jueves, abril 17, 2008

CHISTES SOBRE EL HUMO

No puedo ni quiero evitarlo: ¡el humo es inevitable!

Estoy hecho pelota, me arden los ojos, la garganta me falla, pero no da ir al médico como he visto en la tv que está sucediendo.
Lo interesante es que la situación se presta para hacer muchísimos chistes. Juro que tengo uno que es buenísimo pero se me sugirió que no lo hiciera público (lo probé en la calle y dio un resultado extraordinario) y por eso voy a escribir (a pedido de muchos humoristas) otros chistes no tan buenos. (Antes de seguir, ¿alguien se dio cuenta que si esto fuera veneno ya estaríamos todos muertos?)

Hay diversas explicaciones para este fenómeno del humo, y con esta breve guía, usted podrá lucirse en la parada del colectivo o una embajada o un gimnasio, o en cualquier lugar, desplegando un humorismo fino, de categoría y se ganará la admiración de los que estén en donde usted esté.


Primer caso: siempre es bien visto desplegar algún argumento contra el Gobierno Nacional.
Usted debe pararse, tosiendo un poco y dice: ¡ay éste humo! Se ve que la Presidente le dijo a Moreno, “Guillermo, mandate una cortina de humo para ganar tiempo” y el tipo le hizo caso omiso.
(Dónde no decir este chiste: No lo diga si usted es ministro en el Gobierno anteriormente mencionado o si usted está en una reunión de gabinete. Por ejemplo: si usted es mozo y está sirviendo café en una reunión entre Alberto Fernández y los ruralistas, no salude diciendo “muchachos, ¿a qué no saben de dónde viene el humo?”).


Segundo caso: Siempre es bien visto desplegar algún argumento contra el Gobierno de la Ciudad.
Esto merece un párrafo aparte, ya que el interlocutor deberá conocer de antemano la declaración del Jefe de Gobierno Porteño sobre la llegada de la antorcha olímpica, donde dijo que la Ciudad de Buenos Aires tiene “tango, carne y muchas cosas más” (sic). Si los que se encuentran en la reunión escucharon esa declaración, usted diga “el as que se guardaba en la manga era el mucho más...¡ya lo ves! ¡Es el humo!, bah, no se ve nada”. O si no, puede decir: “es que el intendente toma el modelo del Primer Mundo...¡y por eso trajo la niebla de Londres!” Si esto no es gracioso, mencione al gabinete porteño y provocará risas inmediatas.
(Dónde no decir este chiste: Si usted es mozo y le toca servir café en una reunión de gabinete del PRO no lo diga, porque es posible que no se lo entiendan; o le tomen la idea de traer niebla londinense, por lo que el chiste perdería su factor de “ironía”. Si usted es mozo y le toca servir café en una reunión entre Rodríguez Larreta y Alberto Fernández, dígalo, pero dirigiéndose a Fernández. Capaz no es muy gracioso, pero usted podrá asegurarse un puesto en el Gobierno Nacional).


Tercer caso: Siempre es bien visto desplegar algún argumento contra la sociedad en general. Este pequeño pasa cómico es muy efectivo si usted es telegrafista del canal “Crónica”. En caso de no serlo, puede usted decirlo en medio de una reunión, citando apócrifamente al canal ya mencionado “Esto del humo trae todo tipo de complicaciones. “¿Escucharon la última? Hoy estaba viendo Crónica y aparece una placa que dice “Caos en Buenos Aires: avión aterriza en el techo de Clo Clo”
(Dónde no decir este chiste: Si bien el chiste es finísimo y es de salón –recuerdo ahora mismo a Kathy, la reina del saloon- Es posible que si lo dice haya que esperar a que todos ubiquen mentalmente el restaurante Clo Clo o que alguien le pregunte “Pará, ¿cuál es Clo Clo?” Y usted ahí deberá explicar todo, por lo que el chiste sería ineficaz al perder el factor “ momento y contexto real-social”).


Espero que con esta breve guía de chistes del humo puedan consagrarse como los reyes o reinas de la fiesta.

2 comentarios:

Mai Lirol Darling dijo...

"¿Buenos Aires?"
(Cartel de Crónica TV, abril 17)

Anónimo dijo...

Son chistes para velorio, como humorista te moris de hanbre