sábado, julio 26, 2008

DIÁLOGOS CON CHARLY

Estos diálogos son verídicos. Son extractos de conversaciones que tuve a lo largo de un año y medio con Charly García en diversos encuentros. Yo era un mocoso impertinente, de unos 17, 18 años, y me quedaba en su casa tocando el piano (mientras él estaba en el cuarto recibiendo gente).
Ahora que Charly está en lo de Palito, que lo quiere mucho y ha tomado una responsabilidad enorme digna de un gran amigo (no es nada fácil acompañar a alguien en ese tratamiento) yo, que soy un cuatro de copas, quiero desearle mucho éxito. Mi cariño con García es incondicional, aun cuando hemos tenido diferencias (tal vez en algún momento yo, irrespetuosamente, quise acortar la distancia que había entre el alumno y el maestro) y aunque sé que va a ser largo todo el proceso, he leído, de alguien muy confiable, que si todo sale bien, por primera vez en mucho tiempo, Charly tiene la posibilidad de retomar su vida.
Charly García, muy por el contrario de lo que muchos creen, es un tipo educadísimo y con un sentido del humor extraordinario. Podés estar hablando con él de algo muy serio, y es tan inteligente que da vuelta la situación para meter algún chiste que guarda relación con el tema del que se está hablando; es como si con su humor dijera “es así, pero desde otra óptica podría ser también de esta otra manera”
Espero poder verlo más adelante, cuando el tiempo diga, y volver a hablar de música, de discos, de grabaciones. Mi formación musical fue con él. Aparte de haber estudiado muchísimo sus discos, me dejó verlo componer, grabar y ensayar y les garantizo que estar en esos momentos es como cursar 10 años de conservatorio. Cuando uno ve a García funcionar de cerca, se da cuenta de la genialidad del tipo, tanto como al escuchar sus discos. Escuchen a Charly con atención. Disfruten de la instrumentación, distingan los arreglos, los coros, las melodías, las armonías.

Publico este post para mostrar una faceta de García que tuve la suerte de conocer, la de su sentido del humor, porque sobre su talento, no hace falta decir nada. Un genio se manifiesta a través de su obra y si hay algo en la obra de García, es belleza, genio y talento.

Para terminar con esta introducción contaré una anécdota de Sergio Marchi: una vez, Sergio entrevistó a Sting, y el inglés al terminar la nota le preguntó por García. Marchi, sorprendido le preguntó si lo recordaba (habían tocado juntos en el festival de Amnesty en el 89 en Buenos Aires) y Sting le contestó “¿cómo olvidarse de alguien como Charly García?”

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Una tarde muy, muy calurosa de febrero Charly estaba grabando en su nueva portaestudio digital, el bajo de la versión de “Rasguña las Piedras” que se editó en el disco en vivo de Sui Generis “Sí (detrás de las paredes)” Yo había ido a llevarle un tema mío. Grabó el bajo casi 10 veces, una toma mejor que la otra. Grababa desde la cama y yo estaba sentado en un banquito en frente a él. Me miraba fijo como diciendo “Está bueno, ¿no?”. En el living estaban unas chicas y una entró al cuarto a buscar una cartera. García se enojo: “¿No ves que estamos ocupados?” le dijo a la chica que miraba con terror. “Andá allá y cerrá bien la puerta” la chica volvió al living y García me dice “ay Dios...hay que tenerlas así” Carcajadas un largo rato.

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Una noche en Musimundo, junto con un amigo, nos cruzamos con García. . Charlamos unas cosas y él siguió mirando discos. Me recomendó uno de Nat King Cole. No queríamos molestarlo. La gente se le acercaba. Una niña de unos 8 o 9 años, enviada por su hermana más grande, tal vez por vergüenza, le pidió una foto. Charly la mira muy seriamente y le dice “no”. La nena vuelve a la hermana sin entender mucho. García se ríe y le dice “sí, vení, hagamos la foto”. Las chicas le agradecieron mucho, y entendieron la broma a la perfección. “¡Hasta los niños te aman!” rematé.
Nos fuimos con mi amigo a ver otros discos y al rato diviso a Charly que me hace unas señas mostrándome una caja. Yo no entendía bien lo que quería decirme. Me hacía un gesto de “vení, vení” y me muestra unos auriculares. “Son buenísimos. No sabés cómo suenan. Yo ya me compré tres”

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Una noche en su casa, mientras intentaba hacer arrancar un mini disc.

MD: ¿No serán las pilas?

C.G: No

MD: Deben ser las pilas.

C.G: Te digo que no. Le pruebo otras pilas y no anda.

MD: Sí, pero esas pilas están tiradas por todas partes. Me juego que no funcionan tampoco. Deben ser viejas.

C.G: Bah ¿Qué sabés?

MD: Bueno...no son las pilas entonces.

C.G: ... (un poco indeciso) ¿Me harías un favor?

MD: Sí.

