domingo, junio 29, 2008

SOBRE VOLAR AVIONES

Los ensayos de blogs son inservibles. Esto mismo que usted lee es inservible.
Creo que es hora de confesar algo que tal vez ya confesé antes, aprovechando que no voy a dar ninguna opinión ni reflexión de nada: hay dos cosas que tal vez no haga jamás, aunque me muero de ganas de hacerlo. Una de esas cosas es manejar un avión.
Cuando era muy chico tenía una gigantografía del comando de un avión de línea; allí me pasaba horas jugando que piloteaba esa máquina.
Siempre me gustó el mundo de la aeronáutica, pero solo el de los pilotos.
Ser piloto es una profesión extraordinaria. Tenés que manejar algo en el cielo.
Sí recuerdo haber contado aquí que alguna vez, como recurso de levante, mentí que era piloto de línea, y di todo un itinerario de vuelo (es más fácil hacerse pasar por algo que serlo, obviamente la relación no prosperó).

Como en la mayoría de los gremios, hay mitos:
Generalmente, los comisarios de abordo son homosexuales. Esto es un punto cierto. Hay muchos comisarios de abordo que lo son, pero no es regla absoluta. Sin embargo, sospecho que la vocación de aeromozo es en el homosexual lo que para una chica significa ser azafata: hay una forma de evasión, que se estimula y profundiza con la idea de estar a once mil metros del suelo, a 990 k/h.
He aquí un punto importante: así como existe el mito de los jefes de abordo, existe otro secreto (aparentemente revelado) sobre las azafatas: se acuestan todas con los pilotos.
En parte también es cierto, sin embargo tampoco es regla general.
Yo conozco a una sola azafata. Cumple bien con algunas normas, (aunque, para desgracia del atractivo de esta nota, no se relaciona con pilotos) que ya no se ven demasiado en los vuelos: Es flaca, no pasa el metro sesenta y cinco, es rubia (pero esto no es importante, yo lo resalto pero no hace al asunto) y bastante linda. Dirá el lector: "¿qué tiene que ver eso con ser azafata?", y yo contesto "tiene mucho que ver".

Las azafatas deben tener una imagen amable e inofensiva, pero no demasiado insegura. Tenés que verla y decir "es muy linda, debe ser muy segura de ella misma". Digo esto teniendo en cuanta dos premisas:

La primera es que cualquier persona puede alterarse en pleno vuelo. Al fin y al cabo uno está en un aparato despresurizado que debe transgredir la Ley de Gravedad. Es de lo más lógico que alguien se sienta mal y nervioso por estar allí arriba. Entonces, el pasajero necesita ver caras amables para no estimular el nerviosísimo. Mujeres lindas que se muevan como una novia sutil que nos da un empujón en un momento difícil de la vida, es toda una ayuda a la hora de no saber qué pasa.

Más concreto aún: supongamos que uno está en un avión medio enclenque; un Boeing MD 737 venido a menos. Uno puede advertir que el mantenimiento del aparato es un tanto ineficaz y cuando el piloto habla desde la cabina, tose. Es un viaje largo (once horas, supongamos) y el avión se mueve mucho. En un momento, agarra un poso de aire que hace creer que se viene abajo. Cuando el aparato retoma su estabilidad, aparece una azafata que uno no sabe bien si es, efectivamente, una azafata, o una mujer que se levantó de su asiento y está a punto de gritar. Si la azafata, en cambio, es linda, obliga a los hombres a mantener un cierta postura.

Pensando en esto, le pregunté a Paula, la azafata que conozco, si en un caso de ataque de nervios, ella, en virtud de mantener la seguridad del avión, puede, por ejemplo, golpear a un pasajero. La respuesta fue contundente: "al pasajero no se lo puede tocar". Eso no significa que si uno, en tanto que viajero, le quiere dar una piña, no pueda hacerlo. Eso no es una regla comercial, si no que es parte del curso de azafata.
No contentos con eso, las empresas no tienen médicos en vuelo para medicar (lo más frecuente) o atender un parto (menos frecuente, pero factible).

