viernes, julio 31, 2009

¡QUÉ VA A SER VIERNES!

Acá de lo más tranquilo, mientras enviaba unos mails de cosas artísticas (porque soy uno de esos tipos que manda mails de cosas artísticas), una amiga me dice por msn: "mañana hay reunión", por lo que me entero que hoy es viernes, cuando yo estaba completamente convencido de que era miércoles. Como mucho jueves. Pero no, resulta que es viernes.
"Éste vive en cualquier lado", o "está drogado", o "vive en otro planeta", o "tiene una enfermedad en el cerebro que le impide, pobrecito, tomar noción del tiempo y espacio". Bueno, ok, basta de burlas y murmullos. No veo por qué tanta agitación al respecto. ¡No! No tengo nada de esas cosas. Es que los días pasan muy rápido. ¡Y menos mal que me doy cuenta de que es viernes, porque tengo que ir a devolver una película al video club, que si fuera por ustedes, la podría dejar en mi casa días...qué digo días...¡meses!, ocasionándome una deuda tal que me pondría en un aprieto legal, con consecuencias legales insospechadas.

A ver si alguien me hace el favor (yo no puedo, ando muy ocupado) de decirme las cosas. Me traen el diario de Irigoyen...así no van a sacar nada bueno de mí.

Y ya que estoy, les recomiendo mucho la película que alquilé, es muy, muy buena...¿cómo cuál es? Aaah, no sé, no sé. A mi no me dicen los días, yo no digo los films.

¡Ja! Cuando quiero soy bravo.

martes, julio 28, 2009

SEGUIMOS

Tienen razón: irse por los estúpidos que buscan información errada es una mala idea.

Bueno, como sea, para seguir, es bueno hacerlo con esta grabación que es el leiv motiv de un cortometraje que está preparando alguien (no importa quién, no es el punto), y me hizo llegar este demo en 4 canales (dicen que al autor le gusta como suena la cinta...cosa muy rara) con la canción de la película. No conforme con escribirla, dirigirla y actuarla también le mete música y se la da piola diciendo "aay, miren cómo le doy un toque de jazz".

Pero bueno, la cosa es así...


jueves, julio 23, 2009

NO SOMOS NADA Y LA IMBECILIDAD DE ALGUNOS COMENTARISTAS

Miren esto:
Me llega el comentario de un lector, o lectora, quién sabe, anónimo - para variar - en un pequeño guión humorísitico sobre Romeo Y Julieta.
Me llama mucho la atención el último comentario, en donde me dicen que fue una pérdida de tiempo leer el post y que Shakespeare era mejor. ¡Por supuesto que era mejor! Me atrevo a decir que aún, muerto y todo, es muchísimo, infinitamente mejor. El comentarista compara un sketch, un paso de comedia de blog con una de las grandes obras de teatro de todos los tiempos, y me da por perdedor como si hubiera que ser un genio para saberlo; como si el tipo hubiera tenido que meditar, comparar artísticamente, hacer una evaliación de estilo, rodeado de libros sobre la Historia del Arte, para descubrir que yo soy peor que Shakespeare.

Y que sea una pérdida de tiempo...yo le aconsejo a ese tipo algo que suelo hacer: cuando leo algo malo, enseguida cierro el libro, porque la vida es demasiado corta como para perderla leyendo cosas malas.

Es muy decepcionante tener esa clase de lectores que no pueden diferenciar la dramaturgia de un paso de comedia, que incluso puede estar escrito con alguna destreza (porque quizás tiene alguna gracia el sketch).

No me dan ganas de seguir el blog así.

Me vengo aguantando con la increíble cantidad de lectores que llegan a este lugar buscando en google "cómo estafar bancos". Esa gente es idiota. Si llegaste hasta este blog buscando "cómo estafar un banco" sos un imbécil. Ya mostré una vez los comentarios dignos de idiotas que me han dejado en ese post de los bancos.
Uno pone un esfuerzo para algo artístico y llegan tipos que quieren estafar bancos y levantar minas (juro que son cientos de personas que llegan a No Somos Nada buscando esas dos consignas), entonces ya es bastante triste, porque el esfuerzo no se corresponde con el resultado.
Pero tener que soportar pero que venga un tipo que no da ni el nombre y diga "Shaskespeare era mejor" como si hubiera descubierto la unificación de las teorías cuánticas y relativas, ya es un poco mucho.

