domingo, mayo 18, 2008

DIVERSOS PLANOS, UN PLANO

"Soñaba con Idibal. De día la imaginaba. Empezó a soñar que podía encontrarla. Finalmente, no podía imaginarla, ni soñar con ella".
ADOLFO BIOY CASARES. La Trama Celeste


Hace seis días recibí un sobre con un texto escrito a mano. Es muy extraño recibir cartas estos días (tal vez es innecesario aclararlo), pero me veo obligado a transcribirla:

"Comprendo, de forma aritmética, cada una de las posibles opciones que pueden surgir ante cualquier situación.
Debo ser más claro: cada decisión es un movimiento exacto. Cada error (cada percepción de un error) es una opción ya preconcebida y analizada de antemano.
Nada está librado al azar. Nada sobra aquí, donde parece que todo es accesorio.
En este corto tiempo he descubierto el desplazamiento en diversos planos: el mortal y el inmortal.
La mortalidad es tal vez el mejor lugar de movimiento. No hay otra cosa detrás nuestro que la muerte. Peor aún, el futuro no es otra cosa que el fin. A eso le escapamos. Estar vivo es intentar olvidar la condición de pasajero. Pero a eso también vamos; es una trampa inevitable.
La inmortalidad sin embargo es la búsqueda de la muerte. La inmortalidad es una condena inverosímil, apócrifa, acaso insensata. Cualquier persona busca no morir. El inmortal en cambio busca acabar con su condición.
Tal vez el hombre desde el comienzo ha buscado permanecer. La especie se propagó por el mundo y se creó esa falsa idea de la descendencia como prolongación de uno mismo. Nada más falso.
Allí estuve alguna vez. Divagando por las paredes del no fin. Allí he creído ser inalcanzable. Había encontrado la cura a la muerte: sabía que existía el amor.
Por supuesto que no he descubierto yo eso. Simplemente estoy robando 2300 años de letras e ideas sobre este mismo tema. Pero es cierto también que dentro del amor, uno se sabe infinito.
Hoy, dentro de la mortalidad busco apenas enamorarme para extender algunas horas lo inevitable.

El experimento del tiempo ha comenzado. O mejor dicho: tal vez ha terminado. Yo he jugado con el tiempo y el espacio como he querido. Fui todos los hombres y hoy soy apenas la sombra de aquel que nunca fui. Me moví entre la finitud y lo eterno sin ningún permiso, y bien se sabe que el universo no perdona esa falta de respeto. No es que el universo sea rencoroso, pero sí indiferente.

Por eso hoy, mientras veo como desvanezco, como pierdo fuerza y como a cada rato soy más y más mortal, entiendo con esa lógica aritmética, que dentro de este plano volveré a hacer una trampa: otra vez jugaré donde no es permitido y seré inmortal, una vez más, por más inútil que esto sea. Por más que no esté más aquí, de algún extraño modo volveré desde allí hasta aquí; estaré, como siempre, en un lugar y en otro.
La muerte es inevitable. Déjenme creer que por estos días no es así".


La carta carece de fecha, sin embargo debo confesar algo que omití intencionalmente: el texto lleva mi letra y mi firma.

No sé desde dónde ni cuándo escribí ni mandé esa carta. Pero sí sé que ese yo paralelo no miente. El experimento del tiempo puede estar empezando o terminando; lo mismo da. Lo que me alarma es que el final es anticipado no en vano. Recibir noticias de mí mismo, desde algún lugar, es la prueba de ello.
Sólo me queda esperar pasar de un plano a otro para que ese otro yo, o cualquier otro, ocupe el lugar que dejaré vacío aquí. Todo lo demás no lo sé. Carezco del conocimiento suficiente para explicar esos planos que mi réplica dice manejar con perfección matemática, pero puedo decir que tal vez dentro del espacio y tiempo confluyen diversos mundos que no pueden separarse de ese tiempo y lugar, ni de las personas que allí habitan. Prefiero creer eso, teniendo en cuenta que el final, mi final, está llegando desde un lugar exactamente igual a este; o al menos tan parecido, que me hará creer que aun busco la inmortalidad, por más que ya no tenga ningún sentido.

5 comentarios:

Nanu dijo...

Simplemente perfecto!!
La inmortalidad, se encuentra para mi en la trascendencia...Grandes tips y mujeres, minorías que son inmortales...como Borges..
Yo creo que ahi está, intentamos que los demás nos recuerden después de muertos? Por qué queremos que nos recuerden? Egocentrismo, y sobervia de querer ser inmortal por trascendencia.
Pero ese egocenctrismo es el que nos mantiene en movimiento.

Anónimo dijo...

nanu: queremos que nos recuerden en ese egocentrismo porque nuestra pequeña existencia es tan insignificante para nosotros. queremos que nos recuerden porque el miedo y la soledad de no saber que hay del otro lado es tan grande que queremos quedarnos del lado de aca, eternamente, solo como un nombre, o mejor dicho, un nombre traducido en acciones. no?

md: sos un genio, ya hablaremos de esto, si el amor nos hace inmortales, cuantos de nosotros estaremos muertos de antemano a veces.


don ofrio

Mai Lirol Darling dijo...

¿Acaso nadie advierte la belleza de la mortalidad o mejor aún, de tomar conciencia de la mortalidad?

Mai Lirol Darling dijo...

¿Acaso nadie advierte la belleza de la mortalidad o mejor aún, de tomar conciencia de la mortalidad?

Nanu dijo...

yo voy con eso! Aguante la mortalidad y el caracter efimero de las cosas!