Imaginen esto: durante el poso de aire, un pasajero se levanta y empieza a gritar "se cae, se cae". Nadie podría estar tranquilo en una situación así. Pero mucho peor; el tipo se pone a saltar completamente desesperado. A once mil metros esto puede ser un acto que genere mucho miedo. Y allí, la azafata no puede hacer nada más que invitar al pasajero a que vuelva a su asiento. Si el tipo no accede (está en un brote arriba de un avión, no es tan fácil entrar en razón), ella tiene que insistir y llamar al comisario, quien también debe reiterar la invitación o ponerse más firme y ordenar que el hombre retome su lugar.
En una última instancia tiene que aparecer el piloto y darle un corte final al asunto, sentando al pasajero.
En todo este tramo, el pasaje entero entra en pánico porque el desbordado puede parecer un loco, o un terrorista o lo que sea.
¡Allí el problema! ¡El piloto tiene que manejar el avión! No puede venir a sentar a uno que está atacado. Lo más sano es que alguno se levante del asiento y neutralice al tipo.

Claro que hay piloto automático y copiloto, pero que tenga que aparecer el piloto a poner orden es ya un desmadre.

El último mito es que los pilotos tienen una vida glamorosa, en donde se acuestan con las azafatas, viven a lo grande, invitan a las pasajeras lindas a la cabina y a las habitaciones de hotel, y están en todas partes del mundo sin conocer demasiado los lugares. Cada lugar es sólo un punto más a seguir en un viaje eterno.

Todo eso es verdad.

Me voy, saboreando un riquísimo Johnnie Walker, etiqueta negra (mi favorito estos días, más que el Jack Daniels), con una reproducción de una charla que tuve con mi amiga Rocío sobre el asunto:
- Voy a manejar un avión, aunque sea lo último que haga en mi vida.
- ¡Es lo último que vas a hacer en tu vida!

