martes, septiembre 01, 2009

LA AUTÉNTICA BIOGRAFÍA DE EINSTEIN

Aprovechando el inusual fervor por la biografía de Einstein (¿desde cuándo a la gente le importa la vida de un científico? Quiero decir, la gente no sabe lo que realmente quiere...son muy manejables. Y sí, así votan, también), en No Somos Nada presentamos “La Biografía de Einstein”*

VIAJANDO EN LA PUNTA DE UN RAYO
Albert Einstein nace un día. No importa de qué año. Lo que importa es que nace, porque si no hablaríamos de “el gran genio que nunca nació” o “la promesa que pudo haber sido, pero no”. Nace un día. Porque Einstein no se llama una fecha. Hizo otras cosas, aparte de nacer. Pero pudo haber sido en 1879. Eso es mucho tiempo atrás. El tipo nace –tampoco voy a explicar cómo nace, porque esto no es un curso de cómo nacer. Ya sería meternos mucho en la vida privada de la gente-. También pudo haber sido en Ulm, Alemania; pero no está confirmado. No da muchas señales (o no hay mucho para decir) hasta que entra en el secundario donde se destaca como un mal alumno ya que hacía muchas preguntas. Luego a los 21 años entra en el Politécnico de Zurcih para explicar Ciencias y Física Teórica. No se sabe bien qué pasó pero el tipo termina como empleado de patentes en la misma ciudad. Parece que para esos días ya había estudiado un montón. Entonces aquí damos el primer salto en el tiempo (hacia atrás) y contamos que a los 15 años, durante un día de campo, le dijo a su hermana Maja “¿te imaginas qué sucedería si pudieras sentarte en la punta de un rayo y viajar con él a través de la noche?”. Luego de eso, su hermana pensó “qué imaginación perniciosa” y luego pasó a quejarse amargamente ante sus padres ya que se llamaba Maja...nadie en su sano juicio le pondría Maja Einstein a una hija. ¿En qué estaban pensando? ¡Maja se llama la chica! Le podrían haber puesto, no sé, Verónica, o Judith...pero no, le pusieron Maja. Maja Einstein.
Pero esta no es la biografía de Maja Einstein, así que volvemos al objeto de estudio: Albert.

Tras demostrar que ese aparente estado catatónico, o cataléptico, o un breve estado de psicosis, o emoción violenta que encerraba la fantasmagórica pregunta a su hermana, no eran tal cosa y que servirían de base a una teoría que cambiaría la forma de ver el Universo, Albert escribió como loco y a los veinte años mandó (veinte años de él, no veinte años después) a una publicación con un nombre muy difícil de recordar...onda Annalen Der Phisik, el resultado de sus estudios y maquinaciones que lo hacían ver como un chico algo raro. Esto último es una apreciación personal porque un joven que se dedica a escribir sobre una teoría basada en un supuesto viaje en la punta de un rayo no debe ser el tipo más popular del barrio...más bien todo lo contrario. Así queda establecido que era raro. Pero la sorpresa vendría luego...


SE PUBLICA, SE ESPERA Y LLEGA LA CONSAGRACIÓN
Ya en 1905, con un joven Einstein trabajando en la cosa de patentes, un buen día (se habrá olvidado me imagino, porque pasó tiempo) el tipo ve que le publican sus estudios en esa publicación, y lo hacen en tres tomos.
Uno se puede imaginar la felicidad de ese pobre y desangelado muchacho que se pasó buena parte de juventud escribiendo algo que parecía no tener futuro, más habiéndolo enviado y que los tipos de Phisik tardaran cinco años en imprimirlo...yo lo hubiera dado por perdido. O hubiera llamado para preguntar si llegó; pero seguro Einstein (porque era Einstein, no un mamerto), no llamó porque se habrá dicho “si llamo voy a quedar como un pesado. Mejor espero o me dedico a esto de las patentes y chau picho” O pudo no haber pensado en nada. O pudo saber, quizás, yo no lo sé, pero conjeturó, que su descubrimiento llevaría unos años de comprobación, o lo que sea. No es tan importante, porque al fin y al cabo se publicó. No es que no salió nunca. Salió y en tres números, porque era bastante largo el asunto. Tampoco era La Biblia, pero había que dividirlo. Tampoco nos vamos a poner a juzgar las decisiones editoriales de los Anales de Phisik. Cada uno atiende su juego. Ellos lo publicaron, punto.