Es muy sencillo. No sé si seguirá este blog. Mientras la gente siga tan estúpida como para querer saber cómo estafar bancos por internet, levantar minas por internet, y no parar ni diez minutos a leer los cientos de post (más de 400) que hay de comedia, de cuentos del género fantástico, de canciones, incluso de banalidades y en vez de haber una crítica (si fuera necesario), o un guiño, no, llegan ordas de imbéciles con la pretensión de estafar bancos y levantar mujeres.

Yo sé quiénes son los que sí leen y les agradezco muchísimo la deferencia de tomarse el tiempo para prestarme atención; pero se hace muy, muy difícil seguir con este blog bajo estas circunstancias. Y no es fácil. Hasta muchas, muchísimas veces incurro en gastos sólo para actualizar este lugar.

Me parece fenómeno que muchas personas quieran exponer su vida en las redes sociales y hablar y hablar y hablar sin propuestas artísticas. Yo no sé si quiero eso, y mucho menos quiero seguir manteniendo un blog, esforzándome para dar lo mejor (muchas veces fallando)como un artista casi amateur, para tener 1000 visitas semanales de gente psicótica.

Así que no sé si esto seguirá o no. La idea era seguir para anunciar algunas novedades sobre mi cortometraje, algunos cuentos, pero ya me ha saturado todo este desdén.

Por supuesto que agradezco muchísimo, pero muchísimo más de lo que se imaginan, a los que sí leen, y algunos incluso ni comentan. Yo sé quiénes son, y les agradezco muchísimo.

Acá está el link para que vean de lo que hablo, y para que vean que quizás no está tan mal el pequeño guión:
http://no-somosnada.blogspot.com/2006/11/romeo-y-julieta-lado-b.html

Por ahora esto es todo. Si es el fin, habrá un post despedida como corresponde. Si no seguirá todo como antes. Hoy puedo decir que No Somos Nada, así como viene la mano, está en coma y no sé si va a despertar.

sábado, julio 18, 2009

LA LEGIÓN DE LOS HOMBRES QUE CORREN

LAS FALSIFICACIONES Y LOS SÍMBOLOS.

Si bien las copias del diario íntimo de Virginia Dupont son muchas e inverosímiles, existen algunas pistas que hacen creer que aún se conservan copias literales, o incluso hojas auténticas. El problema está en saber si las pistas no son acaso otro truco de los falsificadores. Entonces surge una pregunta que está implícita todo el tiempo: ¿cuál es el objetivo de las falsificaciones? Quizás la respuesta sea que se trata de bromistas interesados en hacer perder el tiempo a quien intente seguir el rastro de Los Hombres que Corren. También cabe la posibilidad de que todo sea un truco de los mismos Hombres que Corren para seguir despistando a quien intente dar con ellos. Esto también despierta una sospecha espantosa: Virginia Dupont no existe; es sólo un invento más para seguir cayendo en una trampa infinita. Todo puede ser falso, incluso La Legión de Los Hombres que Corren.
Sin embargo hay señales que nos dejan vislumbrar su existencia. Aunque ya hemos mencionado a los improbables testigos, hay en ciertas personas – y en cierto orden universal- una suerte de revelación. Dicho de otro modo: si los Hombres que Corren fueran un invento de otras personas, estarían creando un símbolo. Muchas veces (casi siempre) el símbolo prevalece a la cosa. Es por eso que podríamos decir que si hubiera un grupo de gente dedicada a crear un mito, en cierta forma estarían logrando que La Legión prevalezca y se convierta en realidad. No está mal, entonces, recordar la definición de símbolo según Umberto Eco: “es un elemento material que tiene por significación un plus que está ausente, pero se hace presente a través de él”.
Tal vez no es tan importante si Gustavo Dugan existe; lo importante es, quizás, que nosotros creamos que existe.
Sea verdad o mentira, La Legión de Los Hombres que Corren está indefectiblemente destinada a existir.

jueves, julio 16, 2009

PIC NIC



¡Cómo me gusta esta foto!

Las veces que habré estado tentado en comprar ese disco sólo por esa foto.

Cuando yo tocaba en No Dirección, decíamos que éramos un poco como Serú, y hasta tocábamos temas de ellos (y bastante bien).

Yo usaba la frase: somos argentinos; como un rolex falso, andamos, brillamos, pero cada tanto se nota alguna imprefección que revela el secreto.

