martes, septiembre 29, 2009

CARTA DEL AUTOR A LA VIAJANTE (2 EDICIÓN)

"Hace unas noches, conversaba con una amiga sobre lo confuso y parecido que es el amor y los milagros. A veces confundo ambas cosas. Entonces recordé un relato en forma de carta que se publicó aquí en 2007, y creo que, confundiendo los amores con las fisuras de la lógica, no está mal volver a publicarlo"

Estaba esperando que llegaras.
Supongo que Berlín debe ser tan linda como la describís. Ya miraré las fotos. No voy a mentirte, no quise verlas. No es falta de tiempo (¿te acordás cuándo mirábamos fotos perdiendo el tiempo tan bien?). Me cuesta aún hoy verte tan lejos.
Pasa tan rápido el tiempo, ya sabés, la termodinámica y esas cosas.
Aquí todo está igual que siempre.
La ciudad sigue calurosa y por lo demás...ni te preocupes.
Yo no he cambiado mucho. Todo lo que te escribí era mentira. A los ojos de otros sí he cambiado, pero yo me veo al espejo y veo al desconocido de siempre. Tengo los mismos berretines de siempre (mientras te escribo estoy tomando whisky), hablo igual que siempre (con palabras viejas, en desuso) y me conmueven las mismas cosas.
Ayer he comido con amigos, y no han tenido mejor idea que preguntar por vos. Hubieras visto mi cara; no esperaba esa pregunta. No supe qué contestar, así que dije la verdad, que paseabas por Viena sacando fotos y escribiendo como loca, que ahora estabas en esa convención en Alemania y volvías a Austria el miércoles. Demasiada información para alguien que no sabe nada de su ex mujer. Fui víctima de las burlas cotidianas.
Creo que no te conté un detalle sobre la obra que terminé de escribir. Aún no tiene título, pero tal vez se llame "Los Amores que Llegan" o algo así. Lo que no te conté es que hay un personaje que está inspirado en vos. Es, claro, "La Viajante", una chica que busca el cambio de forma constante.
Hoy veía de nuevo esa película de Woody Allen donde el director del estudio cinematográfico le pregunta a su mujer si se había enamorado otra vez del ex marido y ella contesta "creo que nunca dejé de amarlo".
Ahora que estás lejos puedo confesarte que íntimamente guardo ese anhelo. Que de forma desesperada estoy esperando que digas eso sobre mí. Por supuesto que he renunciado a esa ilusión de manera conciente. La realidad es fuerte e implacable. Ya no estás aquí (y hablo de mí y mi amor como una zona geográfica). Pero ya me conocés: soy un esperador profesional, un buscador de las fisuras en la lógica. Siempre en vano, claro, pero, ¿quién sabe? Sabemos bien vos y yo, que un milagro es que yo tire ahora mi vaso y en vez de caer al suelo se vaya hacia el techo. Y yo estoy aquí pensando en vos, esperando ese milagro con tu amor. Que me quieras de nuevo es tan imposible como romper la ley de gravedad. Pero espero. Por más que me aterre el hecho de que no vuelvas jamás, tanto como que vuelvas; por más que no haga nada por seducirte, por más que mienta, por más que diga la verdad, espero inútilmente, pero esa ilusión me resguarda de la desidia.
Ya no escribo poemas de amor. La fría recepción de la pequeña tirada que hicimos en Rosario del librito de poemas me ha convencido del todo de no escribir por ahora esas cosas. Mi editor (“el bobo de Rosas” lo apodé. Se parece a Rosas) quiere que le entregue una novela que estoy terminando; se llama "Los amantes del Louvre". Es una comedia sobre un guardia de seguridad y una chica de mantenimiento del museo que se convierten en amantes y cada vez que expresan su amor en la madrugada, rompen un cuadro, alguna obra, y se ven obligados a suplantarlas, primero por restauraciones y luego por falsificaciones que terminan siendo tan buenas como las originales, sin sacar ningún rédito económico, si no sólo por mantener su amor.
Te cuento esto para distraerme, pero es imposible...miro el vaso y estoy tentado de tirarlo. Sé que va a caer al piso... ¿pero si se fuera hacia el techo?
Todo es inútil. Presiento que no hay forma de olvidar, quisiera, pero no puedo. Uno ha tenido un gran amor y algunos amoríos. Creo, lamentablemente para mí, que ese amor has sido vos...y aún hoy, tal vez, esa idea persista. Reflexiono y me reprocho no haber hecho las cosas bien...nunca he sido un hombre completo, sólo un niño caprichoso y ahora pago el precio.