C.G: ¿No bajás a comprarme unas pilas?

MD: ¡Jajajaa!

(Le traigo las pilas. El discman anda perfectamente)

MD: No eran las pilas nomás

C.G: Callaaaaate.


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Esa misma noche, entre todas las cosas que había en su cama, saca un sobre cerrado. Lo mira y era una boleta de teléfono.
“Con razón siempre me lo cortan”

(carcajadas)

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Lunes a la noche en living de su casa, ensayando con la banda. García tocaba el piano (nunca lo había visto en el living tocando el piano) Tocaron “The Long and Winding Road”. Charly dictaba las notas a los músicos, mientras tocaban. Iba sacando el tema en el momento. No paraba a recordar ni una sola nota. Tenía toda la información en la cabeza. El departamento temblaba por el volumen de todos los instrumentos. Termina ese tema y exclama entre risas “¿¡dónde está mi naranjín!?” Nos reímos todos de esa expresión tan vieja.
Había una chica, creo que era una periodista que entró al rato y como Charly no tenía los anteojos, vio a la chica, que estaba lejos y preguntó “¿quién es, Miguel?” Se puso los lentes y casi se muere de risa por la confusión. Pidió a su asistente una Rickenbaker (una guitarra) y empezó a componer. No paraba de tocar y dictaba las notas que seguían, una tras otra. No dudaba hacia donde iba la canción. No se detuvo nunca a probar un acorde. Él ya sabía qué acorde sucedía al anterior. Otra vez demostraba que tiene la música en la mente, como si uno quisiera escribir una frase exacta y no sólo no se detuviera en las palabras, si no que sabe perfectamente qué letra sigue a cada una. Terminó el tema, se levantó, se acercó a mí, me saludó con un abrazo y lo primero que le pregunté es “¿De dónde sacaste eso?” ( por el tema que acaba de componer) y me contestó, con una sonrisa “de mi cabeza”.

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- ¿Es verdad lo que dice Blaney (mítico técnico de grabación de sus mejores discos)? ¿Que “Cómo Conseguir Chicas” está hecho en base a outtakes de “Parte de la Religión”?

- (Silencio total).

- ¿Es verdad?

- (Se sucede la clásica mirada García de “eso que preguntás no me gusta nada) ¿Qué cosa?

- Lo que dice Blaney

- (La mirada sigue fija. Cambia de objetivo después de unos 5 segundos interminables) Blaney dice muchas cosas


……….


La misma tarde que grababa “Rasguña las Piedras” (detalle: por el calor, y aunque había un aire acondicionado de pie, Charly estaba en calzoncillos)

Fui a buscarle una Coca Cola a la heladera (él estaba tomando una que no estaba tan fría). En el living, junto a las chicas, estaba un periodista de la revista Pelo que ese año había vuelto a editarse. Parece que el tipo estaba ahí hace como una hora esperando, pero nadie quiso avisarle a Charly para evitar el enojo.
Cuando entro al cuarto le doy la lata y él me da la suya. Paró de grabar y le dije que estaba el periodista esperándolo. Le ofrecí un cigarrillo y mientras fumábamos conversábamos.

C.G: ¿Dónde grabaste el tema?

MD: En Supervoz. Acá a unas cuadras. Siempre grabo ahí.

C.G: ¿Y cuánto sale?

MD: (desconcertado) ¿Cuánto sale?

C.G:

MD: Veinte pesos la hora.

C.G: (Sorprendido) ¡Baratísimo!

MD: (Muy desconcertado. Es muy raro que una estrella de rock te pregunte sobre los precios de un estudio de grabación) Sí. Bastante.

C.G: (Mostrándome la portaestudio) ¿Viste ésta? Es buenísima. Me la regalaron. Todavía estoy aprendiendo a usarla. Pasame ese bajo (le alcanzo el bajo que me pide y me da el bajo Rickenbaker amarillo con el que estaba grabando, el mismo que se le ve usar tan seguido). Este bajo me lo regaló una fan. ¿Cómo grabaste?

MD: Mirá, no tenía músicos. Así que fui y le dije al técnico “voy a grabar todo yo solo”. ¿No hay baterista? Listo, ponemos una máquina. Yo trabajo así

C.G: ¡Esaaaaa! ¡Así se hace! ¡Así se hace! Estás aprendiendo bien.

MD: Lo aprendí de vos. ¿Quién está en el estudio? ¿Nadie? Chau, lo hago solo.

C.G: Es la mejor manera.

MD: ¿Querés que haga pasar al periodista?

C.G: Dale, pero haceme un favor. Advertile que estoy en “malla”.

(risas)

MD: Mejor le digo “mirá, no lo tomes a mal, pero Charly está en paños menores”

(Carcajadas)


Si alguien lee esto y recibe la autorización para ver a Charly (porque sé que tal vez sea leído por alguien que lo va a ver pronto) le pido que le haga llegar mis cariños y el mejor de mis abrazos. Muchas gracias.

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