
En la fila es importante que usted diga lo más fuerte posible frases como "ésta película islandesa debe reflejar todo aquello que nos sucede desde el plano onírico, y debe, por obligación de libertad, manejar planos que nos remitan a los mitos nórdicos sin hablar ni directa o indirectamente de los mitos nórdicos".

A la salida de la proyección usted debe comentar, con las personas que lo acompañen, "la sutileza del director al querer representar desde la abstracción un concepto que es todo lo contrario a las ausencias presentes que, en la exquisita propuesta del realizador, nos permiten la interpretación de cada uno de los hechos, que pueden ser apócrifos, ya que la claridad del mensaje es la no claridad del mensaje en sí mismo, superponiéndose a una contradicción al no plantear contradicciones, lo cual es una trampa argumental en un juego de matices riquísimos".

Este tipo de comentarios pueden mecharse con "la impactante interpretación de los silencios en los actores", y para resaltar el concepto, no está de más incluir "puede notarse en la película, a través de sus planos inconclusos, un estilo argumental joven, de rojos intensos y abrillantados, que nos permite saborear en la boca los diversos matices de la frutas y la excelente maduración de la cepa, que sólo se da en esta región". Luego todos los que lo escuchen lo tomarán por un experto irrefutable del cine independiente, ganándose el respeto absoluto de todos los concurrentes.

Espero que esta breve guía sirva para poder demostrar ser un erudito en el cine independiente. Pásenlo bien.

jueves, abril 17, 2008

CHISTES SOBRE EL HUMO

No puedo ni quiero evitarlo: ¡el humo es inevitable!

Estoy hecho pelota, me arden los ojos, la garganta me falla, pero no da ir al médico como he visto en la tv que está sucediendo.
Lo interesante es que la situación se presta para hacer muchísimos chistes. Juro que tengo uno que es buenísimo pero se me sugirió que no lo hiciera público (lo probé en la calle y dio un resultado extraordinario) y por eso voy a escribir (a pedido de muchos humoristas) otros chistes no tan buenos. (Antes de seguir, ¿alguien se dio cuenta que si esto fuera veneno ya estaríamos todos muertos?)

Hay diversas explicaciones para este fenómeno del humo, y con esta breve guía, usted podrá lucirse en la parada del colectivo o una embajada o un gimnasio, o en cualquier lugar, desplegando un humorismo fino, de categoría y se ganará la admiración de los que estén en donde usted esté.


Primer caso: siempre es bien visto desplegar algún argumento contra el Gobierno Nacional.
Usted debe pararse, tosiendo un poco y dice: ¡ay éste humo! Se ve que la Presidente le dijo a Moreno, “Guillermo, mandate una cortina de humo para ganar tiempo” y el tipo le hizo caso omiso.
(Dónde no decir este chiste: No lo diga si usted es ministro en el Gobierno anteriormente mencionado o si usted está en una reunión de gabinete. Por ejemplo: si usted es mozo y está sirviendo café en una reunión entre Alberto Fernández y los ruralistas, no salude diciendo “muchachos, ¿a qué no saben de dónde viene el humo?”).


Segundo caso: Siempre es bien visto desplegar algún argumento contra el Gobierno de la Ciudad.
Esto merece un párrafo aparte, ya que el interlocutor deberá conocer de antemano la declaración del Jefe de Gobierno Porteño sobre la llegada de la antorcha olímpica, donde dijo que la Ciudad de Buenos Aires tiene “tango, carne y muchas cosas más” (sic). Si los que se encuentran en la reunión escucharon esa declaración, usted diga “el as que se guardaba en la manga era el mucho más...¡ya lo ves! ¡Es el humo!, bah, no se ve nada”. O si no, puede decir: “es que el intendente toma el modelo del Primer Mundo...¡y por eso trajo la niebla de Londres!” Si esto no es gracioso, mencione al gabinete porteño y provocará risas inmediatas.
(Dónde no decir este chiste: Si usted es mozo y le toca servir café en una reunión de gabinete del PRO no lo diga, porque es posible que no se lo entiendan; o le tomen la idea de traer niebla londinense, por lo que el chiste perdería su factor de “ironía”. Si usted es mozo y le toca servir café en una reunión entre Rodríguez Larreta y Alberto Fernández, dígalo, pero dirigiéndose a Fernández. Capaz no es muy gracioso, pero usted podrá asegurarse un puesto en el Gobierno Nacional).


