viernes, mayo 26, 2006

EN ESTADOS UNIDOS HAY MÁS INMIGRANTES QUE CUBIERTOS

Volví. O sea, primero me fui, y nadie se enteró, porque dejé un muñeco que más o menos se parece a mí, hecho con unos almohadones viejos y unos restos de alfombras que más o menos tenían el color de mi pelo. Se ve que muy lindo no debo ser. Pero cuestión que volví y el muñeco estaba medio roto. Ya los voy a agarrar, atorrantes.
Y volví indignado por varias cosas (como siempre). Una de ellas es que uno al entrar a los Estados Unidos es indefectiblemente tratado como dos cosas que uno no es:
1- un tipo que se quiere quedar a vivir allá
2- un tipo que tiene bombas metidas en los lugares más insólitos
Señoras y señores de Estados Unidos, yo les aviso: ni quiero vivir en su país de paranoia, por más barato que esté un home theater, ni tampoco quiero perder tiempo, dinero y, mucho menos, mi propia vida, haciendo volar un avion de mierda donde, como mucho, hago cagar a 200 personas. Como mucho.
Pero estuvo lindo. Me hice pasar por un tal Marcos Rigueiro, de Rio de Janeiro, que creo que me vio en un congreso usando la credencial con su nombre. Perdón, Marquitos… todo bien. Entonces tuve que fingir un acento portugués, con todo lo que odio el portugués, y cargar con una identificación de Brasil, con todo lo que odio Brasil. Todo mi odio producto del amor, naturalmente.
Los cubiertos deben ser algo caro en USA. O tienen algún problema, como los chinos, que a pesar de conocer el tenedor y la cuchara, siguen comiendo con palitos. Pero los chinos son tantos, que mejor no pelearse. Cuestión que en USA entre hamburguesas, panchos, pizzas y sándwiches, comen todo con la mano, los muy asquerosos. Si me decís que tenés 30 minutos para almorzar y te vas a una hamburguesería X (sin nombrar empresas porque después nos dejan secos y no tenemos con qué financiar el disco), o saliste a pasear con los chicos que quieren la cajita de la gloria eterna (por no decir su término comercial, y no quedar ligados con tales empresas), entonces bueno, te entiendo… Pero todos los días comer con la mano es una descortesía. Y yo creo que no es bien visto. Señores, por favor… cuchillo y tenedor, que las manos tienen que estar limpias para agarrar una guitarra, por ejemplo.
Y en San Diego está lleno de mexicanos. Lo cual es lógico, ya que está a 30 minutos en tranvía de Tijuana. Y los mexicanos no serán tantos como los chinos, pero si se te manda todo Tijuana al mismo tiempo, podrás frenar a 20, 30… 35 mexicanos. Pero el resto pasa, y después andá a encontrarlos… Es tu palabra contra la de ellos, viejo… O sea, no TU palabra, pero sí la del border patrol o lo que sea que está ahí para hacer cagar al que se mande de prepo. Igual ahora van a poner una pared re larga, que va desde un extremos al otro, que es como desde el obelisco a la Chacarita, que es un montón, pero allá en la frontera es todavía más. Y va a ser alta. Como unos 4 o 5 metros, que es algo que se complica para saltar. Porque si hacés un muro de metro y medio, como que el nombre muro le queda medio chico, y los tipos se te cagan de risa y te dicen “mirá para allá, que hay un señor que se burla se vos haciendo pedorretas a tu espalda” y cuando te diste vuelta, zas… se te mandó una familia de mexicanos por sobre el metro y medio de cemento que pusiste en toda la frontera. Y andá a hacerlo de nuevo… yo, lo que es yo, otra vez no te lo hago ese muro.
Pero bueno, estuvo bien dentro de todo. Una mala: a la vuelta estaba en el avión a punto de despegar, viendo entretenidísimo el video de seguridad donde te mostraban cómo abrocharte el cinturón y, casi igual de importante, cómo desabrocharlo (todavía debe haber gente que no sabe cómo se hace eso) junto con un montón de medidas que nadie toma en caso de accidente, momento en el que sobreviene el caos y el temor, y resulta que ahí nomás se pianta todo… se apaga absolutamente todo, motores incluídos, y quedamos a oscuras. A minutos del despegue. Yo dije “listo, ahora una hora más acá varados hasta que nos pasen a otro avión”. Pero no. Se hicieron los bananas, y dijeron “ahora te lo hago arrancar, vas a ver”. En un rato prendieron todo de nuevo, vuelta a cero, y dijeron “bueno, se larga…” y nos vinimos en ese mismo avión, cortando clavos todo viaje pensando que si se te apaga todo en la pista de aterrizaje, vaya y pase… pero a 10000 metros de altura y 950 km/h, te quiero ver… Ahí se te apaga el motor y tenés el planeo de una tenaza.
Bueno, eso es más o menos todo. Gracias a todos por los mails, y voy a seguir contestando consultas médicas, sólo denme tiempo para organizar y publicar. Las que son medio privadas no las publico sino hasta volver medio ebrio algún sábado por la noche. Así que el domingo pasen a ver qué hay de divertido.

Dr. Ibarrola
(viajar viaja cualquiera… el problema es la aduana)