Te dejo, mi bien, en la distante Europa, envidiando las manos que te abrazan, deseando ser yo, aunque sea una vez, el destinatario de ese pensamiento de extrañar y de amor.
Yo seguiré aquí, tomando whisky, fumando, escuchando "My way" y esperando que el milagro suceda y que por algún error la ley de gravedad, por una sola vez en nuestras vidas, deje de ser ley.

jueves, septiembre 24, 2009

CÓMO LEVANTAR MINAS

Música con cornetas

N.S.N. Presenta su más ponderado éxito:

(Placa que gira a toda velocidad)

“Cómo levantar minas”

(Plano a la tribuna enajenada integrada por hombres de más de 30 años, muy parecida a la vieja tribuna de “Polémica en el Fútbol”).

Locutor: Señoras, señores, ¡qué éxito! Otra vez el programa del hombre argentino que busca ser un ganador, otra vez el programa que usted espera. Con ustedes, el Dean Martin de Buenos Aires, el duque de la seducción, el barón de Montmartre . Con ustedes, Emeeee Deeeee.

(Explosiones de humo)

MD: Sí, sí, sí. ¡Qué noche! Bienvenidos a otra edición de...

Tribuna: ¡Cómo Levantar Minas! (aplauden a rabiar)

MD: Sí, señor. Y qué programa tenemos hoy. ¿Cómo anda esa tribuna? Mirá esas caras. Ahí veo gente que se dice a sí misma “¿puedo yo, que pierdo todo el tiempo, seducir a la mujer más linda?” Y claro que puede, porque cualquiera puede ser un tipo muy, muy ganador, ¿y cómo hace Luisito?

Locutor: Fácil, hay que enviar la palabra “Levante” al 70/30 y va a recibir los mejores tips de seducción.

MD: Sí, y son infalibles. Yo mismo los supervisé y aprobé y con esos consejos vos también podés ganar a la chica de tus sueños. Vamos a ver el tape.

(Se ve una chica muy sexy semidesnuda y acostada en un sillón)

Chica sexy: ¿Harto de comer lo mismo todos los días? Mandá levante al 70/30 y llevate los trucos para que yo, esté con vos.

(Fin de tape. Vuelve al piso)

MD: El 70 es mío y el 30 de la compañía de teléfono. Muy bien, vamos a recibir al mejor amigo de este programa, el copiloto de este auto de fórmula 1. Un aplauso para el mejor, ¡un aplauso para Cherquis!

(Explosiones. Entra Cherquis. La tribuna canta en coro “Cherquis, Cherquis”)

MD: ¿Cómo estás Cherquis querido?

Cherquis: Muy bien, gracias.

MD: Cherquis, hoy hablábamos en producción de este sicofanta que ha aparecido últimamente en los medios y que se dice el gurú de la seducción, ¿qué le decimos a este pibe?

Cherquis: Que es un farsante.

MD: (indignado) ¡Sí señor! Y a vos te hablo, imbécil, que no sé ni cómo te llamás; te falta mucha sopa para vender libros y DVD´s con este tema, así que tomate el olivo ya.

Cherquis: Porque es un tema muy serio.

MD: (más tranquilo) ¿Sabés qué pasa? Acá se creen que esto es soplar y hacer botellas. Es mucho más que un tema serio: hay que estudiar mucho, hay que probar métodos científicos, hay que tener personalidad. Parece un negocio grande, pero no hay lugar para todos, esto es para pocos.
Así que ya saben, si quieren perder llámenlo a él, si quieren ganar, sigan con nosotros.
Cherquis, estuviste viendo los partidos de la selección, ¿no?

Cherquis: Sí, lamentablemente la selección no está bien.

Alguien del público: ¡Maradona no sabe nada! ¿Qué equipo armó? ¡Que lo llame a Riquelme!

Otro del público: ¿¡Qué Riquelme ni Riquelme!? ¡Se tienen que ir todos! Riquelme es lento, papá. Hay que poner a un enganche de verdad, y un técnico que sepa algo, ¿Maradona qué ganó?

MD: Bueno, bueno. Se armó el debate. Y está bien, porque el fútbol está relacionado con las mujeres. Porque las chicas entienden tanto de fútbol como de cultura de vietnamita...

(Se arma una especie de revuelo detrás de cámara, no se entiende bien lo que pasa. Desconcierto en el estudio)

MD: ¿Qué pasa?

Cherquis: Hay alguien que grita, eh.

MD: (Haciendo un gesto como si estuviera por sacar un arma de adentro del saco) ¿¡Qué es lo que está pasando!?