Tercer caso: Siempre es bien visto desplegar algún argumento contra la sociedad en general. Este pequeño pasa cómico es muy efectivo si usted es telegrafista del canal “Crónica”. En caso de no serlo, puede usted decirlo en medio de una reunión, citando apócrifamente al canal ya mencionado “Esto del humo trae todo tipo de complicaciones. “¿Escucharon la última? Hoy estaba viendo Crónica y aparece una placa que dice “Caos en Buenos Aires: avión aterriza en el techo de Clo Clo”
(Dónde no decir este chiste: Si bien el chiste es finísimo y es de salón –recuerdo ahora mismo a Kathy, la reina del saloon- Es posible que si lo dice haya que esperar a que todos ubiquen mentalmente el restaurante Clo Clo o que alguien le pregunte “Pará, ¿cuál es Clo Clo?” Y usted ahí deberá explicar todo, por lo que el chiste sería ineficaz al perder el factor “ momento y contexto real-social”).


Espero que con esta breve guía de chistes del humo puedan consagrarse como los reyes o reinas de la fiesta.

miércoles, abril 16, 2008

TODO TIEMPO PASADO FUE PEOR

Muchas ventajas corren estos días.
Desde el vamos podemos decir que la post modernidad (si es que todavía estamos ahí o ya arrancamos otra cosa) es notablemente superior y se evidencia cuando uno va al dentista: hace 50 años atrás era muy doloroso un proceso odontológico y hace 70 años los dentistas eran, también, peluqueros.

- Buenas tardes, señor. ¿Le corto las patillas?- Sí, y aféiteme. Luego hágame un corte media americana y después sáqueme dos muelas- Perfecto.

Muy bien, teniendo en cuenta esa premisa podemos ir en contra de algo que viene escuchándose desde el comienzo de la historia: todo tiempo pasado fue mejor. No hay que ser muy inteligente para decir y afirmar y hasta demostrar que eso es mentira. No hay nada más lejano a la verdad que adjudicarle un carácter de “mejor” a un tiempo que no vuelve más.
A lo largo del día se puede escuchar no sólo a señoras como podrá imaginar el lector, si no a tipos que no llegan a los 40 años, reivindicando el pasado como algo glorioso.

"¿Pero por qué sucede esto?" Me preguntó una joven en una charla del subte B, a lo que contesté con un lacónico “yo no sé”. Y luego llegué a mi casa, e investigando un poco di con una respuesta más o menos coherente. La gente cree que el pasado es mejor porque allí, en medio de esos recuerdos, está el reflejo de lo que fueron. No es porque la distancia del tiempo con los hechos propios sea amable, ni porque la memoria se vuelva una trampa de confusiones; si no que el pasado parece mejor porque lo que el pasado encierra es la propia juventud.

“Antes todo era mejor porque se podía jugar en la calle y uno se veía con los amigos”, puede decir un señor nostálgico. Pero lo que está queriendo decir es “antes podía yo salir a la calle, sin responsabilidad alguna y jugar horas y horas en la calle con mis amigos, que sí tenía, no como ahora que no dispongo de tiempo ni amigos...ya no tengo diez años”.

La otra noche escuché en la radio a un tipo que ha hecho escándalos en la televisión sin parar y consultado sobre la televisión actual dijo: “lo nuestro era sano, ahora se puede mostrar cualquier cosa”. Esto demuestra que existe la costumbre de tildar todo como mejor o más sano sólo porque ha pasado antes, y aun, cuando no hay diferencia entre un programa bochornoso de hace diez años con uno de hoy, los que estuvieron ahí se jactan de haber sido más inocentes que los actuales. Insisto, hay una nostalgia por el tiempo que se va, no por la calidad de las cosas.

¡Cuidado! Esta crónica no se propone abolir el pasado. Muy por el contrario. No confundir la evolución con el típico olvido liberal.
Los que tenemos cierta afición por los libros de historia, sabemos bien que el truco consiste en otra cosa. El secreto está en tomar a los mejores personajes. Por ejemplo: Todos sabemos que Napoleón Bonaparte no se hizo Napoleón Bonaparte porque sí, si no que fue un visionario que sabía muy bien de dónde venía, pero también sabía qué quería lograr.
El presente es el plano de la acumulación de sucesos pasados y de proyectos futuros. Si falta alguna de esas dos cosas, no hay presente.

“¿Pero de qué sirve estudiar el pasado si el presente es mejor?” Insistió la chica en el subte, ya caminando en el andén. Tampoco tuve respuesta, pero luego la llamé y le dije: “volvamos al ejemplo de Bonaparte. Tomemos la mejor parte que son la de los chismes. Si se lee eso con atención, se puede ver que Napoleón tuvo unas amantes buenísimas y se vio seriamente complicado por eso alguna vez. Y aquí, doscientos años después, viene cualquiera y dice “aah, mi amor por Clarita es único en todo el universo. Nadie ha amado como yo”. Pero si usted tuvo la precaución de leer esos libros antes, va a notar que el que dice eso sólo es un estúpido, porque ya hubo mejores amores. Napoleón los tuvo y los tuvieron, los tendrán y los tendremos todos. El estudio de los hechos del pasado nos salvaguarda de pasar por tontos”.

