jueves, noviembre 12, 2009

LUCHA Y VUELVE (EL PASACALLES)

No recuerdo si alguna vez conté, creo que no, sobre mi cariño por los horribles pasacalles. Me parecen muy simpáticos y, quizás, esto se deba a que son cursis, y lo cursi me genera alguna debilidad.
Sin embargo, creo que el fatídico destino del pasacalles (haber sido prohibidos) se debe a esa cursilería. A los pasacalles les faltó agresividad; cualquiera que haya escuchado las míticas llamadas del Doctor Tangalanga a los colocadores de pasacalles sabe de qué hablo.
Estos pedazos de tela con letras multicolor (al menos los que aún sobreviven de manera ilegal) siguen escondiendo, públicamente, un mensaje privado. Por ejemplo: “Cecilia, te vi, te vi, te vi...Fito” o “Dubi, dubi, daba, daba, di, di, di, di. Lito”. Son mensajes encriptados, de amor, pero encriptados, y al final nadie dice “ese cartel es para mí” y la tela se llena de tierra y se la lleva el viento y la lluvia (y algún tornado, eventualemente).
Por eso creo que los pasacalles de amor, deberían ser, para volver a la legalidad, mensajes de contenido agresivo; amenazas, súplicas peligrosas, etc. Por ejemplo: un pasacalle que diga “Marisa, ahora que me dejaste y andás con otro tipo, que tenga cuidado, porque le voy a pegar un tiro en la gamba” o “Nélida, sin vos la vida no tiene sentido; si no volvés me mato” es muchísimo más efectivo.
Estoy seguro que de esa manera los pasacalles serían mucho más atractivos y le darían un color más lindo a la ciudad que se está empalideciendo cada vez más.
Vamos por los pasacalles más agresivos, con punch, con simpáticas amenazas de novios despechados. Es mucho más efectivo que decir “Ahora me siento solo”. Basta de pavadas.
Ya que se habla tanto del hastío social y la violencia, si nos vamos a hartar y ponernos violentos, hagámoslo bien, y no dejando que señoras indignadas llamen a la radio y utilicen la palabra “crispación” seis veces en la misma oración.

Nada más. Me despido con un pasacalles virtual: “Remontar un barrilete...” no me acuerdo cómo sigue.

5 comentarios:

B dijo...

si,ya contaste.

el padre de mi mejor amiga tenía una "empresa de pasacalles"...y cuando cumplí 15 años pusieron uno en frente de mi casa alusivo a mi festejo. Envidiameeee

que yo sepa, siempre fueron ilegales, no es de ahora, lo que pasa es que como los políticos los usaban para hacer campaña (ahora van a "gran cuñado") "aquí no pasó nada" Y proliferaban tranquilos: los tiempos modernos los tienen destinados a la extinción.

D´Onofrio, con su propuesta, uno podría de pronto ir a la policía y decir que fue amenazado porque le pusieron un pasacalles donde dice, por ejemplo. "A la salida del colegio te cvago a palos, vas a ver cómo te va a quedar el upite HdP" ??? qué caracter legal tendría eso?

Guillermina dijo...

D'Onofrio, ya tengo hecho un pasacalles intimidatorio para ponerte enfrente de tu casa, pero se me pinchó un poco el plan porque no tengo la dirección de la misma.
Yo nunca tuve un pasacalle, una vez tuve un graffitti, pero no es lo mismo, no es lo mismo.

Marce D´Onofrio dijo...

Blanc:
A ver, intentaré responder cosa por cosa.
Primero: no, no fueron ilegales. Entiendo que en algún momento no había una legislación al respecto, y se aprovechaba ese vacío legal; quizás estoy equivocado, pero en los 80´s no había una prohibición que marcara al pasacalle como un delito o una contravensión (como mucho). Después sí se expresó la prohibición de colocarlos.
Es cierto que se usaron para propaganda política, pero no creo que haya sido decisivo para su prohición (aunque aún se ven, ya mostré la foto del que se puso a la altura del balcón de mi casa).

Pero mi propuesta no es la amenaza por la amenaza en sí. Lo que digo es que al pasacalle le faltó agresividad; pero esto tiene que ser expresamente para menesteres amorosos y no amenazas comunes. De todos modos se podría estudiar una legislación para la amenaza vía pasacalle por deudas, por ejemplo.
Sin embargo, mi propuesta obliga al que envía el pasacalles a firmarlo, lo que convertiría todo en un asunto más armónico. No es anónimo, y eso le da cierta jerarquía al amenazado y al que amenaza.
Igual, insisito, son para cosas de amor.

