sábado, mayo 31, 2008

BREVE REFLEXIÓN SOBRE LA ESTUPIDEZ EN INTERNET

Recuerdo que mientras estábamos discutiendo sobre la llegada del nuevo siglo –si empezaba en el 2000 o el 2001- y todas las mentiras que eso acarreaba (como el Y2K, una de las farsas más rimbombantes y, paradójicamente, olvidadas de los últimos años) el debate se trasladó a otro lado: cuando muchos expertos en ciencias humanísticas intentaban trazar una línea que pusiera fin a la polémica entre la modernidad y el fin de ésta, la caída de las Torres Gemelas nos agarró a todos muy desprevenidos y tal vez dio paso al comienzo o al fin del post modernismo. El modernismo en sí se acabó desde ese momento y el nuevo siglo XXI inauguraba su etapa de una manera un tanto extraña.
Acabada esa discusión, el auge por el desencanto político tomaba un esplendor alarmante. Las guerras mundiales (mucho más silenciosas que antaño) comenzaban de nuevo y todos acentuaban su suspicacia en lo inverosímil de los medios elegidos y lo cierto y secreto de los fines con intereses económicos (acaso como si las guerras no fueran otra cosa que una forma violenta de imponer intereses económicos).
En Argentina el clima era disímil, pero no tanto. Si bien este país está alejado de conflictos bélicos, la llegada del nuevo siglo trajo ese desencanto político que clamaba por la partida de cualquier hombre con afiliación partidaria. El “que se vayan todos” se escuchaba como si la especie política fuera un contingente de extraterrestres que llegó a invadir la Tierra para exterminar a sus habitantes, y nadie pudiera cambiar el fatídico destino de la especie humana. Algo, pensaron muchos, podemos hacer: gritar “que se vayan todos” y que “el pueblo unido, jamás será vencido”; o “si éste no es el pueblo, el pueblo dónde está”, porque así nos van a escuchar y vamos a utilizar la mejor arma, la queja.
Luego las cosas cambiaron, el desencanto se convirtió en hastío y el matrimonio siguió su rumbo. Pueblo y dirigencias convinieron dormir en habitaciones separadas, tener amantes, no hablarse, pero no separarse...por los chicos más que nada.

¿Y el voto?

No, dejame. Yo no los voté.

Mientras todo se calmaba y volvía a agitarse (porque aun los matrimonios separados en afecto, cuando pelean, pelean fuerte), los hijos miraron algo que sus primos más grandes ya usaban: las computadoras.
“La tecnología llegó para quedarse”, así dicen algunos noticieros cuando hacen un informe intentando explicarle a una persona de más de 60 años, qué es un fotolog.
Hace 20 años hablar de una operación con rayos x era como ser Julio Verne y la máquina de fax. Hoy la tecnología ha ayudado a mejorar la ciencia de una manera notable. El trabajo de investigación con células madres marcó un cambio en lo establecido en el ámbito científico. El avance que prometen estos estudios es incomparable y allí está el post modernismo entero. Claro que no es tan fácil. No es cuestión de jugar a ser Dios creando sangre y haciendo hígados para salvar vidas. “Dios es Dios y con eso no se juega, loco. Si te tenés que morir, te morís”. Así lo han manifestado algunos y la pelea sigue y sigue. Mientras, los más jóvenes, ayunos de estímulos para el pensamiento racional crítico, se volcaron no a la defensa de la tecnología en pos de la ciencia, si no en ponderar lo máximo que podían entender como complejo: internet.
¡Una red que te comunica con todo el mundo en un segundo! ¡Todo está internet!
¿Vos querés saber cómo se escribe una novela, cómo estafar a un banco ó cómo patear una pelota? ¡Buscalo en internet que seguro está!

Resulta extraño y risueño que los modernos ponderen algo que tiene más de 50 años. Desde Intranet hasta aquí pasó medio siglo, pero a nadie le importa. El futuro, una vez más, viene desde el pasado.

“Eeh. Pero no podés negar que la comunicación se mejoró muchísimo”.
Por supuesto que no se puede negar eso. Pero hay un secreto fatal en esa comunicación: esconde una tristeza patológica.
No sería muy lúcido decir que la comunicación de internet sólo nos aleja. No creo eso; pero de ahí a creer que es el futuro...hay un paso enorme.
Las redes sociales crecen, o crecían hasta ayer de una manera que nos pedía que le prestáramos atención. Un montón de gente que no se conoce del todo, pero que más o menos sí se registra entre sí, entablan amistad, mantienen romances, se piden dinero y se suman a “causas políticas sin identidad política, porque yo no creo en la política, viste” (lo cual es una postura política).
Pero la magia terminó. Las redes sociales llegaron a un techo en el que no se les puede pedir mucho más. Se cumplieron tres objetivos esenciales: la gente se comunicó, como primer factor; también ya se han segmentado los gustos de los consumidores “estoy a favor del café Starbucks” (lo que demuestra el real compromiso y el sentido humanismo de los tiempos que corren) y “Chauck Norris me dice que tengo 34% de posibilidades de ser un buen karateca”. Y ya se ha ejercido algo que yo llamo “el bocinazo”: todo lo que le pasa al usuario de la red social puede ser monitoreado por cualquiera. Es muy difícil tener una amante en una red social, porque en seguida una novia regular puede advertir la infidelidad.
Pero en el medio del bocinazo está jugando un factor increíble: la estupidez.
Hace unos días una amiga me mostró el perfil de una amiga suya (primer bocinazo) que contaba lo que estaba haciendo en ese momento (segundo bocinazo). Estaba comiendo pan. ¿Debo repetirlo?: estaba comiendo pan (tercer y fatal bocinazo. La víctima ha muerto).
Aquí es cuando llegamos a la tristeza: uno debe avisar que está comiendo pan, porque se nos pide ser protagonistas de una historia que nadie está contando, y que tampoco nadie quiere escuchar. Estamos obligados a enunciar cada uno de nuestros actos para demostrar una normalidad. Eso es una estupidez, pero una estupidez inducida. Lo que hay detrás de eso es tristeza. Necesitamos explicar lo que hacemos tal vez para no sentirnos tan solos en un universo donde estamos básicamente solos. Estamos tristes y estamos viendo la película de otros donde cuentan cómo han llegado a un supuesto éxito. Estar metido en internet implica demostrarse exitoso y ser tan miserable e inescrupuloso de decirlo. No alcanza con decir “soy feliz” (si tal cosa se puede), hay que demostrar que el suceso nos corresponde y que depende de uno, etc, etc, etc.