He ahí el problema. Si algunos no están aferrados al pasado, están modernizados a tal punto que creen que todo es único y que nunca se ha hecho nada. Basta con ver alguna película de los hermanos Marx para advertir que eso es inverosímil. Todo lo que creemos gracioso, único o inteligente ya se ha dicho antes. Tal vez mucho antes.

“¿Y cómo podemos evaluar las ventajas y desventajas del presente y el pasado?” Preguntó la muchacha del subte que me iba siguiendo por la calle, mientras yo buscaba escapar ya que sospechaba que estaba al acecho de una psicópata. Pero antes de correr diez cuadras, le dije: “usted reivindique algo del pasado y yo lo refutaré”

-Bueno.- Dijo ella. – Antes la televisión era más heterodoxa, y no se nutrían todos los programas de uno solo-.
- Antes había sólo cuatro canales y la tv. era tan espantosa como hoy. Es más, los viejos programas aún se pueden ver en repeticiones, que demuestran la precariedad técnica y de contenido. No ha cambiado mucho eso.- Dije mientras iba levantando velocidad.-

- Antes la gente se encontraba más, ahora sólo se chatea. Los chicos pasan horas frente a las computadoras.
- ¡Falso!- Grité casi con una cuadra de ventaja. -Todos los días hay gente en los bares, en los restaurantes, en las discotecas. Siempre hay grupo de amigos que se están viendo. Y a Dios gracias que existe internet, que hace todo más práctico. Claro que antes la juventud era más pensante, pero eso se debe a otras cosas, no a la falta de tecnología. Que no exista una condición intelectual relevante se debe a malas políticas mundiales y a la decisión de hacer hincapié en otros asuntos antes que en el pensamiento crítico, pero eso no tiene que ver con la tecnología. Si la tecnología no evolucionara, a nadie se le hubiera ocurrido estudiar células madres. Eso hace veinte años era impensado y hoy es una realidad inminente.
- En el pasado había mejor educación y respeto por los maestros.

- La sociedad ha cambiado. En el Renacimiento se pintó La Gioconda, pero todavía se prendía fuego a los juzgados de la Inquisición. Es una gran rueda. Insisto, se ha elegido hacer hincapié en otros asuntos. Pero la educación hoy es mejor que antes, se tiene acceso a muchas más cosas. Hay nuevos métodos. En los 70´s la dictadura quería prohibir las matemáticas modernas. Hoy el gran Profesor Gregorio Klimovsky es una muestra de lo que sí se puede lograr con estudio y esfuerzo.
- ¿Entonces nada fue mejor?

- ...Tal vez alguna cosa. Quizás muchísimas cosas. Pero todo aquello que hace a las costumbres de las ciudades y las personas, va mejorando. Sería gravísimo que las cosas se mantengan como hace 40 años. Quizás alguno puede pensar que los amores antes también eran mejores...eso depende la calidad de los amores que uno vaya consiguiendo, pero está vinculado con el empeño que se le pone a eso. Cuanto más entusiasmo se pone en el presente y el futuro, mejores amores vendrán.
Para cerrar esta crónica debo decir que yo soy un tipo que recuerda cosas constantemente. Pero no estoy convencido de que me gusten esos recuerdos. En lo personal creo que muchas cosas del pasado son superiores, como las ya citadas películas de los Hermanos Marx; pero esas cosas se dan una en mil. Aparte la Historia tiene una ventaja: 5.000 años. Todo lo que ha sucedido, sobre todo los hechos artísticos y culturales, deben ser admirados y contemplados con prolijidad y esos deben ser los parámetros a seguir. Desde allí se podrá ir hacia adelante. De nada sirve negar a Sócrates ni tampoco aceptarlo como lo único válido.
Y por último digo que aferrarse al pasado es morirse de a poco. Los proyectos nos llevan al futuro, en cambio considerar que todo tiempo pasado fue mejor, es no proyectar y no contemplar con humildad, no sólo lo que sucede hoy, si no lo que ya pasó.

Todo eso quise decirle a la chica del subte, pero me di cuenta que ya no estaba. De hecho nunca estuvo Era un recuerdo nomás de alguien que había visto y me quedé pensando y pensando pensando...

domingo, abril 13, 2008

AL FIN UN PREMIO (SE HIZO JUSTICIA)

Miren, al fin soy citado en un blog sin la frase "grandes fracasos" o "papelones incoherentes escritos con pésimo gusto, dignos de un alcohólico". No, no. Esta vez No Somos Nada es mencionado porque se ha ganado, junto a otros 14 blogs, el premio Dardo, que no sé de dónde viene ni qué clase de premio es, pero como es bien sabido, todo lo hago por los premios, así que bienvenido.