(Se escucha la voz de una mujer cada vez más alto. La chica irrumpe en cámara.)

Mujer: (a los gritos) ...¿Y sabés qué? Primero que renuncio.

MD: (Sin entender nada) ¿Quién es esta loca?

Mujer: Soy tu productora, estúpido. (La chica intenta pegarle un cachetazo. Cherquis intercede)

Cherquis: ¡Pará! ¡Pará!

MD: (Ignorándola) ¿Alguien puede sacar a esta enferma del piso?

Mujer: ¡Enferma tu mamá! ¡Estoy harta de este programa misógino y discriminador!

MD: A ver, maquillaje por favor.

Mujer: (sacada) ¡No! A mí me vas a escuchar. ¡Yo no puedo seguir trabajando en un programa así, donde se menosprecia a la mujer de tal manera!

Cherquis: Me parece que estás un poco nerviosa...

Mujer: ¡Vos callate, títere de este otro, que te usa como quiere.

MD: Mirá, chiquita. Yo no sé ni quién sos.

Mujer: (Fuera de sí) ¡¡¡Cómo no vas a saber quién soy!!! Soy productora de este programa de enfermos y degenerados.

MD: (muy distante y superado) Mucha gente trabaja acá, no conozco a todos los productores.

Mujer: ¡Vos sos un enfermo! ¿Y sabés qué? Yo puedo jugar al fútbol de 9 y soy Licenciada en Historia y Cultura Vietnamita...

MD: Bueh...

Mujer: (Lo ataca, intenta arañarlo, gente de la tribuna la ataja) ¡Te voy a matar!

MD: Saquen a esta loca de acá, por favor. Y te voy a decir: las mujeres que juegan bien al fútbol son lesbianas. No hay nada menos femenino que ver una mina jugar bien. Las lindas y heterosexuales corren todas detrás de la pelota y patean como pueden. Las fuleras se quedan en posición.

Mujer: (Se la van llevando) ¡Machista! ¡Se puede ser linda y jugar bien!

MD: Sí, sí. Lo quiero ver a eso. Para lindas, las de hockey

Mujer: ¡Esas son unas chetas reventadas!

MD: (Hastiado) Bueh, ya está. Andá a estudiar a Vietnam

(Se escucha que la productora grita, pero la sacan del estudio).

MD: Bueno, amigos. Estas cosas pasan cuando uno hace televisión en vivo, y mucho más cuando es grabado, como este programa. Y lo podríamos editar, pero le voy a pedir al director que deje todo esto que pasó, para que el público, todo este hermoso público que nos acompaña desde la Argentina, Chile, Perú, Paraguay, Venezuela y Miami a través de nuestra repetidora Caracas Amor, y Miami Te Quiero TV, para que se vea en todo el mundo lo que puede llegar a hacer una mujer despechada, porque esta chica seguramente, dentro de su enfermedad mental...evidentemente, pobrecita, es una esquizofrénica...¿y qué le genera esa esquizofrenia? ¡La falta de amor, amigos! ¡La falta de amor! Esta chica, así como la vimos, incluso una chica linda, no lo vamos a negar, que es productora de televisión...dice que trabaja acá, yo no la vi nunca, pero puede ser que trabaje acá, que dice que es Licenciada en cosas vietnamitas...y evidentemente está sola...¿y por qué está sola? Quizás no porque ella quiera, si no porque es medio loquita, independiente, porque las chicas independientes son difíciles y loquitas y se suelen quedar solas, ¿y en qué deriva eso? En la esquizofrenia. La soledad lleva a eso. ¿Y cómo se evita? Fácil, con un hombre galante que la lleve de la mano y la calme. (Va levantando la voz) Porque el amor es lo que te cura de todas las porquerías que te van pasando en la vida. ¿Y cómo se hace? Aprendiendo, loco. Aprendiendo a llegar hasta a una mujer y hacerla que te quiera. Basta de giladas, aprendan a amar, viejo.

(La tribuna aplaude. Cherquis está emocionado)

Cherquis: Qué lindas palabras.

MD: Gracias, querido. Cómo cuesta el amor, carajo. Vamos a un ver un informe así nos reponemos y ya estamos de vuelta.

(Tape. Se ve a un señor parecido a Bartolomé Mitre. Se lo ve paseando en una plaza, hamacándose, comiendo un pancho, cruzando la avenida Las Heras).

