FALSIFICACIONES APÓCRIFAS

Extraordinario el acto de ayer en Córdoba en honor a Leopoldo Lugones, en donde se leyó un poema apócrifo de Jorge Luis Borges.
Creo que ya lo deben saber todos, pero luego, María Kodama subió al escenario y dijo que ese poema no era de Borges, lo cual es obvio para cualquiera que haya leído un poco de la obra del principal autor argentino, generando una especie de sentimiento cercano al escándalo..
Lo que me llama la atención y me divierte es que ese fallido surgió por haber buscado algo de Borges en internet.. Desde hace quince años que ese texto bochornoso da vueltas por la red y ya todos se han ocupado de aclarar que es algo escrito por una autora norteamericana.
Una parte mía, más pudorosa, me hace decir: bueno, capaz fue un error de la maestra del pueblo que no tiene por qué conocer todos los poemas borgeanos.
Pero, mi parte más crítica me hace decir que ahí había ministros de cultura, autoridades de biblioteca y hasta niños.
¿Cómo nadie chequeó lo que se iba a leer en público?
Y pienso peor aún: ¿Y si alguno de la cultura le dio el papel a la maestra y le dijo “usted léalo que con esto quedamos bien” y capaz la pobre maestra no tuvo nada que ver? (lo cual es muy probable y estoy seguro que así fue y no fue culpa de la maestra).

Insisto: ¿Cómo van a buscar un poema de Borges en internet?. ¡Encima la pifian! Porque hay que tener mala suerte para dar con un texto equivocado. Encima es muy, muy malo. Termina diciendo algo así como “pero sólo tengo treinta y cinco años, estoy muriendo”.

Borges amaba estas cosas y es un poco inevitable pensar qué hubiera pensado él. Creo que se hubiera reído muchísimo del asunto, y como era muy discreto hasta hubiera agradecido la mención. Y si se le hubiera antojado decir que ese texto no era de su autoría, hubiera dicho algo así como “les agradezco el honor de leer un poema que no es mío, ya que lo que he escrito es más bien digno de ser olvidado”.

Fuera del papelón, es muy interesante también plantearse el rol de los textos apócrifos. No hace falta ir muy lejos: en No Somos Nada está lleno de cosas que se le adjudican a grandes personalidades de las letras, de la ciencia, la música, de la cultura en general y que son mentiras grandes como una casa. Me divierte disfrazar algunos conceptos. Más de una vez me ha asombrado el asombro que causan algunas confesiones sobre lo que se escribe aquí y lo falso de esas cosas.

Esto es también la repetición de una repetición.

Y pienso en la wikypedia que no me causa mucha gracia, ya que la veo como la opinión hecha enciclopedia. Imaginen qué sucedería si yo escribiera un artículo en ese sitio sobre algo que nadie pueda corregir ya que nadie ha conocido el episodio antes: un personaje extraño, un escritor alcohólico. La wikypedia es como un gran chiste muy interesante, y no me extrañaría que ese poema falso “Instantes”, haya salido de ahí. Deben existir muchas falsificaciones. Lo difícil en el futuro será distinguir las copias malas de las más cercanas al hecho real. No habrá nada auténtico, todo será una copia de la copia, y entonces todo dará lo mismo. Me entusiasma muchísimo esa idea.
Y más me gusta pensar que éste que escribe estas líneas, no es más que un impostor. Un D’Onofrio falso; una copia un tanto peor (si es posible ya tal cosa) del que escribía ayer aquí. Y mañana vendrá otro D’Onofrio falso, y así sucesivamente, hasta que el rastro del verdadero quede perdido en medio de un montón de ideas apócrifas y copiadas de otras ideas apócrifas y copiadas.