Todo esto es sólo una falsa percepción de la sabiduría. No en vano Sócrates dijo que no sabía nada. Aquel que sabe que sabe algo, entiende que no comprende ni una milésima de la complejidad de las cosas, y allí radica la angustia. El que más sabe se calla por elegante, pero también porque apenas conoce el asunto.

La claridad de las cosas es un engaño para estúpidos. El bocinazo es una distracción de lo elemental de la vida. Muchos nos moriremos sin saber cómo se duplica una célula artificialmente. Pero si nos dedicáramos a usar el conocimiento tecnológico en defensa de la investigación y del verdadero avance, y no del café Starbuck´s, tal vez el velo del misterio no se corra del todo, pero si se transparentará un poco.
Dejar de lado el no compromiso, desde la política hasta la tecnología, nos hará hombres más lúcidos, nos dará otra perspectiva y nos ayudará a sobrellevar la angustia de conocer algunas cosas. Porque el que sufre por saber, el que vive la angustia de saber que las matemáticas son eternas, igual que la soledad del universo, también tiene más capacidad para gozar de todo aquello que sí logra entender. Cuanto más se entienda sobre la complejidad de las cosas, más sufriremos, pero también más disfrutaremos de esa pequeña porción que logramos conocer y nos sentiremos motivados en encontrar lo que falta, aun sabiendo que tal vez todo sea en vano.

Buscar la felicidad como un estado constante es digno de un loco. Entender que son apenas momentos efímeros y asumirlo así, nos dará mayor capacidad para disfrutar de eso cuando suceda.

Todo lo demás, es accesorio y, sospecho, no lo sé, hecho para los torpes.

miércoles, mayo 28, 2008

ESTA NOCHE HAY RADIO

Mientras ustedes están ahí dale que risas y dale que tragos y mujeres y más risas, yo trabajo desde mi habitación 5 estrellas del Marriot y aunque recién llegué de nadar me dio un poco de culpa no actualizar avisando algo importante (en la pileta hay internet debajo del agua, pero ese es otro tema, ya que yo no tengo el chip cerebral que agarra el wi fi -se dice uai-fai, ay Dios, cuántas cosas sé-)y prendí la notebook que hay al lado del mini bar para decir que hoy miércoles tal vez, sólo tal vez, estaremos una vez más, a las 21 hs, en el programa "Noche de miércoles", pero esta vez voy a ir armado para amedrentar a los del noticiero. La cosa es que con sólo entrar en http://www.comfer.gov.ar/ ahí abajo a la derecha dice en grande "ISER" y haciendo "click" (se dice "clic"), escuchan el programa sin ninguna interferencia. Aviso que esta noche los conductores sortearán entre los oyentes un auto (el auto puede no ser real, y sólo un producto de mi imaginación y/o una estrategia publicitaria canalla, pero eficaz)

Basta de hablar, que estoy muy cansado y debo seguir trabajando en cosas muy importantes...por favor, otro martini, pero esta vez más seco, porque si no el gerente de este hotelucho me va a escuchar.

domingo, mayo 25, 2008

BUSCANDO A ANDREA

Buenos Aires parece una ciudad grande. No es que sea gigante, de hecho no lo es, pero parece inmensa a los efectos de encontrar a alguien.
Las calles, algunas, tal vez todas, son insoportablemente continuas. Hay en esa continuidad una suerte de incesante eternidad. Creo que caminé la calle Juncal mil veces en un día y juro que no era la misma calle.
Busqué a Andrea por todos lados. Hace meses que no la encuentro. Estuve por todas las esquinas, pero no hay caso. A veces pienso que se fue a otra parte, a otra provincia, a otro país quizás.
Andrea era una mujer hermosa; creo que aun debe seguir siéndolo, al fin y al cabo no ha pasado tanto tiempo.
La última vez que la vi (creo que fue la última, estoy mintiendo para darle un sentido literario) dijo cosas que no recuerdo bien, pero infiero que fue algo así como “No quiero verte más. No me busques”. Muy probablemente haya dicho eso. Lo que sí recuerdo es verla yéndose caminando por la calle: tenía el pelo muy largo, mas de lo habitual y estaba más rubia.
Desde esa vez no fui el mismo. Eso es bien fácil: nadie es el mismo después de un desengaño. Perder un amor es morirse un poco. Creo que esa vez no me importó mucho, pero con el tiempo me di cuenta de la gravedad de la tragedia.
Andrea solía leer unos libros que yo consideraba horribles, pero creo que lo hacía a propósito. La inteligencia de esa mujer era asombrosa. En algún momento tuve la ligera intuición de que ella conocía los clásicos muy bien y por discreción no lo decía. Sus razonamientos eran mucho más lúcidos que los míos (lo cual no es nada difícil a decir verdad) pero también mucho más acertados que varias de las personas que conocí en esos tiempos.
Yo había hecho una modesta fama de trasnochador. Confieso, como algo vulgar y al pasar, que esa fama me daba cierto orgullo, y ella sospechaba ese orgullo. Tal vez nunca me lo perdonó.
Nunca fui un hombre del día, si no que me desempeñaba mejor en las fiestas nocturnas, en las salidas con amigos, en los juegos de cartas (he perdido fortunas jugando al pase inglés) e intenté siempre robarle algún “sí” a cualquier mujer que se me cruzara, solo por satisfacer mi orgullo. Andrea sabía eso y siempre intentó darle la mejor interpretación posible. Claro que las mujeres buenas tienen un límite y ese límite es el desamor.
Cuando me tocó vivir ese momento, como dije, me morí un poco; o me morí bastante. Arrepentido (me di cuenta sobretodo que estaba arrepentido cuando dejé de recordar su imagen con nitidez) empecé a buscarla. Primero la búsqueda fue en los lugares que frecuentábamos. Pasó algo extraño: ya no sólo había olvidado su imagen, si no que los recuerdos también eran confusos. Un día toqué el timbre en una casa en Palermo y apareció una vieja novia a quien había olvidado (y ella había tenido la doble gentileza de hacer lo mismo conmigo). Jamás me pude explicar cómo fui a dar a esa dirección. Debí haberme dado cuenta. Sólo un estúpido puede cometer semejante desacierto.
Esa noche, completamente perturbado en los tragamonedas del hipódromo, mientras tomábamos un trago, mi amigo Juan, aficionado a la psicología (en verdad sólo leyó “La Interpretación de los Sueños” pero todos en la barra sabemos que lo hizo para saber qué números jugar en la quiniela) me dijo que eso había sido un acto inconsciente. –¡Por supuesto que fue inconsciente!- Respondí. –Nadie en su sano juicio puede ser tan idiota de ir a buscar a una novia y tocar la puerta de otra.