jueves, junio 26, 2008

EL FANTASMA DEL ARROYO

Durante siglos busqué donde dormir tranquilo.
Mi condición, espantosamente eterna, dificulta mi trabajo. No recuerdo ya más que las sensaciones que viví en algún momento; es imposible hoy recordar cómo eran las cosas. Cómo era yo.
Cada tanto paso frente a espejos. Apenas me devuelven una imagen borrosa; tanto que no alcanzo a distinguirme. Apenas me confundo entre sombras que no son mías. Yo ya no tengo sombra.
He sido fantasma más tiempo que hombre.
Los fantasmas no dormimos. Por ese motivo, las personas creen que asustamos. Nada más falso. Sólo buscamos una cara amiga, alguien que nos sonría.
Todos estos años anduve divagando en todas las tierras posibles. Cada acercamiento a alguien venía acompañado de gritos y llantos.
No es que los fantasmas seamos melancólicos. No se confunda usted. En todo caso la proverbial melancolía de nuestra condición es tal vez un acto de resignación.
Para algunas personas un fantasma puede ser un milagro. Para mí, el milagro tiene forma de persona.
Cansado de andar y andar, de asustar sin proponérmelo, pasé mis días y mis noches bajo un puente. La vera del arroyo era mi casa. El agua, única compañía, sufría una inusual vitalidad cada vez que me acercaba. Quizás pase años enteros viendo correr el agua en una misma dirección. ¿Qué más puede hacer un fantasma que ver el agua correr, cuando ya lo ha hecho todo?
Una noche de invierno en la cual no tenía frío (los fantasmas no tenemos frío ni calor) sentí algo que no experimentaba desde mis tiempos de mortal. Sentí sueño. Me asusté. Los fantasmas no podemos tener sueño. Aunque hubiera estado buscando poder dormir, estar siglos sin hacerlo y una noche encontrar el cansancio fue algo para alarmarme. Supe que estaba confundido. Decidí irme. Anduve por muchos lugares y encontré, en una casa, una ventana abierta. Sabía que al entrar, si era advertido, generaría un escándalo. No quise asustar a nadie más, pero pude divisar un gran espejo en la puerta de un armario. La tentación de verme, de intentar verme, aun sabiendo que no lo lograría, ganó la partida. Decidí entrar. Me confundí con el viento y traspasé las cortinas. Me acerqué al espejo. Brillaba, era tan limpio. Sentí una extraña emoción junto a un aturdimiento: pude, apenas, pero más que otras veces, ver un poco de mi cara; de mi vieja cara. Pude reconocerme apenas; pero pude reconocerme. Aun confusa la imagen quise recordar cómo se llora, pero no lo logré. Acerqué mi mano al espejo para tocarlo y divisé vagamente mi reflejo haciendo lo mismo. Creerá el que siga este relato que es mentira, pero pude sentir apenas el frío del cristal. Tal vez un mortal no lo hubiese hecho, ni siquiera se hubiera dado cuenta, pero yo sí. Nunca había sentido el frío.
“¿Qué se cree que hace?” Escuché. Me di vuelta rápidamente sin saber quién hablaba. En la cama despertaba una mujer joven.
- ¡A usted le hablo! ¿Qué se ha creído entrando así? ¿No ve que soy una mujer?
- Disculpe- contesté, sin entender por qué lo hacía. Podría haber huido, pero nadie me había hablado así. Creo que contesté sólo por reflejo. – No quería incomodarla. Sólo quería ver el espejo.
- ¡Qué espejo, ni espejo! Es usted un mal educado. Meterse en el cuarto de una dama que duerme. ¿Qué clase de caballero es usted?
Me quedé mirándola tan sorprendido que no sabía qué decir. Ella se incorporaba. La luz que entraba por la ventana me dejó ver su cara. No había visto una mujer tan hermosa en tanto tiempo, que ya ni recordaba la última vez. Abría los ojos e intentaba peinarse. Este acto la despeinaba aun más, pero así y todo se veía bellísima. Intentó prender la luz de un velador y la detuve.
- Por favor, no prenda esa luz. Soy un fantasma que se mueve con más destreza en la oscuridad. No la molesto más.
- ¡Un fantasma!- dijo ella con tono de burla. – ¡Por supuesto que es un fantasma! ¿Me toma por estúpida? Ya me di cuenta de eso. Pero esa no es excusa para entrar en mi habitación. Si por lo menos fuera de día, o yo estuviera presentable...
- Es usted hermosa aun cuando duerme- la interrumpí. – No debe preocuparse por eso.
Me miró como intentando refutarme, hizo un ademán y parecía pensar algo.
- Bueno, ¿qué quiere?- preguntó.
- Ya le dije, sólo quería verme al espejo. Pero ya me voy.
Siguió mirándome fijo. En ningún momento dio señales de miedo; por el contrario, estaba muy segura y enojada.
- ¿Y para qué quiere verse un fantasma en el espejo?
- Bueno...creo que tal vez para recordar.
- ¿Recordar qué?- Preguntó menos enojada que curiosa.
- El hombre que fui.
Se quedó callada. “Dese vuelta y no mire” dijo en tono imperativo. Hice caso a su pedido ya casi sin entender absolutamente nada.
- No vaya a mirar. Lo único que me falta, un fantasma degenerado.
Cuando dijo eso me puse a reír.
- ¿De qué se ríe?- preguntó.
- De lo que dice.
- Amigo, un fantasma que entra sin avisar al cuarto de una dama, no es alguien de fiar. Ya puede darse vuelta.
Se había puesto una bata por encima del camisón. Estaba yo sorprendidísimo. A cada segundo la veía y la notaba más linda. Creí estar en presencia de la mujer más linda del mundo.
- Disculpe señorita, pero, ¿no tiene usted miedo de que yo esté aquí?
- ¿Miedo?- Contestó con sorna. ¿Usted además de fantasma es loco? No me haga reír. Ese miedo es para supersticiosos.
- Bueno- repliqué- esos mismo supersticiosos son los que creen en fantasmas. Si usted es escéptica mucho dudo que pueda verme.
- Claro, seguramente estoy hablando sola. ¡Hágame el favor! Usted es un fantasma y punto. No necesito creer o no creer. Aquí está usted con toda su condición fantasmagórica. Yo lo veo y estamos hablando. Mal momento sería este para no creer en fantasmas.
Otra vez me hizo reír.
- Es usted muy inteligente. Gracias por no asustarse.
- ¿Mucho le temen?
- Sí. Sabe, hace siglos que no hablaba con alguien. Usted ha sido la única persona que no ha gritado al advertir mi presencia.
- Eso debe doler mucho- me dijo más tranquila mientras se sentaba al borde de la cama. Yo me senté en una silla frente a ella.
- Sí- contesté. – De las cosas que recuerdo, una de ellas es el dolor.
- ¿Y cómo lo supera?
- Me distraigo mirando el agua del lugar en donde vivo.
- Yo me llamo Carolina, ¿y usted?
Nadie jamás había preguntado mi nombre. Volví a sentir una emoción muy fuerte.
- No lo recuerdo, Carolina. Hace tanto que perdí mi vida, que ya no recuerdo ni cómo me llamo.
- Bueno, para mí entonces usted será “El Fantasma”
No exagero si digo que era la mujer más linda que haya viso jamás. Su actitud era cada vez más generosa y cálida. Se interesaba por mí y lo demostraba.
- Sabe- dijo Carolina,- siempre he querido ver un fantasma. Usted es el primero que se me aparece.
- Me alegra tener ese honor. Ahora entiendo por qué no se ha asustado.
- Puede ser, sí. De todos modos quisiera saber cómo ayudarlo. Me da mucha pena que sienta ese dolor.
- No, no sienta pena, por favor. Estoy acostumbrado. Al fin y al cabo soy el reflejo de un hombre que alguna vez fui. Eso ya es lo suficientemente triste como para estar bien acostumbrado. Cargaré con eso toda la eternidad. Lo único que aplaca el dolor es la esperanza del milagro, porque si el milagro sucede, entonces yo también tengo una esperanza.
- ¿Y cuál es ese milagro?
- No lo sé aun.
- Mire, yo no creía en los milagros. Pero usted se ha metido por esa ventana y está hablando conmigo.
- ¡Eso no es un milagro!
- No para mí, pero sí para usted. Usted se ha metido en mi sueño. Jamás he soñado con fantasmas y ahora sueño con usted, y usted está soñando...
- Con la mujer más bella del mundo.
- Pero usted no quiere soñar con la mujer más bella del mundo. Su sueño es otro. Mientras ambos nos soñemos estaremos creyendo que la esperanza existe. Este sueño que nos une es el inicio de un milagro, que no sabemos dónde está, ni de que forma se manifestará, pero la señal es evidente. Yo quería ver un fantasma y ahora sueño con usted. Usted quiere una sonrisa. Déjeme cumplir su sueño.
Carolina se levantó y tomó una chalina de seda. Me la puso al cuello.
- Ahora despertemos. Las señales están tan cerca que a veces no las vemos. Yo soy su señal, usted es la mía. Ahora podemos creer.
Me tomó de las manos y me besó en la mejilla. Pude sentir ese beso como si yo fuera un hombre. Nos miramos. “Nos veremos pronto. Creamos que así será” me dijo y como el mejor acto de amor del universo cumplió mi sueño; me sonrió

