jueves, julio 10, 2008

LOS PENSADORES MODERNOS

Música con cornetas
N.S.N presenta:
Los Pensadores Modernos.


El estudio tiene la escenografía de siempre (un telón negro enorme que hace de fondo y una planta)

Conductor: Queridos amigos, esta noche tenemos un invitado especial. Ya nos ha visitado otras veces y siempre nos quedamos con ganas de seguir conversando sobre todos los conceptos que este hombre vierte una tras otra, en una asociación de ideas que podría no tener fin. A pedidio del público, MD.

(Entra MD todo viejito, con un sobretodo beige y caminando con muchísima dificultad con un bastón. Podría decirse que tiene 90 años).

MD: Buenas noches. Muchas gracias por invitarme.

Conductor: Querido D'. Lo vemos un poco...hace mucho que no le veíamos tal vez.

MD: Sí. Tiene usted razón. Tal vez hace bastante que no vengo. Sin embargo conservo mi imaginación intacta. Vea, en este momento estoy tramando un argumento que se me ha ocurrido mientras venía aquí.

Conductor: ¡Qué bien! ¿Y cómo se siente?

MD: Regio. Estoy en un momento espléndido de mi vida (tose un poco). Vea, en este momento estoy tramando un argumento que se me ha ocurrido mientras venía aquí.

Conductor: La última vez que lo vimos estaba usted por empezar una novela. ¿Cómo va ese trabajo?

MD: ¡Aaah! Chí, chí, chí. ¡Tiene usted razón! Estaba escribiendo una novela hace muchos años. Sí...pero no recuerdo bien de qué se trataba. Aaaah sí. O no...no. No, eh.

Conductor: Maestro, lo notamos un poco...

MD: ¿Jovial? Sí, estoy contento.

Conductor: No, que lo notamos un poco perjudicado...

MD: ¿Quién salió adjudicado?

Conductor: No, que...¿en que anda maestro?

MD: Mire amigo, ante todo le pido que no me diga maestro. Si hay algo que no hice en la vida fue ser maestro...apenas si he escrito alguna cosa.

Conductor: Es asombroso cómo ha cambiado usted. ¿Y cómo le digo?

MD: D’Onofrio no estaría mal. Y casualmente, como decía Borges, es mi apellido.

Conductor: ¿Está escribiendo algo nuevo?

MD: Sí. Justamente cuando venía acá se me ocurría una trama. Trata sobre un hombre que sueña a una mujer que se mira al espejo y en ese reflejo se desentraman todos los secretos del pasado y del futuro y de todos los tiempos juntos, y el protagonista despierta loco porque ve su propia suerte en el reflejo de esa mujer y no puede distinguir cuál es su suerte futura y su suerte pasada. Mientras llegaba se lo iba dictando a mi secretaria.

Conductor: Debo decir que es un argumento bastante interesante.

MD: Sí. ¿Está bien, no? Justamente en un momento cuando le contaba ese argumento se me ocurría otro: un tipo se da cuenta un día determinado que su vida no ha tenido ningún sentido. Abatido por esa situación, intenta suicidarse y falla. En el hospital, mientras la enfermera le hace unas curaciones, él entra en una alucinación, tal vez inducido por la morfina, e intenta escapar de allí. La enfermera le dice algo que este hombre no llega a distinguir por su mareo, pero él siente que ese mensaje es una revelación extraordinaria, casi divina. Y mientras intenta descubrir qué le había dicho esa mujer, se da cuenta que nadie conoce a esa enfermera, y no sabe si la imaginó o es real.

Conductor: Ese argumento es mucho más complejo que el argumento central que usted mencionó hace un rato. ¿Siempre sus argumentos de repuesto son mejores que los centrales?

MD: Es que uno debe tener la mente entretenida en argumentos. Es lo único que pienso en la vida. Siempre estoy tratando de resolver tramas. Justamente hoy mientras almorzaba con mi amiga Lola, en Susana, le decía que ya no hay argumentos como antes. Sí, eso se lo decía hoy. Ahora, me parece que estoy confundido, ya que mi amiga es Susana y estábamos almorzando en Lola. Sí, sí. Susana. Qué bella es. ¿Usted la conoce?

Conductor: ¿A quién?

MD: ¡A Susana, hombre!

Conductor: ¡Está usted tan fervoroso como siempre! No sé quién es su amiga Susana. ¿Susana?

MD: ¿Y para qué me pregunta por ella? ¿Usted la conoce?

Conductor: No.

MD: Yo tampoco. A la que sí conozco es a Lola...¿O a Susana?

Conductor: ¿Y cómo es Susana?

MD: ¿Susana? ¿Vive?

Conductor: Bueno, usted dijo que había almorzado hoy con Susana.

MD: ¡Es verdad! ¿Y cómo está ella?

Conductor: ¡No sé!

MD: ¡Pero si dijo que almorzó con ella hoy!

Conductor: ¡No! Usted almorzó con ella en Lola.

MD: Lola. Qué bárbaro. Mire usted qué misterio. Hace años que no la veo, igual que a Susana. ¿Usted las ha visto? ¿Cómo andan?

Conductor: Creo que el confundido ahora soy yo.

MD: Joven, debería usted ejercitar más la memoria.