EL ÉXITO, EL EXILIO Y EL PERONISMO
Como para darle una emoción a esta biografía que se hace larga como Ben-Hur: Albert se casó bastante joven y tuvo un hijo que se llamó Hans Albert (se ve que el problema de los nombres era un asunto familiar...no puede ponerle Hans Albert Einstein. Es muy difícil de pronunciar de corrido). Pero bueno, eran alemanes y ya saben cómo son los alemanes de puntillosos con todo...así les va también. Y así les fue, porque Einsten ya lleno de gloria (aunque no tanta, porque su idea tardó en prender como hasta 1919, así que diremos “un poco glorioso”) se las tuvo que ver más adelante con otro que no era alemán, si no de Austria (que a su vez, en el pasado se había aliado con Rusia y Prusia, formando un eje contra Napoleón Bonaparte...mucho tiempo antes) que se llamaba Adolf Hitler (esta biografía es una pelota de cultura: ya mencionamos a Einstein, Bonaparte y Hitler). Como Hitler era de los malos (y austríaco, con todo lo que eso significa), Einstein, que se la vio venir fulera, se fue a los Estados Unidos, abandonando para siempre su Alemania natal.

También vino a la Argentina, y no fue artista exclusivo de ningún canal. No es que le ponían un cartel que decía “bienvenido a la Argentina, Albert Einstein. Artista exclusivo de ATC”, más que nada porque ATC significaba “Argentina Televisora Color” y en ese momento no había color en las televisiones. Así que Einstein bajó del avión y nada más. Dio una charla en el Colegio Nacional Buenos Aires y se fue a Bariloche (o un lugar del sur) y se quedó un rato largo. Le gustaba, parece, porque no se iba. Después sí, se fue. Tenía que irse, no importa si a dar clases o qué. Es la vida de él, y no podemos reprocharle “ay, se hubiera quedado a tirar hacia delante el país, junto a su fiel amigo Perón. Lucha y vuelve. Einstein, Perón, un sólo corazón”. Ya es tarde para eso, pero quizás Einstein en su fuero íntimo pensó “me voy de la Argentina, con muchos recuerdos, pero el mejor, quizás, es haber conocido la lucha del general Perón y la de Evita, dignificada por los pueblos del sur, y viceversa. Si hay una izquierda, es evidente que funciona, paradójicamente, dentro del Partido Justicialista...yo me sumo a esa causa”. O quizás no lo pensó y no se dijo nada. No lo vamos a saber nunca.
La cosa es que para cuando vino ya le habían dado el Premio Nobel y ya era Albert Einstein, la superestrella de la física. Si quería ir al VIP, ponele, del Armenonville, lo dejaban pasar de una, pero me parece que para ese entonces ya no existía más el Armenonville; es un supuesto para no estar tan abstracto en el ejemplo.


EL FINAL Y EL BUEN RECUERDO DE LOS LOGROS
Y se volvió nomás a los Estados Unidos, y dio clases y alguna conferencia. Capaz que se compró un perro, capaz que leyó muchas cosas fumando una pipa. Capaz que el perro lo mordió...¿pero cómo saber todo eso? Es imposible. Lo que sí sabemos es que de haber pasado, pasó en Princeton y que allí murió nuestro buen amigo Albert Einstein, quizás en 1955.