Muchas gracias por firmar y preocuparse por estas cosas, que hacen en definitiva, a los asuntos ciudadanos que tanto nos preocupan.
Un beso (Blanc, el link de tu blog está ahora actualizado para que todos los lectores de N.S.N puedan leerte).

Guillermina:
¡Qué misterio! Quisiera saber qué dice ese pasacacalles, porque a mí me han dicho que yo soy un buen muchacho y que no doy muchos motivos para la amenaza. Pero bueno, ya te estoy enviando a mi asistente Clarita por línea privada para que te dé la dirección exacta así puedo deleitarme (y a toda la vereda) con una simpática amenaza, que hace tan bien al espiritu y al ánimo general.

Un beso.

Anónimo dijo...

Hola Marce... tanto tiempo.

El pasacalles se volvió muy popular últimamente. La gente quiere expresar sus sentimientos entre los cables, con trapos despeluchados y con aeroventilas...
Aunque la verdad que pasacalles con letras multicolor pero violentos sería lindo ver... Un osito con una macana, por ejemplo. Los pasacalles donde una se entera el apodo del vecino son lo menos "Ah, mirá... al cornudo de la esquina le dicen 'Polli' ¡Ja!"

Yo haría los siguientes:

"Pando, cuidate. Te van a juntar en pala si seguís jodiendo ¿Capisce?"

"Bajame el precio de la papa blanca, verdulero ortiva"

"La Coca a $5.50 es un robo, kiosquero ladrón. Andá considerando la idea de bajarte del caballo o me voy a encargar, personalmente, de que no muevas las piernas en los días que le restan a tu patética vida de estafador gaseosil. Atentamente... No, atentamente nada... Vos sabes lo que te conviene" Es largo porque el kiosco está en la 9 de Julio...

Un beso grande, caballero.

Marce D´Onofrio dijo...

Zorra:
¡Hola! Tanto tiempo, años, décadas quizás...¿quién lo sabe? (tengo un enfermedad que me impide medir el tiempo)

Es cierto lo que decís, parecen regresar, pero insisten en esa forma perdedora de la expresión del sentimiento medio encriptado, pero medio público. Hay todo un tema ahí, fijte: el facebook es el pasacalle digital, pero más comprometido; todos lo ven; pocos entienden del todo. Pero sabés a quién le dicen "Polli" porque aparece la fotito, no podés pifiar. En el pasacalle se puede mantener un anonimato, porque "Polli" puede no hacerse cargo y decir "¿ a quiñen le habrán puesto ese mensaje? ¿Quién es polli?"
Todo esto es para decir que el facebook es más botón y menos efectivo; pero el pasacalles insisite con su lamentable condición de enamorado cursi. la gente necesita contar todo lo que pasa. Se debe llamar síndrome Gran Hermano. Ya hemo advertido sobre eso, varias veces en este blog , y desde hace mucho tiempo.

Ahora, me gusta mucho la idea del pasacalles en la 9 de julio, e incluso una posible defensa del quiosquero: "mire, yo encantado bajaría los precios, pero no depende de mí. Hay un precio base que ya viene desde la compañia (precio de costo, más ganancia sugerida). A partir de ahí, no lo niego, algunos comerciantes -no es el caso de un servidor- aumentan la ganancia sugerida de manera notable y es por eso, y sólo por eso, que nos meten en la misma bolsa a quienes sacamos menos del 10% de la inversión, con aquellos que usufructuan y especulan con la desesperación de aquel que no ha podido ir al supermercado a tiempo. En algunos lugares el mismo producto sale 9 pesos.
De todos modos, si quiere conversarlo, lo espero aquí, y si quiere pelea, con gusto también lo espero para, no por algo personal contra usted, si no, más que nada por defender mi honor, dispararle en una mano o un hombro, con la calibre 45 (reglamentada, con todos los papeles de tenencia y portación al día) que me acompaña para hacer frente a estos días de inseguridad que estamos viviendo.
Sin más, el kiosquero".

Si un día llegamos a vivir en un país así, yo creo que podría ser el tipo más feliz del mundo. Aunque admito que poner un pasacalle así sería más caro que pagar un alquiler, porque se cobra por palabra. Pero no puerdo la esperanza

¡Un beso Zorra! Mil gracias por venir (venga más seguido, mujer, caramba, que se la extraña).