-No. Sabés bien de qué te hablo. Todo está en la cabeza. Vos estabas buscando a Andrea, pero en verdad querías encontrarte con Soledad.

- No Juan. Estoy buscando a Andrea. Necesito encontrarla.- Contesté y nos quedamos en silencio un rato.

- ¿Y si la buscás en la guía?

Esa noche ganamos 300 pesos.

El tiempo pasa. De más está decir que ni en la guía telefónica ni en ningún lado encontré a quien buscaba. Las penas de amor parecen irse con el paso del tiempo, pero íntimamente creo que es mentira. Si había olvidado a Soledad es por una razón cruel y sencilla: nunca la había querido. Tal vez uno no debe confesar estas cosas, pero esto puede servir de triste pitonisa a los enamorados. No se olvida. Nunca se olvida si uno ha querido.

Estaba viendo libros y revistas viejas en Corrientes. Encontré una colección de veinte números de la Muy Interesante de 1989 y diez de El Gráfico de 1986 y no sé por qué las compré. Creo que me gusta comprar cosas que no sirven para nada. Caminando me entretuve también mirando las carteleras de los teatros. Las marquesinas con las fotos de las figuras de los espectáculos son enormes, cada vez más grandes. Pensé con cierta sorna que las bataclanas de los 40´ se morirían de bronca viendo esas gigantografías. Entre la gente, entre la muchísima gente que camina por Corrientes a la tarde pasó lo peor: vi a Andrea. Quedé paralizado. Estaba en la cuadra de enfrente a la mía en dirección contraria. Sentí un espantoso frío; no sabía qué hacer. No pude gritarle, no es mi estilo, y de todos modos hubiera sido inútil, el ruido de los autos y colectivos me lo hubiera impedido. Como un reflejo tardío intenté cruzar la avenida, pero era imposible, el semáforo no me favorecía. Caminé sobre mis pasos con rapidez, corrí para llegar a la esquina, cruzar y encontrarla de frente. Intentaba no perderla de vista. El semáforo cortó antes de que yo llegara al cruce peatonal y pasé la avenida casi un cuarto antes de la esquina. En la vereda no la divisaba. Caminé hacia el lado que ella iba, miré a la vuelta, tal vez había doblado; seguí camino y crucé, la vi de atrás, intenté alcanzarla. Las revistas se me iban cayendo, pero no me importaba. El tumulto me complicaba el paso. ¿Qué iba a decirle? “Hola, estoy arrepentido”. No sabía ni lo que hacía. La perdí de vista otra vez. Me quedé quieto donde estaba intentando encontrarla. Otra vez la había perdido. Pensaba en nada, cuando me pareció verla ahora caminando hacia mí. Parecía ella, pero más castaña. Cambié de lugar la vista, tal vez por nervios, sin entender mucho, y me pareció verla en frente, pero completamente morocha. La vi en un taxi, la vi caminando en múltiples direcciones, la vi en un local. La había encontrado, pero no hacía otra cosa que perderla.

Recordé que tal vez Andrea no era rubia ni baja, si no alta y morocha. Recordé que no nos habíamos visto tanto, ni que habíamos caminado por los lugares que la busqué al principio. Recordé entonces que quizás no nos habíamos conocido jamás.

Claro que había estado buscando a Andrea, que la había encontrado y que la había perdido. Pero tal vez ella no era Andrea, si no que era otra. Que todas eran Andrea y Andrea era ninguna.
Cuando la buscaba, no hacía otra cosa que buscar el amor bajo una forma preconcebida y caprichosa. Andrea puede ser Andrea, pero también Soledad, aquella chica que había olvidado; y también puede ser esa que está por venir.
Parece que no hacemos otra cosa que caminar buscando reconocer al amor que no olvidamos, sin advertir que ese amor tal vez no existe, que esa búsqueda de alguien pasado puede ser justamente todo lo contrario. Que los recuerdos son anhelos de lo que deseamos que nos suceda. Y así caminamos, buscando una cara que hemos visto en algún lado y en ninguna parte. Buscamos un sueño sin reconocer que estamos despiertos, y cuando dormimos, soñamos despertar para dar con ese amor.

La vida del hombre conlleva hechos, recuerdos e ilusiones. Mientras escribo esto, entiendo que Andrea no existe, y que sólo busco inventarla, aunque dentro mío, conservo la esperanza de que sí exista y me espere en algún lado.
Parece ilógico, pero lo esencial en la vida del hombre muchas veces carece de toda lógica. Esos hechos, recuerdos e ilusiones pueden ser absurdos e irreductibles a la razón. Y aunque nadie vuelve de ningún lado, la búsqueda es tan incesante y eterna como las calles que recorro para encontrar ese amor, aun sabiendo que ese amor todavía ni siquiera me ha inventado a mí.

sábado, mayo 24, 2008

SINATRA POR D'ONOFRIO

Ya es de día y recién termino una noche estupenda.
Comenzamos la velada en la presentación del libro Mariposa de Noche de Cecilia Noriega que es un libro lindísimo de poesías bellísimas. Cómprenlo, sé lo que les digo.

Luego tuve una magrugada de ensayos y grabaciones. En un momento me puse a jugar con las teclas y puse rec en una cinta y grabé esta versión de All The Way de Frank Sinatra, en una toma. La escuché y me gustó, por lo que sólo tuve que digitalizar la canción desde el casette y la subo aquí para los que quieran escucharme faltándole el respeto al gran Sinatra en esta pobre versión mía, aunque sospecho que no es tan mala (no es una grabación de estudio, aunque sí directa de consola, así que sepan disculpar la desprolijidad, pero muchas canciones me gustan grabadas así, y aparte es un tema que además de gustarme muchísimo, lo tengo clavado en el pecho y necesitaba cantarlo)

Con ustedes: MD (lo digo con mucha humildad, pero empiezo a sentir un extraño orgullo por todas las cosas que me están sucediendo y por las cosas que hago)


jueves, mayo 22, 2008

ANUNCIOS

Una ráfaga de novedades:

Anoche estuvimos con mi amigo Gigy en el programa Noche de Miércoles que se emite por FM ISER, la radio del Instituto Superior de Enseñanza Radiofónica. Yo fui medio de colado, invitado por mi amigo, pero estaremos ahí todos los miércoles, así que atenti que la semana que viene vamos a hacer mordaces comentarios sobre la realidad y una sátira sobre la actualidad (mentira, apenas si yo haré un comentario, pero no está de más que nos escuchen). De todos modos la próxima semana avisaré con más detalle y pondré el link para escuchar la radio (se escucha mejor por internet que por radio)

Pero lo que realmente me llama a actualizar el blog es avisar a todos que este viernes 23 de mayo, la escritora Cecilia Noriega estará presentando su nuevo libro de poemas Mariposa de la Noche, que según me han dicho es estupendo, así que sin dudarlo lo recomiendo, y recomiendo ir el viernes a las 20:30 hs al Refill Café, que queda en la avenida Córdoba 3358, que allí estará Cecilia. Como algo medio malo y que resta a esto diré que yo voy a estar ahí medio de incógnito (lo cual no es nada nuevo), pero lo que sí suma es que ahí también va a estar la ya famosísima Mariana Bauzá y pueden ir ahí a verla, pero no a pedir, ni a ella ni a mí, ningún autógrafo ni decirnos nada, ya que la única protagonista es Cecilia Noriega y al primero que venga a saludarme de cerca lo hago sacar con la seguridad.
Así que ya saben, vayan a ver con nosotros a esta escritora que ha tenido en mí una influencia extraordinaria (ya contaré eso en otro momento) y cantaremos cosas culturales como "pan y vino, pan y vino, pan y vino, pan y vino, es Noriega y ella escribe en versos y no aforismos", pero sin romper nada.

No vemos ahí.

domingo, mayo 18, 2008

DIVERSOS PLANOS, UN PLANO

"Soñaba con Idibal. De día la imaginaba. Empezó a soñar que podía encontrarla. Finalmente, no podía imaginarla, ni soñar con ella".
ADOLFO BIOY CASARES. La Trama Celeste


Hace seis días recibí un sobre con un texto escrito a mano. Es muy extraño recibir cartas estos días (tal vez es innecesario aclararlo), pero me veo obligado a transcribirla:

"Comprendo, de forma aritmética, cada una de las posibles opciones que pueden surgir ante cualquier situación.
Debo ser más claro: cada decisión es un movimiento exacto. Cada error (cada percepción de un error) es una opción ya preconcebida y analizada de antemano.
Nada está librado al azar. Nada sobra aquí, donde parece que todo es accesorio.
En este corto tiempo he descubierto el desplazamiento en diversos planos: el mortal y el inmortal.
La mortalidad es tal vez el mejor lugar de movimiento. No hay otra cosa detrás nuestro que la muerte. Peor aún, el futuro no es otra cosa que el fin. A eso le escapamos. Estar vivo es intentar olvidar la condición de pasajero. Pero a eso también vamos; es una trampa inevitable.
La inmortalidad sin embargo es la búsqueda de la muerte. La inmortalidad es una condena inverosímil, apócrifa, acaso insensata. Cualquier persona busca no morir. El inmortal en cambio busca acabar con su condición.
Tal vez el hombre desde el comienzo ha buscado permanecer. La especie se propagó por el mundo y se creó esa falsa idea de la descendencia como prolongación de uno mismo. Nada más falso.
Allí estuve alguna vez. Divagando por las paredes del no fin. Allí he creído ser inalcanzable. Había encontrado la cura a la muerte: sabía que existía el amor.
Por supuesto que no he descubierto yo eso. Simplemente estoy robando 2300 años de letras e ideas sobre este mismo tema. Pero es cierto también que dentro del amor, uno se sabe infinito.
Hoy, dentro de la mortalidad busco apenas enamorarme para extender algunas horas lo inevitable.

El experimento del tiempo ha comenzado. O mejor dicho: tal vez ha terminado. Yo he jugado con el tiempo y el espacio como he querido. Fui todos los hombres y hoy soy apenas la sombra de aquel que nunca fui. Me moví entre la finitud y lo eterno sin ningún permiso, y bien se sabe que el universo no perdona esa falta de respeto. No es que el universo sea rencoroso, pero sí indiferente.

Por eso hoy, mientras veo como desvanezco, como pierdo fuerza y como a cada rato soy más y más mortal, entiendo con esa lógica aritmética, que dentro de este plano volveré a hacer una trampa: otra vez jugaré donde no es permitido y seré inmortal, una vez más, por más inútil que esto sea. Por más que no esté más aquí, de algún extraño modo volveré desde allí hasta aquí; estaré, como siempre, en un lugar y en otro.
La muerte es inevitable. Déjenme creer que por estos días no es así".


La carta carece de fecha, sin embargo debo confesar algo que omití intencionalmente: el texto lleva mi letra y mi firma.

No sé desde dónde ni cuándo escribí ni mandé esa carta. Pero sí sé que ese yo paralelo no miente. El experimento del tiempo puede estar empezando o terminando; lo mismo da. Lo que me alarma es que el final es anticipado no en vano. Recibir noticias de mí mismo, desde algún lugar, es la prueba de ello.
Sólo me queda esperar pasar de un plano a otro para que ese otro yo, o cualquier otro, ocupe el lugar que dejaré vacío aquí. Todo lo demás no lo sé. Carezco del conocimiento suficiente para explicar esos planos que mi réplica dice manejar con perfección matemática, pero puedo decir que tal vez dentro del espacio y tiempo confluyen diversos mundos que no pueden separarse de ese tiempo y lugar, ni de las personas que allí habitan. Prefiero creer eso, teniendo en cuenta que el final, mi final, está llegando desde un lugar exactamente igual a este; o al menos tan parecido, que me hará creer que aun busco la inmortalidad, por más que ya no tenga ningún sentido.

lunes, mayo 12, 2008

LA VENTAJA DE SER CHINO (SALVO POR SU IDIOMA)

Yo, como muchos de los neo solteros de los años dosmiles (qué bien que suena), soy un tipo de supermercado. Esto alguna vez ya lo he contado, voy casi todos los días al súper, que queda a menos de una cuadra de mi casa y compro muchísimas cosas inservibles. Algunos me dicen que vaya una vez cada veinte días, pero no sé hacer compras grandes; eso es para mujeres que planifican mucho. Yo prefiero saber qué necesito, ir y comprarlo.
Conozco casi todos los trucos del supermercado: a qué hora y en qué días hay menos gente, la trampa de las ofertas, etc. Hasta los movimientos de las cajas según las cajeras que estén en ese momento. Por ejemplo: si en una caja más o menos lenta veo a algunas de las mejores cajeras sé que me voy a ir antes que buscando las cajas rápidas en donde están las cajeras lentas.
Pero mi romance con el súper se estaba terminando. Ya estoy fastidiado de ir y ver siempre a los mismos (porque los clientes también somos los mismos), y la ultra lentitud de viejos que tardan muchísimo en pagar y se suma al caos de algunas cajeras que pierden el tiempo con trucos malísimos como atarse el pelo, tomar agua despacio o pedir monedas en voz baja, para lograr perder tiempo.

