miércoles, julio 26, 2006

A VER QUIÉN ES EL PRIMERO EN QUEJARSE

Estoy hace tiempo indignado (cosa que, a decir verdad, disfruto un poco), ya que a la gente se le ha dado por quejarse de cualquier cosa y delegar responsabilidades a los cuatro vientos. Acusan, declaran, y todos son testigos de todo, y nadie tiene la culpa de nada. Pero todos salen en la televisión. El más claro ejemplo de todo esto sucedió hace pocas semanas, cuando a un loco se le dio por salir a los tiros en Cabildo y La Pampa. Entonces a los pocos días, salió toda la gente que vive por ahí, y agarraron y cortaron Cabildo. Para qué? (la pregunta es: para qué mierda pregunto yo? Porque agarran y contestan…): Para reclamar seguridad. Ahora resulta que la psicosis es un crimen. El razonamiento de toda esta gentuza seguiría los siguientes principios: “si yo vivo en la Ciudad de Buenos Aires y pasa algo que no es mi culpa, entonces es culpa del Jefe de Gobierno de la Ciudad de Buenos Aires” o bien “Un tipo salió de su casa armado y nadie hizo nada… ergo, debemos ser todos palpados de armas al salir de nuestras casas” o bien la nunca olvidada “un policía en cada esquina… pero que no me paren para pedirme los documentos del auto”. Me gustaría que uno de estos seres tan fácilmente irritables me dijera si recuerda la última vez que salió un tipo con un arma y disparó sin motivo aparente. Me gustaría, de hecho, que se busque tal dato hasta encontrarlo, y que se busquen todos estos eventos, para poder calcular la frecuencia con la cual estos hechos suceden y medir costo y beneficio de lo que esta horda de bancos de órganos están pidiendo. Señoras y señores, lo que ustedes plantean es el equivalente a secar el Río de la Plata para que no se inunde más Libertador. O bien transformar todos los vehículos en autitos chocadores para que no se rompan en los accidentes.
Entonces, lo que hoy quiero decir es lo siguiente: estoy esperando a ver quién es el primero en quejarse por el granizo que le hizo mierda el auto en el día de hoy. Señor Telerman, no me trate de desquiciado, y vaya atajándose, porque en cualquier momento le caen cientocuarentaytres cartas documento intimándolo a dejar su puesto si no toma medidas para mejorar la seguridad meteorológica de la ciudad, o bien cortes varios de avenidas y una sentada en la pista de aterrizaje de Aeroparque, cortando el tránsito aéreo en forma simbólica.
Yo, por lo menos, estoy indignado. Así que, como mínimo, le largan la ciudadanía ilustre a mi socio y amigo personal, el señor Marcelo D´Onofrio Von Tessel, porque así esto no va.

Dr. Ibarrola
(si vamos a hacer las cosas mal,
hagámoslas bien)