martes, septiembre 19, 2006

PERDONEN LA INCOHERENCIA

Son días raros. Encontré en la noche un sueño saludable al que no estoy acostumbrado...no digo dormir temprano, pero sí dormir de noche.
Hice hoy explotar un parlante escuchando a los Rolling Stones. Creo que no soportó tanto Rock & Roll.
Vivo rodeado de manuscritos, sueltos, en cuadernos y en carpetas. Poemas, cuentos y canciones. Volví esta noche a componer.
El otro día, tal vez el viernes o el sábado, en una charla rozando la madrugada yo estaba tirado (en la cama. No beso el suelo hace años y no pienso hacerlo ahora) y abrí los ojos con una verdad horrible: los hombres somos golpeados en nuestras mejores virtudes.
Me preguntaron acerca de algunas imposibilidades, sobre ciertos pánicos y rechazos a las muchedumbres.
Traté de argumentar que algunas cosas pasan porqué sí, que no siempre se puede todo.
Contestó que sería comprensible de otra persona, pero que yo era un tipo muy querido por todos, que debería dejarme apreciar más, que soy capaz de robarle una sonrisa a la persona más desgraciada en el mundo.
Pensé un rato y dije: "No siempre...no es fácil para nadie. Uno siempre es vulnerable en su propia fortaleza. Aquello que te destaca, que te hace fuerte, es a la vez todo lo que te debilita, lo que te entristece. Nuestras mejores virtudes son aquellas que a la vez nos lastiman y nos hacen contradictorios...O sea, Borges era ciego."

De verdad dije eso, y lo peor es que lo creo.

No estoy triste (aunque hay algo de elegancia en la tristeza). Estoy pasando un gran momento, y de gran seguridad propia. Pero asi es la vida, detrás de la sonrisa quien sabe que pena se sobrelleva. Aunque el corazón...está asombrósamente bien
No es bueno creer en la felicidad extrema, tampoco en la tristeza perpetua. Prefiero seguir así , tan seguro como nunca. Invulnerable y paradojicamente débil.

Ser inteligente, si existe tal cosa, es ser el peor de los idiotas. Y asi estoy muy bien.

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