La distinción, a cuya ceremonia hemos asistido de rigurosa etiqueta, fue otorgada por la señorita AVC del blog "No Quiero" (http://www.ciertaesquina.blogspot.com/) y allí se cita la siguiente definición del galardón:

I Entrega de Premios Dardo 2008 se abre paso entre un gran elenco de Premios de reconocido prestigio en el mundo de la literatura, y con él reconoce los valores que cada blogger muestra cada día en su empeño por transmitir valores culturales, éticos, literarios, personales, etc.., que en suma, demuestra su creatividad a través de su pensamiento vivo que está y permanece, innato entre sus letras, entre sus palabras rotas.

Quiero dedicar este premio a todos los lectores de N.S.N y espero que sirva de puntapié inicial para mi (ya merecida por insistencia) cuidadanía ilustre (aunque el Premio Dardo me gusta más porque el nombre es más canchero y tiene argumentos para sentirse orgulloso de ganarlo, no como otros premios). Y agradezco a AVC a quien no conozco aun, ni conocía su blog, pero lo estuve viendo recién mientras me desayunaba con la mención, y es de lo más interesante y se los recomiendo mucho. También aprovecho, ya que AVC es de Tucumán, para saludar a la querida Provincia, a la cual me unen muchos afectos.

Una vez más, gracias por tener en cuenta a No Somos Nada, y aclaro que no puedo darle este premio a otros 15 blogs ya que no conozco tantos y segundo que los premios...no los comparto (me lo van a tener que sacar con la fuerza pública).

Muchas gracias.

miércoles, abril 09, 2008

CÓMO PERDER A UNA CHICA EN DIEZ DÍAS

Debo confesarlo: soy malísimo levantando minas. Los que me conocen lo saben muy bien. Ahora que lo pienso mejor, no es que sólo sea malo, si no que soy pésimo en el arte de la conquista.
Alguna vez amagué con hablar de esto y siempre hay otra cosa para publicar, pero hoy que no se me ocurre ni una idea, voy a escribir un poco sobre como no conquistar mujeres.

Admito, también, que sé a qué le debo esta falla: soy espantosamente tímido.
Cuando me gusta una chica (a cada esquina), me escondo y si me llega a gustar muchísimo directamente la ignoro.
Para peor, soy muy selectivo, pero no de las que me gustan, si no de los lugares en donde no voy a intentar la seducción. Por ejemplo, si estoy en una fiesta es muy probable que no hable con nadie, pero si estoy en una reunión de cuatro personas, hago algunos intentos, que terminan en fracaso, claro.
Por supuesto (por obra divina, casi) que esto a veces falla, pero ahí no tengo nada que ver, si no que dependo de la locura de la que le vaya yo a gustar.

Pero (esto es lo más extraño), sigo manteniendo una conducta patológicamente infantil cuando una señorita me llama la atención: doy algunos pasos, dejo en claro algunas cosas (“te comería la boca, mamasa”) y luego, ante la falta de recepción de señales, o mejor aun, ante el rechazo de señales, hago algo extrañísimo: invierto la situación para hacerle creer a la chica que ella es la que se enamora y no yo.
Esta no es otra cosa que el arte de la estupidez en sí mismo. Cuando una mujer dice que no, es no. Pero como soy precavido para algunas cosas, no dejo que la mina llegue a decir “no”. Nunca dejo que diga “mirá, la verdad que sos horrible”, si no que antes de eso cambio radicalmente de conversación y giro el rumbo para volver y tratar de hacer la jugada.

Claro que la inversión de roles lleva su tiempo y casi siempre (o siempre) termina en un fracaso estrepitoso. El enamoramiento reversible puede llevar años y en el medio sucede la peor de las desgracias: uno termina forjando amistad con esas chicas lindísimas. Entonces ya es tarde porque el cariño va remplazando a otros deseos; y de golpe nos encontramos riendo de otros temas, y compartiendo penas, desencuentros, y el enamoramiento se va apagando sin que uno lo advierta, y se viene a dar cuenta de esto cuando ya hay otra mujer a la que estamos intentando enamorar.
No es que uno se hace amigo para lograr el romance (aborrezco esa idea, no la práctico y no la recomiendo), si no que la amistad sucede como un efecto adverso.

Pero también sucede otra cosa inesperada. Uno se hace mejor tipo. Porque mientras va queriendo enamorar, despliega un sinfín de números dignos de actuaciones meritorias no sólo de una novia, si no de un Oscar. Y entre esos números van incluidos momentos reflexivos, la caballerosidad, algún poema, cada tanto una canción, un entendimiento de la conducta ajena. El amor nos hace tan estúpidos y vulnerables como inteligentes en otras cosas. Creo que nos hace mejor personas.

