domingo, agosto 20, 2006

EL MEJOR GUIÓN DEL MUNDO

Cuando vi The Truman Show, y seguro que a todos les pasó lo mismo, me dejó con esa extraña impresión de que mi vida, asi como la de cualquiera, es observada con atención por miles de espectadores que muy poco tendrían que hacer con su vida para ver un programa televisivo de mis actividades porque de por sí no son muy prometedoras. Puedo imaginar a Badia presentando lo mejor de la semana y ahi aparezco lamentándome en voz alta que no me salió un número capicúa en el boleto de colectivo; intentando aprender como programar la memoria de la radio o insultando porque las polillas se comieron una camisa que uso desde 1995 con religiosidad aunque ya ni me quede.
Más interesante aún sería un programa con este formato, pero en vez de televisión, por radio. Eternos silencios que cada tanto son interrumpidos con el ruido de los pasos, las bocinas de los autos y a la noche una lamentación con comentarios del tipo: "Habrase visto semejante mina diciendo tales estupideces. Qué ya no soy lo que era. ¿Y ésta a quién le ganó?".
Creo que sería un programa muy escuchado.
De todos modos, creo que cuando uno termina de ver la película esa, busca, casi por reflejo, algo que pudiera ser una cámara.
Esta idea es, en todo caso, una simplificación gráfica y tangible de un dilema filosófico y también religioso que tiene que ver con la eterna discusión acerca del destino.
Según las religiones los hechos en la vida de un hombre están predeterminadas. Incluso los antiguos griegos dejaban ver esta posibilidad. Luego algunas ramas filosóficas comenzaron a plantear la propia decisión de las acciones y esta idea se hace evidente con el nihilísmo y llega al paroxísmo con el existencialismo.
No soy yo el indicado para señalar ninguna de estas variantes como auténticas, menos aun teniendo en cuenta mis pocos conocimientos sobre estos temas ya que en verdad los toco de oido, pero a veces uno se enfrenta ante situaciones que nos dejan entrever que puede existir la paradoja de ambas opciones (paradoja en forma sencilla y desnivelada, ya que una paradoja exacta provocaría el fin del mundo ya que es imposible).
Pongamos por caso el ejemplo de un hombre que abre un chicle Bazooka y en el horóscopo del chiste le sale: "vas a morir hoy". El hombre, asustado por el fatídico designio decide no salir de su casa por temor a que se haga efectivo su pronóstico y mientras está viendo la televisión, una lámpara cae sobre él matándolo en el acto.
He aquí un perfecto ejemplo sobre destino y decisión. El tipo no quiso salir para no morirse pero encontró el final en su decisión impulsado por el miedo.
Parecería que hay un destino, pero a la vez una voluntad regida por opciones para que esto suceda.
Es por eso, que ta vez la vida no sea más que un espectáculo que vaya a saber quien lo está mirando, y que inclusive uno mismo ni siquiera sea protagonista de esa historia, si no más bien un actor secundario.

Ayer mientras me encontraba en dentista el tipo me dijo: "te voy a hacer este arreglo sin anestesia, si te llega a doler me decís". Si bien alguna vez me hice algun tratamiento dental sin anestesia, esta vez sí dolió y se lo hice saber al odontólogo. El hombre en cuestión me inyectó el calmante dos veces de mala manera (sé de estas cosas y sé cuando está mal aplicada una inyección en la encía) y para colmo de males no tuvo buen efecto.
La substancia tuvo su momento de esplendor recién cuando me fui del consultorio y si bien hay gente que le encanta no sentir los labios, yo desto eso. Asi y todo me fuí desde ahí hasta el registro civil a buscar mi documento, el cual renové en 1998 y jamás (sí, de verdad) fui a buscar.
Cuando llego a la entidad le digo a uno que atendía ahi: "mire, lo mio es complicado. En 1998 hice la renovación de mayor de 16 años y nunca más lo vine a buscar" (todo esto dicho con dos aplicaciones de anestesia que se encontraba en su momento cumbre, asi que hablaba con dificultad).
La persona que me atendió se echó a reir a carcajadas mientras preguntaba: "¡¿1998?!" y me miraba sorprendido. El hombre había pensado que yo estaba loco, lo cual no es muy difícil de creer si tenés en frente a un tipo que apenas puede hablar, se muerde los labios y dice que viene a buscar un D.N.I que dejó hace casi diez años atrás.
Me llevó a un lugar aparte diciendo con prudencia: "vení por aca" y ahi procedí a explicarle que no estaba loco (no del todo) si no que recién salía del dentista. Ahi el empleado mostró cierta cara de alivio, aunque igual es sospechoso que alguien te diga: "mire que no estoy loco ¿eh?, vengo del dentista". La aclaración tal vez perjudique más.
Horas más tarde, ya en mi casa, vino a buscarme una amiga y luego nos fuimos a su casa. Es en este momento de la historia donde todo toma un curso de film humorísitico que ni Woddy Allen hubiera filmado mejor:
Hace años tuve un analista que era un desastre, se dormía en plena sesión, hablaba por teléfono, etc. Terimé muy disgustado y hasta me fui sin pagarle. Tuve por años la ilusión y satisfacción de no verlo nunca más, pero de golpe hace poco empezé a cruzarlo por el barrio, situación que yo esquivaba con la famosa "mirada de vidriera" o "mirada hacia abajo o costado".
Anoche, cuando salgo con mi amiga en dirección hacia la calle Arenales, en cuanto cruzo la puerta de mi casa lo veo a mi ex sicólogo caminando hacia mi y entra de pronto en un edificio que está a dos del mio. O sea: soy vecino de un terapéuta al cual ni le pagué las ultimas sesiones, y al cual no quise ver otra vez. Ahora lo voy a ver muy seguido y voy a tener que disimular no reconocerlo o mirar para otro lado.
Por eso me pregunto: ¿Es mi vida una película ecrita y dirijida por Woddy Allen o qué?
¡¡¡El dentista me atiende mal, en el registro civil se me rien en la cara y me toman por loco y soy vecino de un sicólogo que está peor que yo!!!
Que alguien, por favor, me explique. Y si esto llega a ser un film, por Dios...¡que me paguen regalías!