Desperté al lado del arroyo. Después de siglos dormí en paz y soñé que la mujer más hermosa del mundo me sonreía. Podía sentir el roce de sus manos y su beso. Toqué mi cara y pude distinguir rasgos. El viento soplaba fuerte y tuve frío. Algo se movía en mi cuello. Era su chalina.
Me senté mirando el arrollo. Cubrí mi cuello del frío con la chalina como si fuera una bufanda. En ese momento advertí lo más hermoso del mundo: el arroyo había cambiado su cause. El milagro había sucedido. Ahora había una esperanza, tal vez ,de volver a verla o soñarla. Ahora puedo creer que así será.

miércoles, junio 25, 2008

¡SE ROBARON MI IDEA!

Si con esto no me recibo de adelantado...

Me veo obligado a re editar un post fechado el día 27 de octubre de 2006, para demostrar que no sólo se robaron mi idea, si no que yo puedo decir cualquier cosa y no soy tomado en serio, y viene otro, dos años después, y le dan millones de dólares por algo menos poético que lo que yo dije hace mucho...así está el mundo.

Paso a explicar: Acabo de ver en el diario que en Dubai van a construir un edificio giratorio. Cuando vi el gráfico de lo que será el edificio me quedé sorprendidísimo: la imagen es exactamente igual a la que yo tenía en la cabeza. Todos los pisos mirando para cualquier lado, lo que genera un edificio desprolijo. La charla que publico nuevamente a continuación, fue con una chica que no sé qué rol cumplía en mi vida en ese momento, mientras la llevaba a su casa una madrugada en la calle Larrea; hoy ella es una muy querida amiga. La diferencia es que, si bien me gustaba el edificio que giraba piso por piso, más me entusiasmaba la idea de que los pisos giraran por perseguir el sol, lo que haría que en cada casa sea de día eternamente, o de noche, según hacia donde gire.

Curiosidad 2: Por casualidad, no sé por qué, anoche le comentaba esta idea a mi abuela, y me dijo que hace años había casas giratorias, por lo que insistí en la idea de que no sea una casa, si no un edificio, lo que daría un efecto visual al que bautizo como “efecto cubo mágico”

El post original se llamaba “Persiguiendo el sol (los hombres nunca tenemos razón)”

“Pasada la medianoche, caminando por la calle Larrea

-(Mirando los edificios, esquivando cualquier principio físico universal) Estaría buenísimo vivir en un departamento giratorio, que siempre siga al sol. Nunca sería de noche. (Entusiasmado) ¿Te imaginás qué bueno? Sería genial vivir en una casa que sea siempre de día. Va girando a medida que el sol cambia de posición.