Y claro, el desenlace no es alegre porque en algún punto el amor reversible, ya olvidado a esta altura, da resultado; y una amiga, en alguna velada de copas, entre risas, nos mira como diciendo “aun recuerdo todo”. Acaso como si en algún momento hubiéramos tenido una chance y sólo estábamos siendo puestos a prueba.

Pero ya será tarde, porque el romance a destiempo es fatal.

Para graficar esto, voy a contar que una vez cierta amiga me dijo alguna noche “es una pena, hubiéramos hecho una muy buena pareja”.
Había yo llegado tarde, una vez más, y tal vez, también estaba en otro lado.
Como ha escrito alguien por ahí “no hay peor señal, que la falta de señales”

Por eso, tú, joven borrega, cuando veas a un muchacho rodeado de amigas lindas, desconfía. Detrás de eso se esconde un triste solitario.

lunes, abril 07, 2008

EFEMÉRDIES DEL 6 DE ABRIL (AUNQUE HOY ES 7)

En un día como hoy, pero de 1934 Charles Chaplin dijo en público "sí, ahora hago cine hablado ¿y qué?"
En 1814 Napoleón Bonaparte escribe en sus memorias "esta ha sido una linda experiencia, pero es hora de ir levantando campamento...¡rajemos!"
En 1975 un hombre se prende fuego indignado porque no encontraba una edición del disco del Club del Clan.
Y...
En un día como ayer, 6 abril, pero de 2006, surge la primer publicación de No Somos Nada, dando nacimiento a una nueva manera de hacer blogs, revolucionando la blogosfera, incluso innovando internet hasta como lo conocíamos en ese momento, y por qué no, el mundo.

La cosa es que este blog al que tanto quiero desde el comienzo y que aprendí a querer más y más con el tiempo cumple dos años, y aunque no ha modificado nada de nada en ninguna parte, yo creo que a mí sí me ha modificado en algunas cosas ya que me obliga a tener ideas, a escribirlas, a contradecirme, a invitarme al pensamiento, a intentar, a errar y muy cada tanto a acertar. Pero sobre todo me acerca a los que leen N.S.N. Muchos eran lectores y hoy son amigos muy queridos. He tenido gracias a este blog, la posibilidad de conocer gente extraordinaria, de acercarme a muchos y lograr que me quieran un poquito, que como he dicho hace poco, es por lo que uno hace esto, entre otras cosas.

Yo no suelo hablar de mí, por lo menos no de forma real y total, pero quiero compartir la alegría de este proyecto con ustedes, con todos, con los que conozco, con los que saludan, con los que no, con los anónimos; porque yo busco acercarme y sé que muchos también me van conociendo un poco más, aún cuando no hay tanto de mi vida (aunque sí hay detalles, algunos escondidos, en forma de palabras, en forma de señales).
Hoy no ha sido un buen día para mí, si no que se ha visto afectado por problemas personales muy ingratos que me han entristecido mucho; pero al pensar que todos los días ustedes están aquí conmigo leyendo, divirtiéndose y pensando, incluso que en este mismo momento están leyendo estas palabras y compartiendo la alegría de este cumpleaños del blog, eso me hace muy dichoso. Me pone feliz y me hace muy bien saber que, aunque el que escribe soy yo, los que leen son ustedes.
Eso ya justifica muchos años más de No Somos Nada.

Feliz cumpleaños, entonces, al blog y a esa parte mía que escribe aquí, que se oculta y se muestra cada tanto y que aun sigo buscando.

Muchas gracias.

M.D. (El hombre que da señales incansablemente)

sábado, abril 05, 2008

UN ÉXITO DE SIEMPRE

N.S.N se enorgullece en presentar su querido y ponderado clásico...

Música con cornetas.

“Cómo levantar minas”

(La placa entra girando a toda velocidad. Se escucha la música muy fuerte).

Locutor: ¡Amigos! Esta noooche, como siempre, como nunca. Con la alegría de vivir. Con la esperanza de conquistar a todas las mujeres del barrio, nuestro conductor. El mesiánico Emeeeee Deeeeeeeeeee.

(Las luces giran a lo loco, explota un cañón con papel picado. La tribuna aplaude a rabiar)

MD: (aceleradísimo) Síiii. Buenas noches. Bienvenidos a la temporada 2008 de Cómo levantar minas, el programa del macho argentino. Hoy tenemos un pro-gra-món. ¡Buenas noches, tribuna!