Cuando tenía 20 años, mi estado de felicidad se podía resumir en una foto como esa. Estábamos los Dirección...siempre de Pic Nic.

Viendo esta foto de Serú recuerdo a No Dirección. Ojalá pueda restaurar la única cinta que hay de un concierto. Algún día se escuchará.

viernes, julio 10, 2009

ENTRE ESTRELLAS Y GALAXIAS

No sé hasta que punto estaré loco o será que nací cansado, pero mientras más aprendo del universo, menos sentido tiene todo en mi vida.
Trataré de ordenar lo que digo. Me gusta mucho el programa “El Universo” que conduce Pancho Ibáñez en canal 7, y allí se van mostrando cosas que son aterradoras. El programa es bueno, creo que está hecho en Estados Unidos, pero quizás faltan las opiniones de algunos científicos ingleses. Por suerte Pancho Ibáñez, entre bloque y bloque, da algún dato extra, como cuando contó quién fue Edwin Hubble (alguno recordará el cuento publicado aquí de “La Legión de los Hombres que Corren” donde el argumento está basado en la Ley de Hubble). Pero el dato central es este: siempre dan a entender que todo va a estallar en mil pedazos.

Por ejemplo: dentro de dos mil millones de años esta galaxia va a chocar, indefectiblemente, con la galaxia Andrómeda. No se sabe bien qué va a pasar ahí, si la Vía Láctea va a absorber el choque o si será una desgracia total.
Muy bien, supongamos que no pasa nada. Cambiaría para siempre la visión del cielo, se advertirían las densidades del espacio, y así. Pero, como si la vida no estuviera llena de desgracias, en cinco mil millones de años el sol va a reventar y chau pinela.
Lo triste de todo esto es que para cuando choquen las galaxias, la vida terrestre será un recuerdo de los marcianos (aunque yo creo que no hay vida en ningún lado, y que la vida en la Tierra es pura casualidad). ¡No va a haber nadie! Ni libros, ni películas, ni nada.

Entonces cada vez todo me importa menos. Ya de por sí morirse es una porquería, y lo quieren consolar a uno con que “será inmortal en el recuerdo de los seres queridos” o “en la obra que uno deje”, o “los hijos”. “¿A quién quieren engañar con eso?” decía Bioy. Yo quiero ser yo. ¡Y ni hablar si la reencarnación fuera real! ¡Vivir mil veces y no recordar nada! ¿Qué sentido tiene eso? Es como convertirse en el rey de Portugal mientras uno duerme, y cuando despierta no se acuerda la metamorfosis: es un cambio completamente inútil. Bueno, todo es así. No hay posibilidad de ver reventar el mundo, ni de ser inmortal, ni nada.
Claro, alguno dirá: “eh, pero eso no es excusa para no hacer nada”. Y yo contesto: sí, sí es excusa. Si al final no habrá nada. No habrá ni siquiera recuerdos. Es muy triste.

Pero es cierto también que durante la vida pasan cosas que nos emocionan, que nos enriquecen, que nos alegran, nos ponen tristes...podemos hablar, estudiar, pensar, ¡enamorarnos!
A mí no me dan ni ganas de creer en el amor. Quizás ya no me interesa ni enamorarme; pero admito que de eso se trata. El amor es el universo. Cada enamoramiento es una nueva galaxia, y cada final es el la explosión del sol.

Y voy a aprovechar para contar una cosa. Me he pasado la vida mirando el cielo y de muchacho me enteré que las estrellas no están ahí, que ni siquiera están. Y de grande me enteré que la luna no está donde la vemos, por la curvatura de la luz. Está en otro lado.

Es una linda alegoría y la quiero aplicar para mí. Me pasé la vida siguiendo estrellas que yo creía ahí, y eran un reflejo de algo que ya había pasado. Pero cada tanto uno se encuentra con una estrella que sí está; que sí era un reflejo lejano, pero existente. Y si se tiene mucha suerte, también puede dar con otra estrella que también existe, o quizás con una nueva galaxia. Habrá que viajar mucho, años luz, pero ahí están, reflejando una luz, que aunque confusa, hacen que el azar parezca un poco favorable y el universo no tan frío ni eterno, y mucho menos triste.