Pero algo increíble pasó. Algo que me iluminó la vida. Algo que destruyó mis prejuicios y desdén por la cultura oriental: pusieron a una cuadra de aquí (pero de acceso comodísimo) un supermercado chino. Claro, cualquiera podrá decir “¿Y qué diferencia hay?” ¡Montones de diferencias! Esa es mi respuesta.
En el súper grande hay mucha gente, en los chinos no. Y aparte no es un súper, es un almacén: unos estantes, una fiambrería atrás y chau. ¡No puedo pedir más!
También todos sabemos lo de los feriados. Es el lugar ideal. Pero ahora los mercados grandes no cierran los feriados, si no que abren hasta media tarde o cierran dos hora antes. Generalmente uno no está en las mejores condiciones en un feriado (o porque salió la noche anterior, o porque recibió visitas, o porque tuvo serios problemas de hígado por una protoporfiriaeritriopeca –eso que te pasa cuando tenés alergia a la luz y las células son afectadas por ésta, y las células sanguíneas dañadas, que contienen protoporfirina te rompen el hígado, porque la protoporfirina se produce en el hígado, claro-) y hay que ir a comprar alguna lechuga, dos papas, hamburguesas, una afeitadora y una gaseosa. Con los chinos uno puede ir bien tarde a comprar todo eso y no tener que salir corriendo como con los otros lugares.

Admito que jamás me llevé bien con todo lo chino (desde personas hasta televisores), pero hay algo que me parece muy valioso, admirable y casi temerario: el chino llega a un país sin tener la menor idea acerca del idioma, y sin embargo monta un negocio y lo trabaja. Eso me parece muy raro. Yo no iría a trabajar a China ni loco, y menos en atención al público, cuando el idioma no puedo ni sospecharlo.
¿Alguien se imagina atendiendo un mercado en China y teniendo que explicar las ventajas de una marca de arroz con respecto a otra? ¡Eso es imposible! Por eso no debe haber supermercados en China. Estoy seguro, no hay, simplemente porque deben atenderlo los extranjeros, que no saben ni cómo saludar.
Sí, dije “atenderlo extranjeros”, porque en China, que es al otro lado del mundo, todo es al revés. Así como aquí es de día, ahora en Pekín es de noche. Así como aquí los mercados chinos son atendidos por, justamente, chinos, allí son supermercados argentinos, o uruguayos, o chilenos, etc, y en vez de decirse “eso fue penal de acá a la China” allá se dice “Eeeh, eso es penal de acá a la Argentina”. Todo es así, de modo que podemos darnos una idea de cómo son algunas costumbres; pero de ahí a las palabras ¡es mucha diferencia! Ni siquiera entiendo sus billetes...¡ni siquiera usan el sistema numérico occidental! Imagínense teniendo que decir “3,50”. Sencillamente es una cosa que no se puede. Por eso supongo que allí las cosas las regalan y no las venden.
El chino parece metódico y celebro eso. Ahora, la comida china, no me gusta casi nada.

No sé qué otras diferencias habrá entre ser chino y no. Calculo que todas las nacionalidades son iguales...salvo muchas que no quiero nombrar como Chile, o Inglaterra, que como son países casi sin territorio tienen que agarrarse de donde sea para no salir por el océano y navegar sin destino por toda la eternidad, o hasta chocarse con el continente contrario, que en el caso de Inglaterra sería con América, que la verdad que ya viene bastante golpeado el continente como para seguir golpeándose con islas de fantasía, y en el caso de Chile, se toparía con Asía, que es un lugar medio...digamos que al mundo le viene sobrando Asia, porque hay mucha gente y muchos problemas. Pero por lo menos los chilenos no se chocarían con la vieja Europa, que bueno...la verdad que Europa deja bastante que desear, tanto en lo geográfico como el lo social, ya que ser europeo es como ser medio...no sé si la palabra es ignorante o prehistórico...pero tampoco quiero entrar en polémicas diciendo cosas de otros lugares ya que aquí queremos a todos los países sin excepción.

En fin, me voy al súper chino, a la parte de la fiambrería, a preguntarle la diferencia entre un jamón y otro.

sábado, mayo 10, 2008

LA MÁQUINA PUBLICITARIA

¿Su pareja ya no es quien solía ser? ¿Quiere abandonar esa relación espantosa que le hace sentir que el tiempo se va al tacho de basura? ¡No deje para mañana lo que puede hacer hoy! Demuéstrele su desinterés con un bombón 3 Corazones.
El 3 Corazones es un exquisito chocolate que incluye un poema que apoyará, de manera distinguida, el mensaje que se nos quiere expresar desde el título.

Deje a la mujer odiada o al hombre insoportable con la sutil elegancia y el glamour que sólo puede brindarle el bombón 3 Corazones con su selección de Poemas Ingratos.

“Esto ya no es lo que era, y vos te vas poniendo fiera”

“ Si el cielo tuviera tu rostro, vos serías como un monstruo”

“ Se nota que ya no te importa, pero este chocolate sí engorda”

La colección Poemas Ingratos, exclusiva del bombón 3 Corazones, es una suave brisa de desanimo, que nos permite, sin herir, dejar en claro nuestro desamor hacia la persona a quien se lo regalamos.

Sea usted también un caballero. No pierda la oportunidad de pasarle un trapo a la mismísima princesa de Mónaco y ser usted una verdadera reina. Los hombres y mujeres del país ya lo piden así: ¡Bombón 3 Corazones!

miércoles, mayo 07, 2008

CONSULTORIO SENTIMENTAL

Después de meses y meses sin abrir el correo, decidí (por dos votos a favor y una abstención) abrirlo y entre los reclamos y cadenas de mails, había muchas consultas sentimentales. La gente está agotada de no recibir respuestas, ya sea de orden profesional o gubernamental, así que se abre una vez más el consultorio del amooorrrrrr.

“Señor D’. Estoy desesperada: mi marido ya no es el de antes. Él solía hacerme regalos y ser un hombre protector, pero ya no hace más esas cosas. En 24 años de casados, empiezo a sentir que el matrimonio no es lo mismo. ¿Qué es lo que sucede?
Alicia, de Barrio Norte”.