(La tribuna aplaude y festeja)

MD: Qué alegría verlos de nuevo. Tenemos muchas novedades, como la escenografía y saludamos a los amigos de Miami que ahora nos ven por la cadena teleuno. Ya salimos en Miami. Le agradecemos también a Trentuno por el efecto del palpel picado. Pero, si bien este programa lo hacemos todos, no sería Cómo levantar minas sin nuestro mejor amigo, ¿de quién hablo? Ya sabemos bien que no hablo de otro que el gran Cherquis. ¡Adelante Cherquis!

(Entra Cherquis con los brazos arriba, saludando)

Tribuna: ¡Cherquis, Cherquis, Cherquis!

MD: Bienvenido Cherquis.

Cherquis: Hola, hola.

MD: ¿Cómo te trató el verano? ¿Mucho levante?

Cherquis: Bueno... No sé si muuucho.

MD: Vamos, ¡cuente, cuente!

Tribuna: ¡Que cuente, que cuente!

Cherquis: Bueno, me fui a la costa, a Mar del Plata más precisamente, y en el restaurante “El pulpo viejo” conocí a la chica de la caja...pero no quiero contar mucho.

MD: Vamos campeón, cuente.

Cherquis: Bueno, está bien. Y mariscos van, ostras vienen...

MD: (cargándolo) ¡Eeeeeh!

Tribuna: Eeeeeeh

Cherquis: ¡No carguen, che!

MD: ¿Le diste?

Cherquis: ...Sí.

MD: ¡Ahí va! ¡Vamos Cherquis todavía! Un aplauso para Cherquis que la sigue poniendo y sigue siendo discreto. Para que aprendan algunos.

Tribuna: (exaltadísimos) ¡Nerpo, nerpo, nerpo!

MD: ¿Dónde era el lugar?

Cherquis: En Mar del Plata, El Pulpo Viejo...

MD: Turro, estuviste garroneando comida y pasás el aviso acá. Bueno, el año pasado estuviste haciendo notas en la calle y eso ha gustado mucho. Este año también saliste a la calle ¿no?

Cherquis: Sí, sí.

MD: Y estuviste en un lugar rarísimo para esta nota.

Cherquis: Sí. Aprovechamos la primer noche del cacerolazo y fuimos a la Plaza de Mayo para saber cómo conquista un referente del prototipo de argentino promedio.

MD: ¡Claro! Porque no hay más argentino que el de Santa Fe y Callao. ¿A ver la nota?

(Se ve a Cherquis en Plaza de Mayo con gente enfervorecida y furiosa)

Cherquis: Hoy vamos a ver cómo levanta un señor en medio de una protesta.

(Se ve a un hombre entrado en años, con anteojos y dos botellas de plástico)

Cherquis: Señor, según su experiencia, ¿cuál es la mejor manera de conquistar a una mujer?

Señor: Bueno, vea joven. En mi época era diferente. Todo era mucho mejor. Ahora las muchachas sólo piensan en sexo. Sexo, sexo, sexo. En mi época usted debía cortejar a una joven hasta que los padres lo conocieran y recién ahí uno podía darle la mano. Era todo mejor.

(Se ve a una pareja de unos cincuenta años, el hombre es más bien tranquilo, pero la mujer está sacadísima, pegándole a una cacerola con una cuchara, cantando “que se vayan todos” con la cabeza en alto y un cartel en el pecho que dice “estoy con el campo”)

Cherquis: Usted que es casado, ¿cómo conquistó a su mujer?

Hombre: Bueno, mire... (se dificulta el sonido por los gritos y los golpes de la mujer). La verdad que no fue muy difícil. Yo me estaba por casar con otra, y unos días antes la conocí a mi señora.

Cherquis: ¿Y cuánto llevan de casados?

Hombre: (suspira) 30 años (vuelve a suspirar).

Cherquis: Señora, ¿usted se dejaba seducir por su marido, o lo hizo trabajar mucho?

Mujer: Vea señor, mi marido es un hombre de bien. No como estos gobernantes que son unos inmorales. ¿Me quiere decir adónde vamos a ir a parar? Yo a Cristina, no la voté. Que quede bien clarito.

Hombre: Pero el muchacho te pregunta por nuestro casamiento...

Mujer: Bueno, sí. El era un caballero en esa época. Antes tenías que ser un caballero. Mi padre no lo quería mucho, más bien no lo quería nada. Pero después lo fue aceptando. Esa época era todo más sano. Había amor verdadero, la gente se casaba y tenían hijos, como Dios manda. Ahora todo es un viva la pepa. Lo chicos están todo el día con eso de internet y se hacen homosexuales y se agarran esa enfermedad que ni la quiero nombrar. Antes no había nada de eso. Ahora no hay más valores. Antes era un mundo sano e inocente. ¡Cuántos recuerdos! La música se podía bailar y no era de degenerados. Estaba Nino Bravo. Estaba Manolo Galván, los Pimpinela. ¡Qué época maravillosa! Ahora se drogan y toman alcohol. Está lleno de cartoneros y delincuentes. ¿Dónde están los Derechos Humanos para nosotros, los ciudadanos de bien? ¡Porque a los de Derechos Humanos no les importa que la gente decente vivamos enrejados y los delincuentes anden por la calle, ¿eh?!