Hombre: (con voz nasal) Yo soy Alberto. La gente me dice Mitre, más que nada porque me parezco a Mitre, ¿no? En la oficina, los amigos, Mitre de acá, Mitre de allá, y bueno, quedó Mitre. Me dicen así. Yo soy un hombre solo, no sé si es porque soy un poco adicto al trabajo...trabajo en una oficina...acá tengo mi sello, porque si no, viste cómo son, “vamos a hacerle una broma a Mitre, saquémosle el sello”. Ya me tuve que hacer seis con esa gastada. Pero bueno, la cosa es que estoy buscando una novia desde hace mucho...quince años. Mucho éxito no tengo, más que nada porque las chicas de ahora quieren un amor furtivo. Yo no sé bien por qué no puedo lograr una conquista. Tuve una novia por carta, en 1993, pero ella estaba en Córdoba. No sé bien qué pasó porque un día le dije “¿qué te parece si nos vemos?” y no me escribió nunca más. Y ahora yo voy cada tanto a los bares...after office que le dicen mis compañeros, y ellos me arengan, ¿no? Me dicen “dale, Mitre, la rubia esa está con vos”. Pero no está conmigo. Y ellos se ríen. Son cargosos, ¿no? Ellos se divierten así, pero bueno, yo quería saber si me pueden ayudar con este programa, porque yo los veo siempre, y vi que han resuelto casos muy difíciles, y el mío es quizás más de ansiedad que otra cosa.

(Vuelve al piso)

MD: Qué caso difícil, eh. ¿Cómo lo ves Cherquis?

Cherquis: Yo lo veo muy decaído al muchacho.

MD: Sí, le falta un poquito de ánimo. Y vamos a darle un fuerte aplauso, ya que está con nosotros. Pasá Mitre.

(Entra Alberto un poco tímido. Hay una explosión de humo y el tipo se asusta y se queda quieto. Lleva puesto un traje verde de 1977, muy ajustado)

MD: Pasá querido, no te asustes; es un efecto de Trentuno.

Mitre: Sí, pasa que yo soy un poco...no estoy acostumbrado al las cámaras.

MD: Sentate...¿cómo es tu nombre?

Mitre: Alberto.

MD: Pero te dicen Mitre.

Mitre: Sí, sí. Más que nada porque me parezco un poco, ¿no?

MD: ¿Te podemos decir Mitre?

Mitre: Sí, sí. Los muchachos del trabajo me dicen así

(La tribuna aplaude y canta “Mitre, Mitre”)

Mitre: Gracias, gracias.

MD: Hemos visto tu caso. Realmente es muy conmovedor. Todo el tiempo están llegando cartas al programa con casos como el tuyo. Nos piden desesperadamente ayuda, gente que está muy mal, como vos. ¿Y vos cómo te ves?

Mitre: Bueno, yo creo que...no sé bien qué pasa. Me parece que las chicas tienen miedo al compromiso y por eso me esquivan. Porque yo soy más un hombre de su casa, ojo, cada tanto voy a bailar...ya no tanto, antes iba mucho a Zodiaco, pero bueno, yo le pongo ganas, y las chicas...me parece que es eso, no quieren enamorarse, le tienen miedo al amor.

MD: (asintiendo) Le tienen miedo al amor. Qué gran verdad. Y usted que está viendo este caso y se siente identificado, que mira y dice “a mí me pasa lo mismo” porque todos somos un poco Mitre. ¿Y qué hacemos? ¿Qué hace un ganador? ¡Le saca el miedo a la mina a la fuerza! (Se enerva) ¡Porque a las mujeres les gusta que las achiquen! Vienen por alta y hay que bajarlas. ¡Aman que les pongan límites! Todas buscan que les digan lo que tienen que hacer. ¡Quieren un carcelero que cada tanto les suelte la cadena!

(La tribuna aplaude a rabiar)

Mitre: ¡Es cierto!

Cherquis: Sí, es muy cierto.

MD: Y esto lo vamos a demostrar. Claudia, por favor.

(Entra una chica muy linda. La tribuna silba extasiada).

Cherquis: ¡Mamita querida!

MD: Acá tenemos a una típica chica de discoteca. Acercate Mitre.

Mitre: Pero me da un poco de miedo.

MD: ¿Qué miedo ni miedo? ¡Ataque!

Mitre: Bueno... (tartamudea) Yo soy Alberto, ¿y vos?

Claudia: Claudita.

Mitre: Ah...yo...o sea, yo estaba acá y quería saber tu nombre.

MD: ¡No! ¡No!. ¡Pésimo! Observá. Qué tal nena, ¿vos sos Claudia?

Claudia: Ajá.

MD: Muy bien. Oíme, porque yo hablo una sola vez. Te amo, ¿lo entendés? Es cierto que te puede desconcertar, pero no tenés que tenerle miedo al amor, no te reprimás más, nena. Naciste para que te ame.

