sábado, diciembre 16, 2006

LOS CUATRO TRACKS DEL CORAZÓN

Anoche y hasta esta mañana, en sarcástica sesión, lleno de los pormenores y secuncias grandilocuentes dignas de cualquier grabación, dejé registrada una (muy) particular versión de "Con la Frente Marchita", canción que ya había advertido aquí anteriormente que grabaría. La emoción fue grande porque la canté con el corazón en la mano. El entusiasmo se extendió hasta entrada la mañana cuando hice la mezcla final y escuchándola sin auriculares me pareció que la voz estaba bastante floja, que podría haberla cantado mil veces mejor. Pero algo me detuvo y no borré la main vox y la dejé tal cual la canté en toma uno. Y creo poder intentar darme una explicación.
La poesía de Sabina es conocida. Lo que no es tan conocido, ni siquiera por mí, es la importancia que tiene y tuvo ese tema en mi vida. La primera vez que la escuché fue por la estupenda voz de Adriana Varela. Tal vez aquel instante acompañó la inmejorable companía de ese momento exacto. No siendo un practicante de la nostalgia (peor que añorar lo que nunca jamás sucedió) hubo algún recuerdo bueno que me llevó a elegir ese tema para convertirlo en mío para siempre. Y es justamente esa gambeta que le pego a la nostalgia lo que me permite ver mi propia vida de forma amable. Alguna vez también tuve la curiosidad de añorar todo lo que no es, pero eso, es cosa fácil. Más terrible y doloroso es alguna vez saber todo lo que nunca será y vivir en consecuencia.
Por eso, cuando tuve que cantar que "ya nadie me escribe diciendo no consigo olvidarte" es un poco mentira, pero es también cierto. Porque yo lo canté como algo verdadero y porque mi mente se trasladó como una máquina perfecta a la primera vez que escuhé esas lineas y entonces sí puedo decir que todo aquello es verdad.
Es cierto también que ame San Telmo este año, que allí besé el piso y hasta perdí una parte del cielo. Pero ya había besado el piso antes y había perdido mi propio cielo en donde piloteaba contra las torres gemelas, aun sin saberlo.
Todo es verdad, por eso grabé ese tema y lo voy a cantar siempre. Porque en mi voz hay sangre, besos que se van, suelos y desamores. Pero también la esperanza de inventar un cielo nuevo (o ver amanecer al mismo creyendolo nuevo). Y también es verdad porque, con el corazón en la voz, cantando un tema que no escribí, pero que ahora es también mío, tal vez en el fondo secretamente, espero que alguien me escriba diciendo "no consigo olvidarte".

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