Cherquis: Muchas gracias.

Mujer: ¡Cuántos recuerdos! Un saludo a Formento que lo escucho siempre en su audición.

(Vuelve al estudio)

MD: Muy buena la nota Cherquis. Saludamos al marido de la señora que después de eso le dio un ACV lo que le provocó una isquemia. Va a estar unos cuantos años callada, lamentablemente.
Gracias, Cherquis.

Cherquis: La semana que viene te adelanto que tenemos una nota sorpresa, pero con un personaje imperdible.

MD: Buenísimo. Muy bien, ahora vamos a recibir a un invitado que ya es un amigo de la casa. Lo invitamos de nuevo porque cuando estuvo acá demostró que era un ganador, pero ahora le pasó algo que lo convierte en un ganador de tiempo completo. Me refiero a nuestro querido amigo, ustedes ya saben quién es...Carlos Pantop. Fuerte ese aplauso

(La tribuna aplaude. Entra Carlos con un pantalón negro y una camisa plateada.).

Carlos: Gracias, gracias por invitarme de nuevo.

MD: Gracias a vos por venir, querido. Sentate nomás. Bueno, contanos qué te pasó. Yo te digo la verdad, cuando me enteré dije, tenemos que invitarlo a Carlos de nuevo porque es un fenómeno.

Carlos: Muchas gracias. Pero todo te lo debo a vos porque me compré tu nuevo libro-cd “Convierta a la más difícil en una dama de compañía”.

MD: Le contamos a los espectadores que ya está a la venta en todos los quiscos del país.

Carlos: Sí. Y bueno, lo que me pasó es que como vos ya sabés yo soy extra de televisión y después de haber venido acá empecé a trabajar mucho. La gente en el barrio me paraba para pedirme un autógrafo, iba a la fiambrería y me regalaban, así como una gentileza ¿no?, cien gramos de cocido. Y yo estaba otra vez en el éxito, que viste cómo es esta carrera, un día estás arriba, otro día no, pero yo estaba sintiendo el cariño de la gente. Y eso Marcelita no lo empezó a tomar bien. Estaba un poco celosa...Viste como son las mujeres.

MD: Sí. No soportan el éxito de uno.

Carlos: Exactamente. Lo que pasa...yo la entiendo, de golpe estás con un hombre que en la esquina lo para una mujer linda para pedirle una foto con el celular y ella se ponía mal. Me decía que lo que querían las minas era acostarse conmigo, que solo me querían por mi fama.

MD: Le contamos a la gente que tu novia no era otra que la famosísima Marcela Brane.

Carlos: Claro. Y bueno, pelea va, pelea viene, me cansé un día y le dije “si tengo que elegir entre mi carrera y vos, elijo mi carrera. Muchos años busqué este momento. Vos sabés bien que yo trabajé con Darín, con Dumont...no iba a dejar que una mina me lo arruinara.

MD: ¡Pero claro, hombre!

Carlos: Y después de la separación, se me hizo un agujero.

MD: Claro, un agujero emocional.

Carlos: No, un agujero en el estómago. Me dio una úlcera tremenda de la angustia. Y ahí me empecé a deprimir y el trabajo empezó a bajar. Mi popularidad descendió y el día que fui a la fiambrería y no me regalaron el jamón, ese día me di cuenta que tenía que hacer algo. Me hizo un clic. Y entonces compré tu libro y recuperé la autoestima, me dije “Acá estoy yo. Vamos Carloncha, no afloje” Y un día que fui a cobrar a la asociación de extras me encontré con Marcelita; hacía tiempo que no hablábamos y ahí nomás la agerré y le dije: “Oíme bien. Vos estás para que yo te ame y vas a volver conmigo porque soy un ganador y te vas a tener que bancar a un tipo exitoso como yo. Porque vos podrás quererme para vos sola, pero yo soy del pueblo”

MD: ¿Y qué te dijo?

Carlos: Se largó a llorar y me dijo que tenía razón. Y volvimos.

MD: ¡Un aplauso para Carlos, por favor!

(La tribuna aplaude y vitorea).

MD: Tenemos unas fotos exclusivas de la reconciliación.

(Se ven unas fotos espantosas, como de imagen de filmación congelada, en donde aparecen abrazados, con fondo blanco)

MD: Carlos, muchas gracias por estar acá de nuevo con nosotros. Nos alegramos mucho por este nuevo éxito.

Carlos: Muchas gracias. Y ya te digo, nada de esto hubiera sido posible sin tu libro-cd.