Claudia: Qué seductor.

MD: Vamos, que quiero amarte, y estar un poco loco.

(La tribuna aplaude)

Mitre: Es muy bueno, es muy bueno.

MD: ¿Entendiste?

Mitre: Sí, capaz a mí me falta un poco de smowing con eso.

MD: No te falta nada, querido. Ya aprendiste. Andá con el señor, Claudita. ¡Un aplauso para Mitre, que se convirtió en un ganador!

Tribuna: ¡Mitre! ¡Mitre!

MD: Chau, Bartolo. Qué grande. Bueno, qué tarde se hizo. Se nos fue el programa. Cherquis, acercate que nos vamos. ¿Cómo lo pasaste?

Cherquis: Estoy muy emocionado.

MD: Sí, da alegría ver que las cosas funcionan; que alguien que está triste se puede mejorar un poco. Amigos, esto fue todo. No dejen de ganar. Nos vemos en el próximo programa de...

Tribiuna: ¡Cómo levantar minas!

(Explosión de humo. Títulos finales. Fin)

lunes, septiembre 21, 2009

UN PETER SELLERAZO

Miren, una muy buena selección de los films de La Pantera Rosa, (una excusa más, para pasar un video de este extraordinario actor: Peter Sellers)

Son diez minutos que, si los tienen para relajarse y verlo, se van a divertir muchísimo.

sábado, septiembre 19, 2009

UNA CITA

Una bola de billar, que empuja a otra bola, un lebrel, que persigue voluntaria y necesariamente a un venado, ese venado, que franquea un dilatado foso con igual voluntad y necesidad, no obran de un modo más predestinado que yo, en cada uno de mis actos.

VOLTAIRE: Le Principie D´Action, capítulo 13.

domingo, septiembre 13, 2009

PERDIENDO EL RUMBO (LA CIENCIA ESTÁ DESBARRANCANDO)

Creo que alguna vez se dijo aquí, pero no está de más analizarlo de nuevo: la ciencia perdió el rumbo.
Se desaprovechó una oportunidad fenomenal en el ámbito de la investigación. Pero primero pongamos un orden: la parte de investigación médica va muy bien. Hay unos avances increíbles y, si las condiciones son favorables, se seguirá trabajando mucho en ese aspecto. Hay dos grandes desafíos allí: las enfermedades autoinmunes y las enfermedades neurológicas. La libre investigación con células madre permitirá encontrar curas a enfermedades hasta hoy imposibles de erradicar y que sólo pueden ser apaciguadas por lapsos (por suerte cada vez más largos), pero todavía incurables. Parece extraño (es ridículo) que aún haya impedimentos para trabajar en la cura, por ejemplo, del parkinson. Sin embargo muchos grandes hombres y mujeres siguen investigando y van por buen camino. Quizás en diez años se pueda anunciar algo enorme con respecto a esos temas.

Pero lo que está completamente descaminado, y parece que va seguir así largo tiempo, es el desarrollo de investigación tecnológica. No la que se une con la parte médica (hace 30 años los avances de diagnóstico por imagen eran impensados), si no lo que respecta a la tecnología cotidiana.

Escribí al comienzo que se desaprovechó una oportunidad; fíjense: el cine, primero mudo, luego con sonido; de la radio a galena a la de válvula y después a transistores. La televisión en blanco y negro y luego en color; después el plasma y el LCD (primera evidencia de la falla). Del disco de pasta al vinilo, el casette y el compact disc; luego el laser disc (segunda falla). El mp3 (falla), mp4 (gravísimo). Video tape al dvd (acierto que redime el infructuoso laser disc). Microondas, computadoras, internet (gran acierto). Pero aquí viene el problema que deja en evidencia todas las fallas: teléfono celular.

Los técnicos, científicos, investigadores, diseñadores, perdieron el tiempo en el desarrollo superlativo de algo que no da para más. El límite necesario era el mensaje de texto, un gran avance, pero no se rindieron y siguieron y siguen con accesorios innecesarios: fotos, música, linternas, juegos, conexión a la red, televisión, radio, todo en un teléfono. El I-Phone es la muestra de ello y todo lo anterior: a cosas que ya están inventadas y que no necesitan más, se les agregan detalles que exceden a su función. Esto se demuestra también con el ejemplo del televisor: ¿para qué el plasma? Si la televisión ya puede ser gigante y color, ¿para qué insistir?

¿Realmente un teléfono necesita un reproductor de video? Ese afán de sumar y sumar fue lo que hizo inventar el laser disc, algo tan innecesario que fue un fracaso rotundo.