Conductor: ¡Pero es que usted me confunde!

(MD hace un extraño movimiento casi cinematográfico y se saca una máscara de goma que es lo que le da el aspecto de viejo, mientras se para y pega un bastonazo en la mesa con muchísima fuerza)

MD: ¡Te agarré, viejo trolo! ¡Con que tratándome de viejo senil!

Conductor: ¡No entiendo nada!

MD: Te aprovechabas que estaba viejísimo para confundirme y hacerme quedar mal en cámara, pero te agarré. Se terminaron tus fechorías. Entrevistame ahora y vas a ver...

Conductor: D’Onofrio...yo no...

MD: No, no. D’Onofrio no. ¡Maestro!

Conductor: (un tanto resignado) Veo que ya es usted, otra vez...

MD: (completamente extasiado) Estoy trabajando en dos cosas. Una novela que es lo que más me insume tiempo, y un nuevo cuento que trata sobre el fin del mundo.

Conductor: Eso sí que es interesante. ¿Qué es lo que más le importa de la literatura? ¿Qué es lo esencial?

MD: ¡Ya te lo dije mil veces! ¡Las minas! (reflexiona un poco más tranquilo) Y después la guita, junto a los premios. Un Nobel, ponele; un Cervantes, o sin ir más lejos, una ciudadanía ilustre.

Conductor: Pero esto lo hemos hablado con muchos artistas. ¿Se seduce con las letras?

MD: No. No se seduce con ninguna disciplina. Lo que interviene ahí es otra cosa...bah, en verdad sí importan las disciplinas. Pongamos que un autor es casi de las últimas profesiones que eligen las mujeres.

Conductor: ¿Cómo es su incursión en la radio?

MD: ¡Gracias por preguntar! Es muy lindo estar en la radio, para mí es algo nuevo. Estamos los días...

(Alguien irrumpe en escena. Es un tipo igual a MD)

MD 2: ¡Este hombre es un impostor!

Conductor: ¿Pero cómo es esto?

MD 2: ¡Sí, señor! Yo soy el verdadero D’Onofrio. Este hombre es otro, que se hace pasar por mí.

MD: ¡Mentira! ¡Demostralo!

MD 2: Puedo demostrar todo lo que digo.

MD: ¡Él es el impostor! ¿Cómo sé que soy yo? ¿Y cómo sé que usted es usted y no yo?

MD 2: ¿Y usted cómo sabe que usted es usted y yo soy yo?

Conductor: Esto sí que es rarísimo.

MD 2: Vos no te metas, viejo trolo.

MD: No ataqués, delincuente impostor.

MD 2: Así los quería agarrar (hace un movimiento casi cinematográfico y se saca una máscara de goma que le da el aspecto de joven y se convierte en un viejo como el del comienzo) Ahora quiero ver quién es quién.

MD: ¡Ese truco es muy viejo!

MD2: ¡Sí, viejo como yo!

MD: ¡O tal vez yo soy más viejo!

MD 2: ¡Impostor!

MD: ¡Impostor vos!

(Se agarran a trompadas)

Conductor: (en medio del desastre) Bueno...amigos, por suerte...no sé bien qué decir. Hemos tenido la visita de este hombre...estos hombres...que...Buenas noches.

(La cámara se aleja del estudio, se va alejando en subida. Se ve la ciudad desde el cielo, sigue subiendo. Llega al espacio y la toma sigue y sigue subiendo. Se ven millones de estrellas y planteas, pasa por diferentes galaxias, por diferentes espacios y tiempos. Llega a un lugar blanco, pero demasiado brillante para distinguir si el color es blanco. En una cama, que no puede saberse si es gigante o no, ya que todo allí pierde dimensión, está Dios durmiendo y se despierta exaltado)

Dios: ¡Oh por mí! Qué pesadilla extraña. Un planeta con seres que se repiten y se repiten...qué sueño raro. Debería contárselo a alguien. Voy a salir a patinar (Dios se sube a unos patines y empieza a patinar con cierta lentitud, se tropieza. Cuando tropieza se ve a Dios que se despierta exaltado)

Dios: ¡Oh! Soñé que soñaba y luego patinaba y me tropezaba. Me gusta esa sensación de caerme y despertarme...

2 comentarios:

Anónimo dijo...

Esto es muy poco serio, todos sabemosque te moris por ser una celebridad y que te entrevisten en algun programa de television, sobre todo si es un tipo que te admira y te tiene miedo/respeto.
pero eso no va a pasar todavia flaco, asi que dejate de subir estas entrevistas truchas, que encima son enternas, si?

este miercoles me hiciste falta. tonto.

Anónimo dijo...

Ay ay ay falso don ofrio. Por si no lo sabés, ya lo dije acá una vez, fui entrevistado por el mismísimo Alejandro Romay, a quien puse en apuros al aire.
¡Así que cero!
Y no, las entrevistas no me interesan, por eso me burlo de ellas, y ni hace falta aclarar que: soy una celebridad y que la admiración no la necesito ya que esa gente que idolatra me aburre.
Aparte es un paso de comedia donde el centro es el juego de máscaras y Dios soñando, y no la entrevista.
¡Así que doble cero!

M.D