sábado, octubre 06, 2007

BAR BAR BAR

¡Ay! Cuánto espanto! No puedo soportar más la tragedia del mundo. Vivo recordando cosas que no he vivido...cuánta ingratitud.
Qué vulgar es el destino. Todo da cero...al final da cero. Uno busca la inmortalidad, la trascendencia, para que al final terminemos sin sentidos. Blake tenía razón, quiero la eternidad de las cosas. Estoy harto de las cosas efímeras. ¿Por qué lo intangible es también efímero? ¿Por qué nada es eterno? ¿Por qué el Universo se nos ríe en la cara, sin saber siquiera que nos hace una burla grotesca con su inmensidad y su inaccesibilidad?
¿Por qué recordamos cosas que no hemos dicho? ¿Por qué olvidamos aquello que nos ennoblece? ¿Por qué recordamos el amor, aún sin saber cómo es el olvido?

- (tirando la bandeja con furia) ¡Oime una cosa! (Bajando el volumen de voz, pero en tono amenazante) Ya me tenés podrido...¿Por qué no vas a un psicólogo a hacerle esas preguntas? Yo qué cuernos sé de esas estupideces que preguntás! ¿Quién te crees que soy? ¿Carl Sagan? Andá al planetario a preguntar del Universo y a mí dejame en paz, ¿me entendés? ¿Eh?

-...Sí.

- (retomando la compostura) ¿Qué vas a querer?

-...Un...un cortado, nomás eso, después veo que otra cosa.

- Listo... la vamos terminando con las preguntas ¿Ok?...¿está entendido, no?

- Sí, sí...yo pensaba nomás...en voz alta.

- Pensá en tu casa, acá venís a tomar café. (Alejándose) Todos los días lo mismo...¡un cortado para la 4!

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