Efectivamente, querida Alicia, el matrimonio después de un tiempo prudencial (3 meses) comienza a vivirse como una tortuosa tarea. Lo que en un comienzo fue un momento mágico, se torna una macabra venganza del destino, acaso como si el destino tuviera contra uno una animosidad espantosa, que nos empuja a pensar en terminar nuestros días urgentemente.
Sin embargo muchas señoras y alegres mujeres jóvenes han visto soluciones en pequeños detalles. Yo recomiendo, sobre todo después de 24 años, recurrir a la fantasía, jugar con la imaginación. Es importante fomentar nuevos estímulos. Un ejemplo práctico: haga en su living un camino de pétalos de rosas que vayan directamente a su habitación. Cuando su marido llegue él seguirá la senda indicada y se encontrará con una preciosa mujer de 25 años (que usted habrá tenido la precaución de haber contratado antes y luego irse de casa unas horas, por ejemplo, a lo de su hermana ). Luego llámelo por teléfono y pregúntele cómo le fue y él agradecerá la sorpresa. Ya de esa forma se reestablecerá el diálogo, que imagino a esta altura debe ser inexistente,¡Gracias por consultar!



“Querido Dr.
Soy una señora bien. Toda la vida he hecho cosas y por dedicarme a mis múltiples profesiones, y por ser una mujer de-sen- te, no he logrado conseguir pareja. Toda la vida hice lo correcto, pero los hombres son todos iguales y no respetan nada. ¿Podré tener una oportunidad o ya es muy tarde?
Susana de Belgrano”

Francamente Susana, yo creo que no, que no hay oportunidades. También creo que no hay que ponerse exigente y hay que agarrar lo que venga. Quiero decir: hasta los 40 años se puede ser filisteo, pero luego...no tiene mucho sentido. ¡Incluso antes no tiene mucho sentido! “Aaay, yo quiero una mujer buena y linda e inteligente, y con plata y profesional y buena y...” dice un amigo mío. Y yo le digo “¡No! Vos lo que querés es casarte con tu vieja, ¡degenerado! Porque de esas minas que estás diciendo no queda ni una. ¿Qué más querés? Te faltó decir que cocine. ¡Atorrante! Mirá, si te agarro te rompo la cara...No, no, soltame, ¡Soltame te digo! Que si le pongo una mano encima lo desarmo. Andar pidiendo minas así...¿Qué se cree? No, si es como te digo, el mundo está lleno de locos. Comé lo que hay y no hagás escándalo, porque así no te va a dar bola ninguna. ¡Me enojé! ¡Estoy tan enojado que la carta que sigue no la contesto!


“Señor MD: Soy una mujer de 31 años. La verdad sé que soy una mujer linda, pero tengo un problema y es que no puedo conseguir novio. Me parece que tal vez soy demasiado exigente. Vengo de muchas malas experiencias y le temo un poco al desengaño. Admito que no me faltan propuestas, pero tengo miedo de salir lastimada como me ha sucedido ya varias veces. ¿Soy yo que le tengo miedo al compromiso o es que las malas rachas de parejas que tuve me convirtieron en una mujer temerosa?
Carolina, de Olivos.

No. No contesto. La que sigue.


“Señor M:
Desde que mi mujer me dejó hace un año he perdido la autoestima. Sin embargo unos amigos me han llevado a bailar y conocí a una chica diez años más joven que yo. La mina es buena, pero yo vengo con un bagaje de 10 años de matrimonio y me da miedo lastimarla, pobrecita. La piba me llama por teléfono, me manda mensajes de texto y me da no sé qué, porque, es verdad, sexualmente es una locomotora, pero emocionalmente no le puedo dar nada aun. ¿Qué hago?
Claudio de Quilmes”.

Me gusta tu sinceridad Claudio. Está muy bien lo que decís. Uno, luego de un abandono se pone triste y melancólico, pero cada tanto aparecen chicas que nos hacen recuperar el entusiasmo por los asuntos amorosos. Mirá, yo tengo un amigo que pide mujeres que sean buenas, fieles y no sé qué más, y yo le digo que no se ponga en exigente y que agarre lo que aparezca. En este caso te recomiendo lo mismo: quedate ahí y luego, si ella se cansa, te vas o la dejás ir. ¡Ojo! Si se cansa nada de decirle “ay, ay, ay, me arrepentí” ¡No! Si la vas de desinteresado hay que bancáresla y si no te la jugás y la querés como corresponde, pero nada de hacer berrinches ni esas cosas. Igual si la mina es buena en la cama se puede mantener un noviazgo un montón de tiempo y mentir sobre los sentimientos y esas cosas, que son cosas de minas. De última vos decile que la querés y listo (recomiendo esto día por medio o dos días, para no cansarla).


"Doctor Amor:
Me llamo Verónica y soy una mujer linda y sensible.
Hace un mes conocí a un hombre diez años mayor que yo, que está divorciado. Nos conocimos en una discoteca. La mujer lo abandonó y viene algo desanimado. Yo hago todo lo que puedo, intento hacerlo sentir bien, pero cuesta. En vez de disfrutar estar con una chica más joven y más buena que la ex mujer, sin planteos ni nada, da vueltas y vueltas, no me contesta los mensajes y cuando logro verlo, después de pasarlo re bien, él se pone triste. Ya no sé qué hace. Espero respuesta.
Verónica de Quilmes".


Verónica, tu caso es muy interesante. Te voy a hablar como si fueras mi amiga: no pierdas el tiempo. No desperdicies tu juventud en manos de un tipo que da tantas vueltas, como decís vos.
Si querés mantenerlo, hacelo, pero te recomiendo alivianar la carga con romances paralelos. No tires a la basura tus mejores años por un tipo que ni siquiera sabemos por qué lo dejó la mujer. Aparte debe ser medio depresivo y te va a arrastrar a vos a eso. Mirá: si lo querés dejar, dejalo ahora que él va a entender y no te va a decir “ay, ay, ay, me arrepentí”. Pero si no lo querés dejar, insisto, buscá otro novio que no pretenda ser él único, y de esa manera te vas a sentir mucho, mucho, mejor. Te dejo un beso y te mando por mail mi teléfono, porque tu caso es muy interesante y me gustaría tratarlo más de cerca, ya que creo que mereces que te quieran bien y te lo hagan saber todos los días.