martes, julio 07, 2009

EL GRAN COPPERFIELD

Estoy muy copado otra vez viendo tapes de David Copperfield. Cuando era chico estudié magia muchos años, y la aparición de Copperfield fue algo genial. El tipo llevó al ilusionismo a unos límites insospechados. Llevó a la magia a las grandes audiencias, aportando mucha calidad y creatividad. Aparte, él es un gran showman y sabe muy bien cómo manejar los tiempos teatrales. Tuve la suerte de verlo dos veces y sus shows son tan buenos que parece que toda la lógica universal se pierde durante dos horas.
Los dejo con un juego muy sencillo, que está lejos de las grandes ilusiones (estos juegos de cerca se llaman "close up magic") y es muy bueno verlo. Por favor, tómense tres minutos, no se lo pierdan (y vean la cara de alucinada de la chica).

viernes, julio 03, 2009

D'ONOFRIO Y YO

Advierto que hasta algunos amigos tienen una imagen bastante distorsionada de mí. Debe ser mi culpa, soy un hombre espantosamente tímido y cuando estoy con gente mi personalidad cambia, me modifico. Recuerdo que Bill Wyman contaba que Keith Richards, cuando entraba a una habitación, cambiaba completamente de personalidad, tocándose el pelo y agitando los brazos. Luego volvía a ser el auténtico Richards, reservado y tranquilo. También decía lo mismo de Jagger: Mick Jagger, en un lugar donde hay gente, primero cambia el tono de voz y deja de pronunciar la letra “h”, afectando el acento. Wyman explicaba que hay que decirle “vamos, Mick, somos nosotros”, recién ahí dejaba la impostura y se convertía en Michael Phillp Jagger.
Bueno, sin ánimo de compararme con los Stones, yo cambio completamente cuando hablo con alguien, o si estoy con gente; debo estar muy tranquilo, entrada la madrugada, para ser Marcelo D’Onofrio, el auténtico, que es un tipo melancólico, algo alegre, y parlanchín, para luego quedar callado, a veces por horas. A veces por días.

Pero hay algunos hilos conductores entre D’Onofrio y yo. Parafraseando a Borges “El otro comparte esas preferencias, pero de un modo vanidoso, que las convierte en atributos de un actor”.

Así que, creo que por primera vez, voy a intentar unir las coincidencias entre uno y otro.

- Las noches escribiendo
- Las noches tocando el piano y la guitarra.
- Las noches escuchando a Mozart, Charly, los Stones, Sinatra...
- Las lecturas de mi querido Jorge Luis Borges.
- Las lecturas de mi mejor amigo, Adolfo Bioy Casares.
- Las noches no escribiendo, no leyendo, ni escuchando música.
- Las películas de Woody Allen.
- Las horas esquivando las fotos de viejos amores.
- Las horas viendo fotos de viejos amores y extrañándolas sabiendo que no vuelven nunca más.
- Las resignaciones.
- Las películas con Vittorio Gassman (y casi todo el cine italiano).
- Las biografías de los Napoleón Bonaparte (el primero y el tercero)
- Carlos Gardel.
- La obsesión por el paso del tiempo.
- Los amores efímeros.
- Los amores eternos.
- Escuchar o ir a ver La Venganza Será Terrible.
- La obsesión por el universo y su expansión
- La incesante elaboración de la teoría “velocidad de arranque cerebral” (una extraña teoría que vino accidentalmente a mí hace años y aún no puedo definirla por mis escasos conocimientos sobre neurología)
- Los recuerdos apócrifos.
- Los olvidos.


Esas cosas, y otras que omito sin intención (o todo lo contrario), unen a estos que soy. Como decía Whitman “sé que me contradigo, contengo multitudes”. En la memoria de esas multitudes, quizás sin darme cuenta, persisten estas cosas

Entonces vuelvo a citar “Borges y yo”: “Sería exagerado afirmar que nuestra relación es hostil”.

Yo, ya no soy yo. Este que ves, acaso si nos vemos por la calle, es el reflejo de una estrella que se ha apagado quizás hace mucho, como casi todo lo que vemos, lo que somos y lo que recordamos.

Por eso me voy parafraseando una conmovedora declaración de Charly García de hace muchos años, pero sólo cambiaré su nombre por el mío: “Antes de despedirme de Marcelo D’Onofrio, por decirlo de alguna manera, quisiera volver a quererlo.

Nos estamos viendo pronto, a D’Onofrio o a mí.