MD: No, no. El éxito es tuyo. Vos te lo merecés. Gracias por venir. Y bueno, yo me quedaría todo el día con ustedes haciendo este programa, pero el tiempo se nos acabó hoy. Les agradezco a todos por estar ahí; a la tribuna, a Cherquis, a Carlos Pantop y a las autoridades del canal por confiar nuevamente en nosotros en esta propuesta para el macho argentino. Nos vemos en el próximo...

Tribuna: ¡Cómo levantar minas!

(Música, títulos finales, fin).

miércoles, abril 02, 2008

SOBRE LA LLUVIA Y OTROS TEMAS

Capaz nos pasa a todos, pero no le encuentro explicación a ciertos fenómenos de conducta. Uno de ellos es el encontrarse con personas a las que uno conoce poco, o peor aún: ¡con amigos!, y hablar del clima. Si uno va en un ascensor invariablemente se toca el tema de este modo:”...¡qué lluvia, eh!”

¿Estamos locos o qué?

Juro que tengo en galera 24 temas más interesantes para hablar antes que la lluvia.
Lo que me resulta más extraño es que si todos detestamos esa clase de conversaciones, ¿por qué las llevemos adelante?
Dicen las reglas de comportamiento que no hay que hablar de religión, política y no sé que más (no recuerdo porque es proverbial mi comportamiento indebido en fiestas y reuniones). Entonces como los temas superfluos interesantes ya están de antemano prohibidos, queda hablar de la actualidad climática o televisiva. Para peor, si llueve fuerte, la televisión habla de lluvia todo el día, entonces el tema se reduce a una sola cosa.

Pero voy más allá (si se puede extender un análisis tan banal como éste): el día que yo suba a un ascensor y una vecina me diga “¿sabe una cosa?, cuanto más conoce uno sobre la ciencia, la religión parece un juego de chicos”, ese día me caigo muerto.
Tal vez por no parecer antipáticos, muchos no dicen cosas que estarían bien dichas. No hablo de esa gente que argumenta su estupidez diciendo que es sincera como si eso les diera inimputabilidad para lo decir cualquier cosa. Pero a alguien que se le caiga una idea debe haber.

Yo reconozco que a veces es difícil. Sobre todo con mujeres que uno no conoce. Bueno sería llegar a una reunión y decirle a una “hoy he estado pensando que las máquinas de hemoterapia usan un sistema parecido al de los sifones de soda”. Pero si uno tiene una relación más o menos cotidiana, se puede aventurar a diferentes temas. Inclusive se pueden tocar temas cotidianos desde otro lugar y no la indignación como hacen algunos.
Usted habla de religión y lo miran mal (punto a favor para hablar de eso). Habla de política y lo pueden llegar a acuchillar (crédito parcial para hablar de eso). ¡Ni hablar de sexo! (le pueden llegar a prender fuego).

¿Entonces?

La lluvia otra vez.

Mi respuesta más cercana cuando alguien me habla de eso es “¿qué me importa?” y me recuerda a un dato que puede explicar mi mal humor ante esas cosas. Cuando era chico mi madre solía preguntarme cómo me había ido en el colegio y me daba bronca y fastidio tener que contar algo que ya había vivido todo el día. Era una prolongación del aburrimiento imperante. Cuando uno sale a la calle a encontrarse con las amistades, en el camino surgen los temas de la televisión y afines. Si ya lo vi recién y me aburrí tremendamente ¿para qué la seguimos?

Hace poco una novia que no ejerce más el cargo me mandó un mensaje de texto que decía algo así como “la vida es como una zapatería”. ¡Ahí hay un tema! ¿Existe mejor forma de acercarse a alguien que uno ha querido que con alguna provocación casi incoherente? Yo creo que no. Si esta mujer me hubiera dicho “qué lluvia pertinaz” no le prestaba atención. Pero se las ingenió para sembrar una duda y hacerme caer en la trampa, porque la curiosidad por aquella frase fue más que la indiferencia.

Por eso, pienso (esto no es pensar, pero se parece) que habría que abolir ciertos temas y abordar otros. El diálogo es la forma de acercarse a la verdad, y hablando del calor o del frío no voy a saber nunca si las señales que quiero enviar llegan, ni tampoco voy a recibir nada. Hablando con la mina más linda del mundo sobre el programa de anoche, poco puedo saber si me va a dar el teléfono o no. Tiene también esto que ver con el arte de la seducción, pero ese es un tema que no conozco y que toco muy mal.

Así que me voy, mirando el río, el cielo y preguntándome dos cosas que me inquietan mucho:
¿Por qué el orden universal es tan frágil y a la vez inalterable? Y lo segundo: ¿Por qué han puesto un pelotero en el Eladia Isabel de Buquebús?