sábado, febrero 24, 2007

MIRANDO TU PERFORMANCE

Qué viernes agradable. Pasándola de lo lindo entre libros, canciones, y todo mezclado con el trabajo que más que trabajo es placer de hacer lo que uno quiere y sabe.
El lunes los equipos cuadrofónicos y trifásicos serán enviados al arreglador y calibrador pertinente y luego a la dureza del entrenamiento para sacar el equipo a la cancha. Yo particularmente necesito un poco de ejercicio físico porque tengo miedo de acalambrarme en un escenario (me he lastimado una mano y aun se está reparando), cosa que sería espantosa y muy irritante para el respetable. Debo también visitar al dentista para eliminar un dolor que me tiene a mal traer y un cantor no puede andar dolorido porque eso generaría más y más molestia en la audiencia. Pianista, guitarrista y cantor con problemas en una mano y las muelas...¡Eso habría que verlo!
Pero igual puedo cantar y tocar y hacer cualquier cosa con o sin entrenamiento...no sería la primera vez; pero los años me han profesionalizado y prefiero un precalentamiento.

Cenando con el entrañable cantor de tangos Carlos Sagán, mi amigo, con su presencia fantasmal me ha dictado consejos para atraer la atención de los que miran y escuchan. Ya apliqué esas técnicas y son muy efectivas. No quise desanimarlo y no le dije nada. De todos modos me da la impresión que todo lo que dice, el tono en que lo dice, son cosas que habla para conquistar a la concurrencia femenina que cena con nosotros siempre. Yo le digo: "Maestro, estas chicas son veinteañeras" y me contesta cómplice: "ya vas a tener mi edad".
El Maestro exagera siempre. Me presenta en público como el más tanguero de los rockeros. Las mujeres que se le acercan, que van a su casa, saben de tango. Jóvenes y lindas conocen bastante del género y cantan milongas de manera muy aceptable. Sagán me hizo cantar No Placé ("Me gusta como cantás N.P porque no vas al hipódromo y te tenés que imaginar lo que cantás") y cuando zapatéo en la letra -se me confunde el orden de los versos- dicta desde su piano de forma amable. La gente aplauden, el maestro muestra y demuestra su generosidad y talento en las teclas y sigue llegando gente. Me voy contento y él seguirá así, cantando y conquistando señoritas por el resto de los tiempos.

He visto la otra noche Diamante Sangriento o cómo se llame y está muy bien. Pero hoy quise ver Los Infiltrados hasta que el dvd se convirtió en una máquina de ritmo y no llegó a los diez minutos de film. No tengo suerte con ese aparato, segunda vez que se rompe en dos meses. Tengo ansia por ver la cinta (paradoja siendo un CD). Scorsese es un gran director y Nicholson...¿qué más se puede decir de ese tipo? Qué gran actor. Cuando sea grande quiero ser como Jack Nicholson. Me veo en el futuro y me veo así.

Mientras tanto, febrero se va -qué se vaya de una vez- y muy pronto la gente empezará a decir "Cómo pasa el tiempo" y es la virtud que tiene el tiempo: pasa. Y por mí que el 2007 se vaya también y qué se vayan todos los años, si igual son todos lo mismo. La diversión está en un cuarto y no en un calendario.

Quiero por último, hablando del tiempo, decir que este blog, así como todas las cosas del universo, tiene fecha de vencimiento. Este experimento de explicar la vida de uno mismo con muchísima censura tiene que tener un final. Yo he decidio hoy que sea en el 2010, pero puede ser el viernes que viene. O sea, cualquiera puede decir: "¡Eeeh, falta mucho para el 2010!"; pero en verdad no falta tanto. Y aparte no tengo artisticamente nada que decir y no es muy intersante lo que pasa en esta página, así que todo puede adelantarse. Con 2010 o viernes que viene, me despido hasta mañana, cuando a esta misma hora les diga: "bienvenidos al Truman Show, conmigo, Ricardo Truman".

¿Me llamás? (como mis poderes mentales andan con interferencia lo pido así directamente)

1 comentario:

Anónimo dijo...

Le comento...

Antes de leer el título de este post, como diciendo "Quiero leerlo con melodía"... me puse a todo lo que da "Como dos extraños" interpretado por Adriana Varela... ¡¿Puede creer?! ¡Qué loco!... ¡Tango!

Mire, no hay como un tango, un maestro y un hombre halagador, halagar es todo un arte. Usted entiende.

No quiero que éste blog se termine, no nos deje... no me deje, quédese, aunque sea para decir boludeces, como quien escribe. Pero no se vaya.

Voy a seguir leyendo, un abrazote.