martes, febrero 02, 2010

EL ANDÉN JAMÁS SOÑADO

Creo que la conocí en un subte. No estoy seguro de eso ahora, pero conviene a este relato que haya sido así. Sí recuerdo que compartimos el asiento en el viaje. La vi un par de veces, fingiendo estar mirando a todos los pasajeros, las puertas, los carteles...todos esos trucos que uno utiliza para no quedar en evidencia. Mis amigos saben (yo también lo sé) que soy el peor seductor del mundo, así que resolví no hablarle. Sacó de su cartera un libro que me resultó conocido, un libro rarísimo: Averroés, de Renan. Me acordé de que lo había visto alguna vez en la casa de una mujer hermosa que daba una fiesta. Sé que en aquel entonces me parecía hermosa, pero francamente no recordaba cómo era y, peor aún, quién era.
“¿Lo leíste?” preguntó mi compañera de viaje. Me dejó desconcertado: no imaginé que fuera a hablarme. Creo que estuve callado dos, tres segundos e insistió con la pregunta. “No”, contesté. “Qué pena”, dijo; “pensé que después de aquella vez ibas a leerlo”. Supe enseguida que esa chica era la chica de la fiesta.
- Sí, soy yo- me dijo riendo.
- ¿Y cómo te acordás de mí?- pregunté intrigadísimo.
- Porque aquella vez soñé que te interesaba el libro y fuiste tan atento conmigo que no me sorprendió unir tu imagen con una frase escrita aquí-.
No pude entender nada.
– Por eso te estuve buscando- siguió, - para agradecerte.
- ¿Para agradecerme qué?- pregunté completamente confundido.
- Los halagos. Que me hayas amado sin conocerme, para mí es un halago.
Se levantó y dijo “S´imaginant que la tragedie n´es autre chose que l´art de louer”. Sonrió y bajó.
Desperté aturdido. Esa tarde compré (no sin esfuerzo para conseguirlo) un ejemplar del Averroés. En la página 48 figura la frase que la chica citó.
El problema es que aún no sé si yo la soñé en aquella fiesta y en el subte, o si ella me soñó a mí. Esta hipótesis parece más acertada, ya que mencionó una frase de un libro que yo no había leído jamás; la frase no es casual.
No creo tener la habilidad de inventar un amor, pero si así fuera, sería espantoso. En cambio, si ella me ha inventado a mí desde un sueño, cabría la posibilidad de la esperanza, del milagro de ser soñado otra vez por una mujer que al inventarme, me busca entre sueños. Cabría la posibilidad de ser buscado por una mujer que sueña que me ama.
Vago por los andenes de las estaciones intentando encontrarla. Yo no he vuelto a soñar con ella y ella tampoco conmigo. Esto es evidente; aún no he vuelto a verla.

1 comentario:

Anónimo dijo...

Uhhhhhhhhhh
increible, increible.


Y entiendo perfectamente tu bùsqueda.