jueves, febrero 14, 2008

LA CADUCIDAD DEL AMOR

Se supo:

Publica infobae en su edición digital: “Aseguran que amor dura, como máximo, cuatro años”

A mi juego me han llamado.

Georgina Montemayor Flores, de la Facultad de Medicina de la UNAM estudió el proceso del amor y determinó que a los cuatro años uno puede ir haciendo otra cosa. Pero fue mucho más allá y se animó a decir cosas que antes dicha por alguien que no fuera científico quedaban desubicadas: “Suele durar un máximo de cuatro años o hasta que aparece otro ser que despierta esa pasión romántica, y solo pervive el apego o la compañía hacia una persona"”En la medida en que piensa recurrentemente en la misma persona, la condición sicológica del enamorado puede ser comparable "con un estado obsesivo compulsivo”

Dice también que el enamorado se convierte en alguien poco productivo (en la primera etapa) y que sólo se puede estar enamorado de una sola persona a la vez, al contrario del apego y del deseo sexual.
Y también dice la doctora: “de hecho las grandes obras de arte nunca se crearon cuando los autores estaban apasionados, sino después, en el proceso del desamor". La especialista en anatomía precisó que las personas entran y salen de ese estado de enamoramiento porque el cerebro no podría resistir tanto desgaste si se mantuviera así constantemente.

¡Sí que sí! digo yo aplaudiendo este estudio y feliz que se desenmascare esta mentira. Como sabe cualquiera que haya estado enamorado un tiempo prudencial, cuando el amor se hace efectivo y se convierte en una relación, lo emocionante se vive durante los primeros tres meses, todo lo demás es una porquería.

Lo que no coincido del todo con la especialista es la afirmación de las obras de arte: es verdad que la mejor performance de un artista se logra cuando está desenamorado. Los poemas felices, las canciones felices, todo lo que diga “estoy enamorado felizmente” es algo espantoso. Pero es verdad también que se logran grandes cosas en la víspera del amor, cuando comienza esa curiosidad por la otra persona. Cuando uno vislumbra la aproximación del enamoramiento rotundo...que no es otra cosa que caer en cuenta que uno está hasta las manos.

Claro que este estado de víspera, cuando uno tiene mala suerte, se convierte en una paradoja porque es un amor unilateral y a la vez es un desamor: solo es comparable al dolor del desamor, el dolor de saber que uno no será querido por la persona que ama. Y tal vez me equivoque, ya que el que sufre de desamor la pasa peor porque sufre la ausencia de la persona amada...pero no ser amado es una forma de desamor.

El tema da para rato.

Es tremendo sentirse enamorado, porque uno comienza a perder el control de todo. Luego se accionan las hormonas del apego y a eso le llamamos amor. ¿Y si nos dejan? Ahí todo se vuelve fatídico y pesimista. Claro que también se accionan luego hormonas que dejan pasar ese proceso. De hecho la doctora Montemayor Flores dice "el amor tiene un precio. Por principio, se pierde la libertad y también se vuelve dependiente de otra persona, por ello, se debe recordar que el desamor libera".

No sé si es casualidad que sea el día de los enamorados, pero está bien hablar del tema. Ojalá algún día (propongo el 15 de febrero para darles un día de ventaja a los que se enamoran) se proclame “el día de los obsesionados” que es mucho mejor que estar enamorado (y eso que ya propuse aquí el día del desamor). Ya lo he dicho mil veces, pero la diferencia entre el enamoramiento y las obsesiones es que el enamoramiento dura menos. A mí me gusta obsesionarme con una mujer; me pongo loco, intento todo tipo de ridiculeces para seducirla, me compro ropa, escribo como loco, les hago canciones, le miento que canciones viejas son escritas pensando en ella y así voy de fracaso en fracaso, porque un día me doy cuenta que estoy metido con otra chica (y digo fracaso porque siempre estos trucos me salen mal)

Hoy estuve todo el día recordando los diarios de Casanova. La imagen que tenemos de él es falsa. El tipo en verdad hacía lo que un caballero debe hacer: escribir sobre los amores fracasados y trágicos. No se la daba de canchero, si no que iba a menos. Y eso es lo que hay que hacer. Cualquiera es vivo diciendo “sí, sí, salí con Liz Solari ( ya quisiera yo), pero más vivo es aquel que guarda silencio sobre el tema y relata sus fracasos amorosos.
De hecho hoy iba a iniciar una serie de memorias para este blog con unos fracasos míos dignos de escribirse: todo tipo de ridiculeces, intentos fallidos, mujeres tan distantes como imposibles o simples llegadas tardes en las palabras y declaraciones, que hicieron de un potencial amor una anécdota. Tal vez lo haga pronto, pero me da miedo contar cosas privadas y caer en lo pueril. Hay que saber escribir muy bien y ser muy audaz para lograr el efecto deseado y que no sea sólo un diario de intimidades (soy muy poco afecto a hablar de mis cosas, cualquiera que me conozca sabe que lo que escribo aquí no se acerca ni un cuarto a mi vida, son sólo algunas pistas, inclusive algunas muy confusas), pero mi chapa del seductor más rechazado del mundo tal vez me permite abordar el tema.

Y para terminar, quiero decir que lo peor del desamor es cuando nos damos cuenta de que el sufrimiento ha terminado. Que todo ese dolor que nos ocasiona el abandono un día significa nada y tal vez eso sea porque hay otra mujer que nos empieza a llamar la atención. Creo que me acerco al fondo de esa angustia: nadie es irremplazable.
Un día lloramos por Juanita, Juanita, Juanita, Juanita y al tiempo decimos “¿cómo se llamaba?”

No enamoramos para escapar a la muerte y vivimos, como he dicho hace poco, en el medio de esas angustias de los amores que se van.

Y pregunto: ¿Cuál es el mejor amor? Tal vez el que está, ya que el presente es insuperable; pero también el que está por venir. En medio de esta víspera de amor en la que estoy, espero...

Saludo desde aquí, aunque jamás leerán esto, a todos mis amores: a los que no fueron, a los que sí, a las mujeres que han tenido la gentileza de corresponderme y las que me han dejado. Pero sobre todo a las que están y a las que vendrán.

3 comentarios:

Anónimo dijo...

Que cuente!! Que cuente!!!
Jeje, que chusmosa soy..

Flavia dijo...

Estar enamorado es de aterrador. Lo digo con conocimiento de causa.
Prefiero la segunda etapa, cuando la verdad se presenta, y ya no hay lugar para ese "perder el control" por, en definitiva, una ilusion que tenemos sobre el otro. Y entonces, si seguimos juntos, estamos hablando de amor.
Si no, fue suba de temperatura.
Beso! (nos debemos un coffe, Marce)

Anónimo dijo...

bueno yo voy a defender un poco el romanticismo...que seria del desamor sin el amor? y alverre... yo creo que la ausencia de amor, o el amor perdido, es obviamente la carencia...carencia, algo que se tuvo en algun momento..es nostalgia añoranza...yo prefiero el amor! y no estar sufriendo..aunque tenga su encanto ese sentimiento autodestructivo..
hoy estoy asi..quizas me este por venir no se..