Gracias amigos. Esto ha sido todo y esperamos sus consultas.

jueves, mayo 01, 2008

EL TREN BALA

Pido disculpas por haber demorado en actualizar y no cumplir con los Misterios del Doctor Cagliostro, pero como algunos sabrán, estuve a unos pasos (no quiero ser tendencioso ni alarmista), ¡A UNOS PASOS DE MORIR! por una infección que obligó a que tuviera que ser tratado de URGENCIA, mientras muchos estaban allí, dale que risas, dale que bailes y tragos y mujeres, y más risas, y yo acá, moribundo y tan dolorido que me tuvieron que dar una cosa como la ketamina, que como sabrán es un calmante para caballos, ¡PARA CABALLOS!, ¡ASÍ QUE HACETE UNA IDEA DEL DOLOR! (en este momento tengo una pastilla de ketrolac debajo de la lengua, para calmar el TERRIBLE DOLOR).
Pero para desesperanza de muchos, aún estoy vivo y planeo seguir así mucho, mucho, mucho tiempo más ya que los antibióticos (CON ÁCIDO CLAVULÁNICO lo que los hace de amplio espectro, ya que tenía la infección A HORAS DE ENTRAR EN EL CEREBRO Y REVENTAR, DÁNDOME UN FINAL ABRUPTO Y DOLOROSO) han evitado mi desceso.
Así que ahora, que SIGO VIVO, me siento mejor tipo, y lo primero que hago es no sentir ningún rencor por LA INDIFERENCIA RECIBIDA EN MIS SUPUESTAS ÚLTIMAS HORAS (aunque es cierto también que no avisé a nadie ni dije nada hasta solucionada la peor parte...eso puede haber influido en que nadie supiera del asunto).
De todos modos, ya superado este trance, los deleito con un jocoso sketch de actualidad, porque soy un tipo comprometido (no como otros que andan dale que risas, dale que bailes y tragos y mujeres, y más risas y uno acá LUCHANDO POR VIVIR).

Igual los quiero...y mucho.


A lo nuestro:

En exclusiva N.S.N muestra las negociaciones secretas del Gobierno Argentino con el Gobierno Francés para la construcción del tren bala. Las imágenes son tomadas por nuestro enviado (parte invitada del arduo trabajo) MD.

La reunión se realiza en un secreto lugar de Buenos Aires, con la Presidente, el Ministro de Gabinete Alberto Fernández, D´Elía y el Presidente francés Sarcozy con su Ministro de Estado, quienes arribaron al país de forma secreta.

Alberto Fernández: (mostrando unos planos) Y de esa manera lograríamos construir el edificio de queso más grande en el mundo.

Sarcozy: Ppp... pero...a ver si entiendo. Lo que me están diciendo es que quieren que Francia financie un edificio...¿de queso?

A.F: Efectivamente.

Sarcozy: ¿Pero qué tiene que ver Francia?

A.F: Señor presidente, no está tomando la óptica del asunto. Durante años Francia ha sido reconocida por tres cosas: vinos, la Torre Eiffel y...¡quesos! El edificio, que tendría forma de Torre Eiffel y estaría hecho de queso, lograría afianzar un concepto: Buenos Aires como la París americana. Los turistas asociarían esta idea y de esa forma estableceríamos un vinculo con Francia excelente.

Sarcozy: Bueno...viéndolo de esa manera.

Ministro de Estado Francés: (Interpretado por Gerard Depardieu. Comiendo una baguette) ¡Momento! Eso no tiene ningún sentido. Nadie querría entrar en ese edificio. Sería extremadamente peligroso. El queso no es bueno para las construcciones. Ni siquiera el roquefort, acaso uno de los mejores, si no el mejor del mundo.

A.F: Creo que es una oportunidad única, pero si no quieren...

Sarcozy: En verdad estoy muy confundido...Cristina, yo...creo que vinimos por nada.

Presidenta: Nicolás, por favor. Somos grandes. Es una muy buena idea. En este momento todos los turistas lo único que hacen es decir “París, París, París”. Perderíamos la oportunidad de crear un lazo económico estable y fuerte.

Sarcozy: Pero el vínculo debe ser recíproco. Nosotros no tenemos nada argentino, salvo el tango.

A.F: En eso ya hemos trabajado (habla por intercomunicador). Alicia, hacé pasar al señor, por favor. Señor presidente, le presento al señor MD, colaborador en este proyecto.

(Entra MD)

MD: Buenas tardes. Señor Presidente, señora Presidente, Alberto, ¿cómo estás querido?, te traje un disco de Litto Nebbia. ¡Luces, por favor! (bajan las luces) Señor Sarcozy, le presento el proyecto “Parisaires” (se ven unas diapositivas) Mientras nosotros hacemos tours en el edificio de queso...245 pisos ex -tra-or-di-na-rios , repletos de cultura francesa, como el piso “Revolución Francesa” en donde se representan batallas en el pasillo y la decapitación de Luis XVI y María Antonieta, ustedes lo único que deben hacer es modificar algunas cositas, mínimas, de su historia. Por ejemplo, así como nosotros vamos a poner un cuadro de Gardel diciendo que efectivamente era francés y se llamaba Charles Romuald Gardés, ustedes deben decir que Jean Paul Sartre en verdad había nacido en Buenos Aires y se llamaba Juan Pablo Gianggerna, oriundo del barrio de Quilmes y que había de forma secreta, escrito los tangos La Cumparsita y Siglo 20 Cambalache..

Ministro Francés: (escupiendo el vino) ¿¡Qué!? ¡Eso es un insulto! Lo de Gardel es verdad...

MD: Sí, pero nosotros lo hacemos público, incluso con una solicitada en La Nación.

Ministro Francés: Bueno...en ese caso...De todos modos no podemos decir eso de una de los máximos filósofos de nuestra querida república. ¡La Quinta República de Francia!

D´Elía: (despertando después de cabecear un rato) ¡Me tenés podrido con tu Francia y Francia! Odio tu Francia, odio tu Torre Eiffel, odio tu baguette...

Presidenta: ¡D´Elía, por favor! Estás acá para colaborar...¡por favor te lo pido!

D´Elía: (cabizbajo) Perdón

Presidenta: Nicolás. Me parece que la idea de MD es de lo más viable.

Sarcozy: Sí, pero...no sé. Una figura tan fuerte como la de Sartre.