Personalmente me molestan mucho las biografías que terminan con la muerte del personaje, pero no hay otra forma (salvo que uno cuente la historia de atrás para adelante). Yo me encariño con los protagonistas y me molesta que se mueran, así que diremos que Einstein vive un poco en nuestros corazones. Y en nuestras mentes. Y que le debemos buena parte de todo lo fundamental del entendimiento cósmico; y que tocaba el violín, y que una vez estuvo con Chaplin en una cena honorífica, o algo así; y que nunca llegó a interesarse demasiado en la teoría cuántica porque no llegó a verla desarrollada del todo (todo lo que pueden desarrollarse las teorías, y estoy jugando con las palabras “todo” y “teoría” –guiño, guiño-), que era un buen tipo, y que gracias a él, a sus 26 años, el mundo supo sobre el movimiento desordenado de partículas suspendidas en un fluido (el movimiento browniano), sobre el efecto fotoeléctrico y que E=mc2. Y que seguimos estudiando eso con asombro y que una vez dijo “El eterno misterio del mundo radica en su inteligibilidad. El hecho de que sea comprensible es un milagro”



Arriba: El genial Albert Einstein escribiendo ante la requistoria de los fotógrafos, que le habrían dicho"profesor, ya que está, ¿por qué no se manda una fórmula?"

*Nota: para evitar cualquier sanción legal de la familia Einstein, aclaramos que esta biografía puede no ser exacta. Es posible que Einstein no pensara todo lo que se dice aquí. Es posible que no haya simpatizado con el partido peronista. Es posible que no haya sabido de la existencia del Armenonville. La parte donde se critica la elección de los nombres de la familia Einstein es un chiste para darle explosión al relato. No Somos Nada no tiene nada contra los austriacos ni contra los alemanes.

4 comentarios:

Don Ofrio dijo...

Dos observaciones:
1. Si mi hermano menor me tira "uuuh, sabes que grosso viajar en la punta de un rayo?" le pido el numero del dealer y hablo con mis viejos para meterlo en la granja.

2. hans albert, es juan alberto en aleman, com badía, alguna conexion?

3. viste cuando decis "2 cosas" y despues de ponerlas se te ocurre una tercera? ponerla es mas facil que volve ra corregir arriba y poner "3 cosas". una vez que estas tipeando es una fiaca agarrar el mouse, borrar y escribir.

4. estoy seguro de que einstein era lo suficientemente ingeligente como para no ser peronista. si habia rajado de hitler ya, porque habria de ser amigo de ese aca?

5. poner puntito en lugar de guion u otra cosa luego del numero es algo que me encanta.

6. no, no uso tildes en internet, me da araganeria.

Marce D´Onofrio dijo...

1- La droga no tiene nada que ver con la inteligencia. Las teorías más complicadas requieren de lucidez implacable. La droga molesta bastante a esos fines.

2- Son primos (no está confirmado, pero parece que serían primos).

3- Lo segundo, de xilófono

4- Algunas de las personas más inteligentes que conozco y he conocido son peronistas o simpatizan con algunas formas de la doctrina. Criticar al peronismo como algo carente de inteligencia es un berretín sencillo y sin análisis político alguno (pero es un mal que adviero muchísimo en las personas que no les interesa la política, algo que a mi me genera mucha desconfianza. El apartidismo es una posición política. El antiperonismo también. El único antiperonista inteligene en el mundo político es Terragno; no hay más. Todo lo demás es habladuría de café.
Por otro lado Hitler fue un asesino de masas, Perón un presidente elegido tres veces democráticamente.

5- Sí, es algo muy gratificante.

6- No es un crimen

Anónimo dijo...

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Héroe de la web! dijo...

puedes decirme de que fuente, viene el siguiente texto?.
le dijo a su hermana Maja “¿te imaginas qué sucedería si pudieras sentarte en la punta de un rayo y viajar con él a través de la noche?”.

ai tienes el nombre del libro, lo agradeceria