-... (silencio absoluto)

-!Claro¡ Sería buenísimo. Lo que sí...Sería un quilombo construirlo, pero me imagino el edificio entero y sólo van girando unos pisos. También habría un modelo de noche, pero sería más caro.

-Mejor sería vivir en una casa rodante. ¿Te imaginas eso? ¿Cómo será vivir en una de esas casas?

-¿En una casa rodante? ¡Es una porquería! Yo te estoy hablando de una cosa seria...

-(Interrumpiendo) Pero debe ser un flash. Una de esas toda equipada...

-No, no, no. Eso es un despelote. Yo estoy te diciendo una casa que gire con el sol, a los costados o hacia el Japón. En una casa rodante no tenés domicilio fijo...bah. (Desanimado y entendiendo que ya me toma por loco más que por poeta) En realidad sería más fácil vivir en una casa rodante... Y es más cómoda para perseguir al sol. Tenés razón”




Ahí está mi idea dibujada...qué me importa, total...ideas así se me caen de los bolsillos todos los días...


Update del post anterior: Sigo encontrando información del asunto de "La Máquina de Dios" o "Máquina del tiempo". Corregí la circunferencia (yo había escrito completamente errado que era de un kilómetro, cuando el real es de 27 Km.). Llegué a leer un poco del informe de seguridad de la máquina -que se elabora desde 2003- y encontré algunos puntos muy cuestionables. Para demostrar que es un experimento seguro, el informe cita, tal cual hemos hecho aquí, la Teoría de la Relatividad. El problema es que utiliza principios teóricos interpretándolos como ley absoluta. "Según la Teoría de la Relatividad, es imposible que se genere un mini agujero negro". Este argumento está basado en principios gravitacionales descriptos en la Teoría. Sin embargo como argumento de refutación a los detractores, es ineficaz, ya que Einstein dice como forma de presentación de los tres ensayos que comprenden la Teoría "En principio todo es relativo".
En un próximo post voy a explicar puntos escenciales de la Teoría de la Relatividad para poder entender un poco más del asunto, pero no hay que olvidar que la Teoría no es Ley porque está hecha sobre cálculos relativos (de hecho toda la matemática es así; son conceptos abstractos y supuestos aplicados en cosas tangibles, por eso 2+2 es 4 y no 22). Pero el punto es que no se puede afirmar que es imposible que se genere un mini agujero negro, ya que la Relatividad está sujeta a modificaciones al no ser exacta. Dicho en otras palabras: es un supuesto que damos por hecho hasta que alguien demuestre lo contrario.

Si alguien tiene o encuentra el informe de seguridad del Centro Nuclear sobre este acelerador de partículas, por favor avísenme o háganmelo llegar para analizarlo con los libros y dar alguna conclusión un poco más firme, por más que sea inútil que yo lo haga, pero por lo menos no voy a estar improvisando, ya que estoy tocando de oído y el tema es bastante serio y debo ser más responsable en estas opiniones.

lunes, junio 23, 2008

LA BELLA PELIGROSIDAD DE LA CIENCIA

En épocas de estupideces, les pido a los que no leen este blog, con mucha humildad, que me dejen jugar con la inteligencia. Perdón por la aparente soberbia, pero debo hablar así. El tiempo lo pide. Los lectores de No Somos Nada apuestan a otra forma, tal vez artística; a otra especie de pensamiento. No digo que seamos más inteligentes, pero es seguro que buscamos otras cosas que la mayoría ni siquiera sospecha. Salud entonces a los que leen, porque no están solos en la búsqueda.

Estoy un poco contrariado por algunas cosas. Algunas personales y otras más universales, por así decirlo.
Con alguna cuota de cinismo digo que me aburre tremendamente todo lo que sucede en casi todos lados. Siento que el tiempo atrasa, que mucha gente atrasa, y que habría que escuchar más a Mozart y a Chopin, leer a Bioy, a Stevenson, a Quevedo y a Borges y mirar mapas, para darse un baño de humildad y quedarse perplejo ante las cosas complejas y dejar de festejar banalidades.
Veo desde hace un tiempo (ya lo he advertido aquí hace poquísimo) que se están celebrando cosas de la tecnología que carecen de importancia. Eso no lo entiendo. Tampoco entiendo cosas del universo; y ante la perplejidad que me dan ambas cosas, elijo, sin dudar un segundo, la segunda incertidumbre.