Y en esa concentración del rebusque, en esa pretensión de agregar todo a una sola cosa, se perdió el camino ante lo que era el próximo paso, casi por descarte: la teletransportación. Luego del mensaje de texto, había que dejar al teléfono tranquilo y empezar a trabajar en otra cosa. Pero no, siguieron y siguieron con el asunto teléfono y se olvidaron de que viajar de aquí a Japón lleva 24 horas. No es divertido viajar en avión, lo divertido es pilotearlos, no ser pasajero.

¿Por qué muchos no hemos ido a Japón o a Australia o incluso a Catamarca? Porque lleva tiempo. En cambio, si existiera la teletransportación, podríamos ir a Verona para saludar a alguna chica en un balcón, o a tomar un café en Leningrado y estar de vuelta en Buenos Aires a la noche para ver una gala del Colón.

La teletransportación es importantísima. Hay que investigar y trabajar en eso. Basta de perder el tiempo con los celulares (que no tienen pastillero, por ejemplo. Se podría abrir y ahí guardar pastillas según los días. Ahí les regalo una idea a los tontos que trabajan en el diseño de teléfonos inservibles).
Basta de agregar cosas a lo que ya existe. Es tan sonso como inventar una heladera con tres frezeers de temperaturas diferentes.

Claro que la teletransportación tiene dificultades. Ya hemos visto lo que le pasó a Jeff Goldblum en la afamada película “La Mosca”. Eso se evita con una máquina que diga “guarda, que entró una mosca. La transportación no puede efectuarse”. Y entonces para evitar inconvenientes, el equipaje, por ejemplo, se manda primero, y después viaja uno. Pero no se va a llegar a eso si se sigue perdiendo el tiempo.

Sí a la tecnología útil. Teletransportación ya.

Nota: mientras escribo esta crónica estoy viendo una versión color de los años 50´s del Fantasma de la Opera. ¿Por qué usaba una capa? No tenía necesidad de usarla. Qué raro, ya nadie usa capas.
A mí me gustaría ser cantante de ópera para cantar el coro “Amanti Constanti”, de Las Bodas de Fígaro” donde en verdad los hombres entran en el estribillo, y luego en la segunda estrofa ya cantan como segunda voz, en coros en octavas y terceras, siguiendo la vos principal de las mezzosopranos.
Si fuera cantante de ópera, usaría capa, sí señor.
Pero ese tema para otro post: las óperas. Ya hablaremos de eso. Mejor todavía: el estrecho vínculo entre la capa y la ópera.

Insisto: teletransportación ya, para poder ir a ver cantar a la hermosísima Elena Belfiore en alguna ópera en Italia.

jueves, septiembre 10, 2009

AL FIN UN RECONOCIMIENTO

El sueño de mi vida siempre ha sido que me pusieran un pasacalle.
Bueno, ahora (misteriosamente después de cumplir años el viernes pasado) apareció este pasacalle que, como verán, se lee (misteriosamente también) desde el balcón de mi casa.
Quiero agradecerle a mi eterna prometida Amalita Lacroze por este gesto tan distinguido. Algún día nos casaremos Amalita; todavía no porque quiero probar suerte como corredor de caballos.




(Traducción de la parte de abajo: "por siempre tuya...por siempre mi morocho -hermoso")

Con esa descripción, indudablemente soy yo.

¡Qué estilo!

martes, septiembre 08, 2009

RECOMENDACIÓN

Ya sabrán que en este blog difundimos (yo y todas mis personalidades, que somos como cuatro) las cosas que están bien hechas. Por eso, los invito a leer el blog de una amiga nueva que me hice. Se llama Guillermina, es una mina muy piola y escribe fenómeno. Todavía estoy leyendo su blog muy de a poco (el detalle de que no tengo internet en casa no es un dato menor), pero me divierte muchísimo lo que va publicando, y como me cae bien la gente inteligente no puedo menos que decir "vayan y lean que se van a divertir"

Para leerla, sólo apretar aquí...aquí

Qué raro...ella ha publicado un post sobre las Guillerminas y lo lento en que van apareciendo; yo este año entablé conversación (a dos las conozco personalmente) con tres. Es un fenómeno muy raro.