MD: Teniendo en cuenta esa respuesta, hay un plan B. Nos gustaría decir que Víctor Hugo escribió Los Miserables basado en un hecho real argentino, y que en verdad, él había nacido en la provincia de Córdoba...más precisamente en Cosquín. Eso sería muy bueno para fomentar el turismo

Ministro Francés: ¿¡Qué!? ¡Otro insulto a la Quinta República! Ninguno de esos genios era argentino. ¡Es como pedirles que digan que Borges era francés; ó que Perón era italiano!

(silencio incómodo en la sala)

A.F: Está bien. Veo que no hay acuerdo. Es una lástima. Nosotros hubiéramos estado encantados con lograr nuevos negocios.

MD: Creo que aún hay un nicho que podemos explotar.

Sarcozy: ¿Podríamos proyectar nuevos recursos económicos?

MD: No, no, perdón. Pensaba en voz alta. Soy profanador de cementerios.

D´Elía: Nosotros, con los compañeros del movimiento anti imperialista hemos desarrollado una propuesta que puede ser un éxito: intercambiamos manifestaciones. El movimiento piquetero se desplazaría por las calles de París y ustedes nos mandan a los muchachos del mayo francés y de esa forma le mostramos a la gente que se lo perdió, cómo fue aquella revuelta.

Sarcozy: Es una propuesta más que interesante.

Presidenta: Sí...la verdad estuviste bien.

D´Elía: (orgulloso) Gracias Presidenta.

A.F: Podríamos analizarlo. Es muy potencial.

Ministro Francés: (cortando un pollo) Sí...lástima que la mayoría de esos manifestantes tienen...¡70 años!

MD: ¡Pero es una cosa histórica!

D´Elía: (intentando darle una cachetada a Depardieu) ¡Te tengo entre ceja y ceja! Me tenés harto. ¡Odio tu plata, odio tu monarquía, odio tu imperio napoleónico, odio tu Rousseau! ¡Odio tu EuroDisney!

MD: ¡Señores por favor! ¡Cordura! ¡Cordura!...¡Gordura! ¡Depardieu, largá el morfi que vas a explotar, hermano!

Sarcozy: ¡Sacre blue! No le veo salida a esto. Mejor sería que nos vayamos...dejé a Carla en el hotel sola y no quiero que me extrañe mucho.

A.F: Bueno, damos por finalizado entonces este encuentro...

MD: Salvo que...no, no dejá. Total, se lo podemos proponer a los ingleses...

Sarcozy: ¿¡Qué!? ¡Nada de ingleses! Si algo pueden hacer los ingleses, nosotros podemos hacerlo mil...¿qué digo mil? ¡Un millón de veces mejor! Hable, hable.

MD: Bueno. Nosotros teníamos pensado construir con ayuda financiera, claro, un tren bala.

Sarcozy: ¿Un tren bala?

MD: Sí, sí. Iría desde aquí a Córdoba, pasando por Rosario.

Presidenta: Pero eso se lo tenemos prometido a los chinos.

MD: Ssssíii, pero...vio usted cómo son los chinos. Aparte ellos están con muchos problemas. Fíjese que ni arroz tienen ahora, qué los vamos a andar metiendo en un problema con un tren bala.

Ministro Francés: Es verdad. Tienen muchos problemas.

Sarcozy: Sí, pero de todos modos...¿qué rédito nos dejaría a nosotros ese tren?

MD: Facilísimo. Ustedes lo financian y nosotros lo pagamos a treinta años. ¡Treinta años! Durante ese tiempo, nosotros les damos unas cuotas y por un rato largo ustedes saben que de acá, algo se llevan. Francia no está sola, nos tiene a nosotros. Miré si les pasa como a China, Dios no lo permita, pero en una crisis, digamos que tendrían una guitita fija.

Ministro Francés: Sí. La verdad es bueno. ¿Pero cómo uniría los lazos culturales de nuestros países?

MD: Muy fácil también. Yo me había tomado el trabajo de antemano de preparar algo que va a consagrar la unión entre nuestras culturas. Bien sabemos que el Presidente Sarcozy es conocido por ser un amante excepcional...

Sarcozy: (sonrojado) Bueno, yo no diría tanto.

MD: Vamos hombre, no sea humilde. Asúmase ganador. Yo salgo a la calle y escuchó “¡Sarcozy, Sarcozy!” El prototipo del galán, del neo macho. Por eso, nosotros queremos hacer una película biográfica sobre su conquista. Lo que ni Mick Jagger ni Eric Clapton pudieron, ¿quién lo hizo? ¡Sarcozy! Hacemos la película en francés, con actores de aquí y de su país y filmamos una parte en Buenos Aires y otra en París.

Sarcozy: (entusiasmado) ¡Sí! Yo podría aportar muchas ideas.

MD: ¡Pero claro hombre! ¡Quién mejor que usted, que es un ganador, para coguionar el film!

Ministro Francés: ¿Yo podría actuar?

MD: Más bien.

Sarcozy: ¿Y quién haría de mí?

MD: Esta es la mejor parte. Para mantener el vínculo bilateral, su papel sería interpretado por el mejor actor argentino... (grita) ¡Ricardooo!

(Entra Ricardo Darín)

Darín: Buenas, qué tal.

MD: Ricardo Darín, actorazo.

Sarcozy: ¡Darín! Yo vi todas sus películas. ¡Es mi ídolo! Me gustó mucho en El Hijo de la Novia...

Darín: Muchas gracias.

MD: El señor Darín, un galán con todas las letras, hace de usted, un galán de pueblo, un hombre rudo pero sensible que conquista a la mujer más codiciada. La película se llamaría El Tren Bala del Amor-en obvia referencia a su rapidez en la seducción- y filmaríamos muchas escenas en el susodicho tren, cosa que lograría que los turistas quieran conocer la locación. Hacen “el viaje del amor” en el tren y luego, incluido en el mismo paquete turístico, los enviamos a París, para terminar el recorrido en los Parques Eliseos y así revivir las apasionantes escenas del film.

Sarcozy: ¡Es un trato! ¡El tren es de ustedes! Cristina, jamás las relaciones estarán tan bien entre nuestros países como ahora.

Presidenta: Por favor, Nicolás. No hay nada que no hiciéramos por nuestra hermana Francia.

A.F: MD, lo hiciste de nuevo.

(Entra Carla Bruni, agitada, a la sala de reuniones, con un montón de bolsas)

Carla Bruni: (con acento italiano) ¡Nicola! ¡Ayuda, ayuda! Como te tardabas me fui al shopping y reventé el descubierto de la tarjeta de crédito...

Sarcozy: (Agarrándose la cabeza) ¡Sacre Blue!

(Títulos finales con la música de la serie “Mi Cuñado”. Fin)