viernes, agosto 15, 2008

EL BOCINAZO TELEFÓNICO

Pido disculpas por mi prolongada ausencia en N.S.N. No he tenido el tiempo suficiente para poner al día este blog; pero ya estoy casi de vuelta.
Me hubiera gustado mucho actualizar con algún post humorístico, pero el día ha tomado un giro inesperado que me obliga a manifestarme en el siguiente tema:

Esta mañana recibí el siguiente mensaje de texto: “Ahora podés conocer la ubicación de un movistar enviando por SMS el número a localizar (Ej. 11342033660) al ***** x solo $1”

No sé bien cómo abordar el asunto. Podría pasarlo por alto y tomarlo como algo más, pero no es algo más. Intentaré ser más claro: no quiero ser localizado por absolutamente nadie con este sistema, ni ningún otro.
Estoy hablando del derecho a la intimidad. ¿Cómo una compañía de teléfono puede ofrecer un sistema de localización? ¿Qué clase de lugar es este?
No voy a usar ningún término académico. No quiero un monitor encima mío. ¿A merced de quién estamos?
Si alguien quiere localizar a una persona, basta con llamar por teléfono. Si esa persona no te atiende, mala suerte. O no puede, o no quiere atender.

Siempre se ha hablado de los sistemas de rastreo. Nunca faltan los tipos que dicen “sí, porque el gobierno te sigue desde el celular. Ellos pueden saber absolutamente todo”. Muy bien, eso es una cosa. Puede ser un mito o una realidad; da lo mismo. A lo sumo no influye en nada. ¿Qué le importa a la SIDE con quién hablo, o dónde estoy? Esos son sistemas que sirven en casos extremos, como los secuestros. Pero no son sistemas preventivos, si no que se usan luego de que sucedan las cosas. De hecho, cualquiera sabe que sacando la batería del teléfono, los sistemas GSM y GPS quedan anulados. Lo demás es gilada. Ahora, cuando alguien puede ser rastreado por un particular, ahí existe un problema enorme, porque uno no puede desactivar el teléfono a cada rato.

Entiendo que alguno podrá objetar que esto sirve como sistema de seguridad. ¡Falso! ¡Completamente falso y erróneo!
Si alguien quiere ser ubicado por seguridad, que pague el servicio. ¿O acaso el Lo Jack no lo pagás? No es que te roban el auto y después mandás un mensaje para que te habiliten el satélite. Pagás un servicio fijo, en donde elegís ser monitoreado.
En cambio, este sistema telefónico ofrece rastrear a otra persona donde sea, cuando sea. Insisto: no quiero.
¿Quién me pregunta si quiero que alguna persona sepa donde estoy? ¡Nadie!
Sin embargo puede venir cualquiera que tenga mi número de teléfono y saber dónde estoy sin que yo quiera que lo sepa.
Una vez más: Si alguien quiere ser ubicado, que pague por ese sistema. Que mande un mensaje diciendo “sí, quiero tener el monitor del bocinazo y que sepan cada paso que doy”.

Me acuerdo cuando leía aquellos textos en la facultad de los Apocalípticos y los Integrados, y uno no quería estar de un lado ni del otro, si no que quería tomar todo con más paciencia y sin tanta gravedad. Pero el mundo va hacia una dirección que parece ser una locura total. Todo es un Gran Hermano.
Ya hablé aquí del bocinazo del Facebook, en donde todos son vigilados por todos; pero a lo sumo uno puede elegir ser usuario o no. Pero ya con los celulares se está pasando un límite que es peligroso.
Todo empuja a convertirse, obligatoriamente, en un Integrado. Estamos obligados a aceptar unas condiciones terribles. Es el sueño de los liberales: una cámara en cada cuadra, un policía en cada esquina, y un monitor en cada persona.
Y cuanto más entiendo de estos asuntos, más ganas me dan de salir corriendo. Si algunos se sienten empujados a estar integrados, yo me siento empujado a convertirme en una especie de Bobby Fischer. A abstraerme de todo y a dejar el celular en mi casa y chau. Y el que me quiera ubicar, siempre le va a dar vacante.

La estupidez de la búsqueda de notoriedad ha permitido desarrollar estas maniobras de conexión y conexión y conexión. Terminemos con estas cosas. Basta de estos sistemas policiales.
Quiero elegir a la gente con la que hablo y la que no. A la que veo y a la que no. Todo lo demás es típico de psicóticos, gente celosa y obsesiva, y cuando no, de gente con espíritu inquisidor.
Mucho cuidado con esa gente.

Mañana seguiremos con el ritmo normal del blog. Un saludo a todos.

6 comentarios:

Adriana Menendez dijo...

es así, querido, las empresas ofrecen estos servicios porque hay mucha gente que quiere, desea, necesita que el prójimo y el próximo tengan un chip in de ort; pero pensalo de esta manera: cuando alguien venga y te diga que sabe dónde estuviste, si vos lo apretás, en algún momento va a tener que admitir que lo sabe porque pagó 50 centavos más iva, y entonces vos vas a tener todo el derecho del mundo de bajarle los dientes de una piña, y gratis. perdón pero estos temas me ponen belicosa. besos sin gps.

Marce D´Onofrio dijo...

Exactamente. Tenés razón y lo que decís me alarma más: no sólo te vigilan, ¡si no que pagan!
Hay todo un tema ahí. ¿Hay que pagar un mango para ver si estoy durmiendo o estoy bailando?
Si una mujer hiciera eso, le diría "comprate un paquete de sugus, no los gastés en ver donde ando" o "pagá por escucharme cantar, me ayuda más que el monitor"
La gente cada día me da más miedo.


Un beso grande.

Nanu dijo...

una mas para querer tirar el celular por el aire....que es eso?! que mierda estan creando...la tecnologia ya no es ta pasando hace rato.
besoooo marce!

Nanu dijo...

nos esta pasando quise decir ja

Marce D´Onofrio dijo...

Lo que están creando es el bocinazo, el monitor. Lamentablemente ya existe hace rato, pero lo más triste es que ahora puede ser usado por cualquier demente.
La tecnología es bárbara, hasta que pasan estas cosas.
Y más triste aún es que la tecnología no nos pase encima para algo útil, si no que ayude a profundizar la patología, la obsesión, de los que necesitan esa notoriedad.
No escucho nada sobre secuenciadores automáticos y sí de floggers y emos y monitores celulares.
Propongo mandar este mensaje: "doná ese peso que vas a usar para terminar de ser un psicótico, y usalo para financiar una fundación que promocione y patrocine la investigación de celulas madre para regenerar tejidos y células, y curar, por ejemplo, el parkinson"

Pero parece que a la gente le importa más saber quién se acuesta con el chofer de quien y no entender por qué un cuerpo a la velocidad de la luz tomaría volumen cero y masa indefinida.

Se evidencia que hay dos tecnologías: para los giles que quedan en el chiquitaje y otra para los científicos. Espero que nos inclinemos, yo siendo un gil, hacia la segunda.

Un beso muy grande Nanu. Me alegra mucho que andes por aquí.

Anónimo dijo...

nooo, qué locura es esa?
George Orwell tenía razón!!
ya no saben como vigilarnos!
beso marce, siempre te leo aunque no comente.