¡Pero no me desvíen del tema! Siempre hacen lo mismo, me llevan para cualquier lado y me desvían la conversación.

martes, septiembre 01, 2009

LA AUTÉNTICA BIOGRAFÍA DE EINSTEIN

Aprovechando el inusual fervor por la biografía de Einstein (¿desde cuándo a la gente le importa la vida de un científico? Quiero decir, la gente no sabe lo que realmente quiere...son muy manejables. Y sí, así votan, también), en No Somos Nada presentamos “La Biografía de Einstein”*

VIAJANDO EN LA PUNTA DE UN RAYO
Albert Einstein nace un día. No importa de qué año. Lo que importa es que nace, porque si no hablaríamos de “el gran genio que nunca nació” o “la promesa que pudo haber sido, pero no”. Nace un día. Porque Einstein no se llama una fecha. Hizo otras cosas, aparte de nacer. Pero pudo haber sido en 1879. Eso es mucho tiempo atrás. El tipo nace –tampoco voy a explicar cómo nace, porque esto no es un curso de cómo nacer. Ya sería meternos mucho en la vida privada de la gente-. También pudo haber sido en Ulm, Alemania; pero no está confirmado. No da muchas señales (o no hay mucho para decir) hasta que entra en el secundario donde se destaca como un mal alumno ya que hacía muchas preguntas. Luego a los 21 años entra en el Politécnico de Zurcih para explicar Ciencias y Física Teórica. No se sabe bien qué pasó pero el tipo termina como empleado de patentes en la misma ciudad. Parece que para esos días ya había estudiado un montón. Entonces aquí damos el primer salto en el tiempo (hacia atrás) y contamos que a los 15 años, durante un día de campo, le dijo a su hermana Maja “¿te imaginas qué sucedería si pudieras sentarte en la punta de un rayo y viajar con él a través de la noche?”. Luego de eso, su hermana pensó “qué imaginación perniciosa” y luego pasó a quejarse amargamente ante sus padres ya que se llamaba Maja...nadie en su sano juicio le pondría Maja Einstein a una hija. ¿En qué estaban pensando? ¡Maja se llama la chica! Le podrían haber puesto, no sé, Verónica, o Judith...pero no, le pusieron Maja. Maja Einstein.
Pero esta no es la biografía de Maja Einstein, así que volvemos al objeto de estudio: Albert.

Tras demostrar que ese aparente estado catatónico, o cataléptico, o un breve estado de psicosis, o emoción violenta que encerraba la fantasmagórica pregunta a su hermana, no eran tal cosa y que servirían de base a una teoría que cambiaría la forma de ver el Universo, Albert escribió como loco y a los veinte años mandó (veinte años de él, no veinte años después) a una publicación con un nombre muy difícil de recordar...onda Annalen Der Phisik, el resultado de sus estudios y maquinaciones que lo hacían ver como un chico algo raro. Esto último es una apreciación personal porque un joven que se dedica a escribir sobre una teoría basada en un supuesto viaje en la punta de un rayo no debe ser el tipo más popular del barrio...más bien todo lo contrario. Así queda establecido que era raro. Pero la sorpresa vendría luego...


SE PUBLICA, SE ESPERA Y LLEGA LA CONSAGRACIÓN
Ya en 1905, con un joven Einstein trabajando en la cosa de patentes, un buen día (se habrá olvidado me imagino, porque pasó tiempo) el tipo ve que le publican sus estudios en esa publicación, y lo hacen en tres tomos.
Uno se puede imaginar la felicidad de ese pobre y desangelado muchacho que se pasó buena parte de juventud escribiendo algo que parecía no tener futuro, más habiéndolo enviado y que los tipos de Phisik tardaran cinco años en imprimirlo...yo lo hubiera dado por perdido. O hubiera llamado para preguntar si llegó; pero seguro Einstein (porque era Einstein, no un mamerto), no llamó porque se habrá dicho “si llamo voy a quedar como un pesado. Mejor espero o me dedico a esto de las patentes y chau picho” O pudo no haber pensado en nada. O pudo saber, quizás, yo no lo sé, pero conjeturó, que su descubrimiento llevaría unos años de comprobación, o lo que sea. No es tan importante, porque al fin y al cabo se publicó. No es que no salió nunca. Salió y en tres números, porque era bastante largo el asunto. Tampoco era La Biblia, pero había que dividirlo. Tampoco nos vamos a poner a juzgar las decisiones editoriales de los Anales de Phisik. Cada uno atiende su juego. Ellos lo publicaron, punto.


