martes, diciembre 18, 2007

CIGARRILLOS Y ASPIRINAS

Fue y volvió.
Bajó al quiosco a eso de las 10 de la noche. Yo estaba cansado y nervioso. Ella es más práctica. Fue por cigarrillos y aspirinas.
Ninguno de los dos había dormido bien, estábamos ofuscados. Sospecho (en realidad lo sé) que en el centro hace más calor que en toda la ciudad. Todo el día haciendo trámites. Ella en una calle, yo en otra.
Cuando le duele la cabeza se pone insoportable, se contractura. Cuando me pongo nervioso me pongo más insoportable y no le hablo. Más bronca me da que no le importe que no le hable.
"¿Para qué comprás un aire acondicionado si no lo usas nunca?"- Me preguntó con toda la razón del mundo.
Me mira. Sé que me está diciendo "ya se te va a pasar", pero no lo dice. Se ríe; se me pasa.
Detesto que haga eso. Amo que haga eso. Se ríe y se me van los nervios, la ansiedad, el cansancio.
Me siento, me paro. Doy vueltas y ella es el eje, la miro fijo. Se sigue riendo. Me sabe un imbécil y eso le da gracia. Se acerca y me besa.
Se desploma en el sillón conmigo y me muestra la espalda. Interpreto la señal como "un masaje me haría bien". Accedo. Soy débil ante ese pedido. Creo que ya soy masajista honoris causa.
Se incorpora, prende un cigarrillo (le queda tan bien). Prueba mi whisky y dice que no le gusta. Me mira fijo.

- Yo te soñé una vez- Dice, sacándome de cualquier contexto.

- ¿Vos me soñaste?

- Sí.

- Mentís. Las mujeres como vos no sueñan.

- ¿Y vos me soñaste?

- Muchas veces.

- Mentís. Los hombres como vos no sueñan con mujeres como yo.

Tal vez ambos teníamos razón. Tal vez uno de los dos mentía.

- Mirá esa ventana.- Dijo señalando a la vereda de enfrente a través del ventanal de mi balcón. - Hay luz, pero ¿ves a alguien? No se ve a nadie, pero capaz alguna sombra pasa. Hay alguien. Alguien que no conocés. Esa persona seguro que tiene un montón de problemas, como nosotros. Capaz le debe plata a alguien. Tal vez es una chica que sufre de amor. ¡O un chico que llora a la novia que se fue! ¿Mirá si es feliz? O se prepara para salir y ver a alguien...La vida pasa. Nos pasa sin que nos demos cuenta. Todos estamos entrelazados y la vida es algo que nos sucede sin la mínima percepción. Esa sombra tiene más historia que vos y yo juntos. No porque la conozcamos, si no porque la suponemos. Todo se sucede, y todo sigue. Como cuando me contás los cuentos de Wilde, como cuando te escucho. Como cuando no me importan.
Vos dibujás ángeles, inventás ángeles, porque querés ver sombras sin historias para crearles una. Porque somos nuestros propios dioses. Porque nos inventamos a nosotros mismos cuando amamos y cuando no amamos, también. Por eso me soñás, porque tal vez no puedas verme, simplemente porque yo soy más una carencia que una realidad-.

Cuando despierto entiendo que mi sueño tiene razón: he soñado con ángeles miles de veces. Creo que jamás vi uno.
Una vez más despierto con la sensación de ser todo aquello que no soy. Que yo mismo soy la sombra de otra persona que mira por la ventana intentando descifrarme, si es que tengo muchísima suerte.
Pero mientras tanto, yo miro las sombras y entiendo que la vida sigue porque todas las sombras son infinitas e innecesarias, en algún punto.
No soy los lugares en los que estuve, si no en lo que me falta estar; y mucho peor, en los que no estaré.
Y así me confundo con otras personas. Soy todos los sueños, todas las sombras, todos los innecesarios, todos los consuelos, todos los recuerdos; simplemente porque soy uno más. Soy infinito porque soy mortal. Y el día que me apague otra sombra ocupará mi lugar. Una sombra que interpretará perfectamente mal todas las señales, de la misma forma que mi sombra y yo malinterpretamos todo aquello que pasa. Y eso que pasa, dijo mi ángel, es también la vida.
Sueño con esta extraña forma de amor, inverosímil y real. Aquella mujer que tal vez se convertirá en una carencia, aunque ni siquiera haya llegado.
Y mientras pienso bajo al quiosco. Voy por cigarrillos y aspirinas.

2 comentarios:

Anónimo dijo...

Definitivamente el mejor post del año y mi preferido, obviamente.

Está precioso. Una a veces cuando lee puede sentir cosas, puede ser o convertirse en alguien que los miraba tras una puerta o escondida entre un mueble y la pared; pero hoy me llevo un dolor de cabeza, gracias.

"Más bronca me da que no le importe que no le hable". Es así, uno no busca pelea, busca reacciones, grita "¡Estoy acá, mirame!" pero en forma de otras palabras. No importa si es una realidad o una carencia, si lo que importa (por sobre cualquier cosa) es cómo sos vos frente a eso, cómo te transforma... cómo te quema.

Si una sombra tiene vida ¿La luz qué tiene?

Un beso enorme, MD. Se me cuida del calor y de la Navidad.

Lo quiero pero ya ni reacciones busco jaja.

Anónimo dijo...

Debo agradecer y defenderme:
Muchas gracias Fer por tus palabras. No sé si es el mejor texto del año, pero si así lo creés, entonces no voy a decir nada respecto al mismo, porque pienso que los complementos de los cuentos, de los ensayos, por parte del autor, arruinan la idea original. Por lo tanto sólo me limito a decir gracias.

La parte de defensa es personal, y aunque es brillante el "lo quiero pero ya ni reacciones busco" dejame opacar un poco esa frase, que me ha gustado mucho (porque sabés que esas cosas me gustan)y decir aquí que también te quiero y eso también lo sabés. No soy un hombre de grandes señales, muy por el contrario, soy muy discreto con respecto a ellas, pero estoy convencido que las señales son, al igual que las reacciones, escenciales en nuestras vidas.

Pienso en este momento sobre las señales disimuladas y efímeras también. Hoy todo parece haberse dicho. Nuestras vidas son mostradas y contadas sin pudor alguno. Incluso nosotros, los que escribimos en blogs, sembramos alguna sospecha sobre lo que nos ocurre y alguien podría pensar que es cierto. El otro día un amigo me dijo "vos no tenés vida privada, tenés un blog". Y veo que el truco ha funcionado, porque si bien mucho es parte de mi vida, de mis deseos imposibles, de mis obsesiones en busca de la cura a todo, también todo parte de una ficción. Estos textos no reflejan ni la mitad de lo que soy, ni lo que siento. Hay una mitad real, la otra son señales escondidas.

Y así como prefiero hablar en código en la era de la foto que lo dice todo (parece obligatorio decir que uno está contento o está triste, quién le gusta, quién no, y hacércelo saber al resto de los mortales)y despistar a algunos y ganarme el corazón de los (en verdad las, porque yo escribo para mujeres) que saben ver más allá de una frase, como en tu caso, hoy, ahora doy una señanl explicita. Sé que te gustan las respuestas de los comentarios y sé que casi nunca respondo, pero esta vez lo ameritás porque escribo y hago música para que me quieran, pero también me gusta querer y que la gente que quiero lo sepa.

He aquí entonces una señal del hombre que casi nunca da señales, o da señales imprecisas. Espero que esta sea una señal efectiva.

Mi mejor beso.

MD.