EL ÉXITO, EL EXILIO Y EL PERONISMO
Como para darle una emoción a esta biografía que se hace larga como Ben-Hur: Albert se casó bastante joven y tuvo un hijo que se llamó Hans Albert (se ve que el problema de los nombres era un asunto familiar...no puede ponerle Hans Albert Einstein. Es muy difícil de pronunciar de corrido). Pero bueno, eran alemanes y ya saben cómo son los alemanes de puntillosos con todo...así les va también. Y así les fue, porque Einsten ya lleno de gloria (aunque no tanta, porque su idea tardó en prender como hasta 1919, así que diremos “un poco glorioso”) se las tuvo que ver más adelante con otro que no era alemán, si no de Austria (que a su vez, en el pasado se había aliado con Rusia y Prusia, formando un eje contra Napoleón Bonaparte...mucho tiempo antes) que se llamaba Adolf Hitler (esta biografía es una pelota de cultura: ya mencionamos a Einstein, Bonaparte y Hitler). Como Hitler era de los malos (y austríaco, con todo lo que eso significa), Einstein, que se la vio venir fulera, se fue a los Estados Unidos, abandonando para siempre su Alemania natal.

También vino a la Argentina, y no fue artista exclusivo de ningún canal. No es que le ponían un cartel que decía “bienvenido a la Argentina, Albert Einstein. Artista exclusivo de ATC”, más que nada porque ATC significaba “Argentina Televisora Color” y en ese momento no había color en las televisiones. Así que Einstein bajó del avión y nada más. Dio una charla en el Colegio Nacional Buenos Aires y se fue a Bariloche (o un lugar del sur) y se quedó un rato largo. Le gustaba, parece, porque no se iba. Después sí, se fue. Tenía que irse, no importa si a dar clases o qué. Es la vida de él, y no podemos reprocharle “ay, se hubiera quedado a tirar hacia delante el país, junto a su fiel amigo Perón. Lucha y vuelve. Einstein, Perón, un sólo corazón”. Ya es tarde para eso, pero quizás Einstein en su fuero íntimo pensó “me voy de la Argentina, con muchos recuerdos, pero el mejor, quizás, es haber conocido la lucha del general Perón y la de Evita, dignificada por los pueblos del sur, y viceversa. Si hay una izquierda, es evidente que funciona, paradójicamente, dentro del Partido Justicialista...yo me sumo a esa causa”. O quizás no lo pensó y no se dijo nada. No lo vamos a saber nunca.
La cosa es que para cuando vino ya le habían dado el Premio Nobel y ya era Albert Einstein, la superestrella de la física. Si quería ir al VIP, ponele, del Armenonville, lo dejaban pasar de una, pero me parece que para ese entonces ya no existía más el Armenonville; es un supuesto para no estar tan abstracto en el ejemplo.


EL FINAL Y EL BUEN RECUERDO DE LOS LOGROS
Y se volvió nomás a los Estados Unidos, y dio clases y alguna conferencia. Capaz que se compró un perro, capaz que leyó muchas cosas fumando una pipa. Capaz que el perro lo mordió...¿pero cómo saber todo eso? Es imposible. Lo que sí sabemos es que de haber pasado, pasó en Princeton y que allí murió nuestro buen amigo Albert Einstein, quizás en 1955.

Personalmente me molestan mucho las biografías que terminan con la muerte del personaje, pero no hay otra forma (salvo que uno cuente la historia de atrás para adelante). Yo me encariño con los protagonistas y me molesta que se mueran, así que diremos que Einstein vive un poco en nuestros corazones. Y en nuestras mentes. Y que le debemos buena parte de todo lo fundamental del entendimiento cósmico; y que tocaba el violín, y que una vez estuvo con Chaplin en una cena honorífica, o algo así; y que nunca llegó a interesarse demasiado en la teoría cuántica porque no llegó a verla desarrollada del todo (todo lo que pueden desarrollarse las teorías, y estoy jugando con las palabras “todo” y “teoría” –guiño, guiño-), que era un buen tipo, y que gracias a él, a sus 26 años, el mundo supo sobre el movimiento desordenado de partículas suspendidas en un fluido (el movimiento browniano), sobre el efecto fotoeléctrico y que E=mc2. Y que seguimos estudiando eso con asombro y que una vez dijo “El eterno misterio del mundo radica en su inteligibilidad. El hecho de que sea comprensible es un milagro”



Arriba: El genial Albert Einstein escribiendo ante la requistoria de los fotógrafos, que le habrían dicho"profesor, ya que está, ¿por qué no se manda una fórmula?"

*Nota: para evitar cualquier sanción legal de la familia Einstein, aclaramos que esta biografía puede no ser exacta. Es posible que Einstein no pensara todo lo que se dice aquí. Es posible que no haya simpatizado con el partido peronista. Es posible que no haya sabido de la existencia del Armenonville. La parte donde se critica la elección de los nombres de la familia Einstein es un chiste para darle explosión al relato. No Somos Nada no tiene nada contra los austriacos ni contra los alemanes.