Hace unos días le comentaba en mi casa a mi amigo Mariano sobre la máquina del tiempo que yo pensaba se iba a usar en Francia. Según este informe, la máquina (que llaman la Máquina de Dios) se pondrá en marcha en las afueras de Ginebra, Suiza.
Confieso que me aterra un poco el asunto.
El New York Times, fiel al estilo pasatista de algunos de sus artículos, habla del miedo a un agujero negro que se comería a la Tierra y que eso no sucederá, y entonces “habrá que seguir pagando deudas”. Bueno, el asunto es un poquito más complejo que “habrá que seguir pagando deudas”. Lo digo desde aquí porque tal vez estén muy ocupados en otras cosas más interesantes.

Paso a explicar un poco más detalladamente el funcionamiento de “la máquina del tiempo”. En verdad es un acelerador de protones gigante. No habrá ningún viaje en el tiempo. Se le dice así
porque, al usar una fuerza centrífuga de miles y miles y miles de revoluciones por segundo (para eso se utilizan los 7 trillones de electrón-voltios de energía que describe el informe) las partículas chocan entre sí generando un efecto similar – o idéntico- al primer segundo de la creación del universo. Esto es un avance extraordinario en la ciencia, ya que permitirá estudiar, no sólo cómo fue ese momento, si no que se podrá tener detalle de las partículas y sus posibles variaciones (esto último lo digo yo sospechándolo).

Ahora, ¿cuál es el problema?

Los problemas pueden ser varios, pero no pueden preverse con exactitud (las posibilidades, si barajamos las peores opciones, podrían ser cientas).
En honor a la verdad hay que tener en cuenta que máquinas así se usan hoy sin riesgo alguno (ya hablé aquí sobre la importancia de la nanotecnología que utiliza sistemas como este). Pero por el diámetro y la velocidad de esta nueva versión, el experimento será algo inédito hasta hoy, y puede presentar algunas complicaciones. El diámetro de esta máquina comprende 27 kilometros.

El informe dice que la Comisión de Seguridad de No Se Qué, descartó cualquier riesgo. Y el argumento es muy sospechoso; el informe del diario dice “para los expertos, sea lo que sea lo que el acelerador pueda hacer, la naturaleza ya lo hizo muchas veces antes”.
Entonces yo pregunto, desde mi total ignorancia (ya que los científicos se tomaron el trabajo de estudiar y convertirse en prestigiosos físicos y yo no, así que tienen algún punto a favor) ¿cómo “sea lo que sea que lo que el acelerador puede hacer”?
Si yo estuviera a punto de poner a andar una máquina que gira a 7 trillones de electronvoltios, estaría sumamente alarmado y no diría alegremente “sea lo que sea, etc”
Entiendo muy poco de física, soy un aficionado al tema y me encanta estudiar sobre la belleza que hay en la ciencia. Ya he dicho muchas veces que hay en esta disciplina algo de poesía. La construcción de lo complejo requiere de alguna matemática. Todo en la vida es matemática.
Como defensor de la ciencia (no hay que olvidar que en pleno siglo XXI aun hay gente que está en contra del avance científico, ya que no es cuestión de “jugar a ser Dios”) este experimento me entusiasma. Hasta es poético y heroico que un planeta vuele por los aires por los malos cálculos de una máquina y no por desidia. Es mejor reventar en pos del descubrimiento que morirse creyendo que el I-Phone es el mejor invento del mundo.
Pero sobre todo me entusiasma porque no sólo es arriesgado, si no porque es un avance fenomenal. Se podrán descubrir y deducir muchísimas cosas y esto traerá más incertidumbre porque se seguirá demostrando que el universo es inexplicable. Cuanto más sepamos, menos sabremos.

Pero vuelvo al riesgo fundamental que no se dice en el informe y que ha sido evaluado durante las primeras pruebas y se está omitiendo: existe un riesgo (no altamente probable, pero no hay que olvidarse que dijeron “sea lo que sea”) de generar lo que en física se conoce como “efecto gusano”.

No sé bien cómo explicar este punto, no soy el indicado y ojalá que alguien que sepa de esto deje algún comentario explicándolo mejor (o bien llegado el caso), pero intentaré una explicación que será de lo más pueril, torpe e ignorante: imaginemos una manzana y un gusano sobre uno de sus polos. Si el gusano quisiera llegar hasta el polo opuesto debería recorrer la superficie de la manzana. Pero (he aquí el dilema), también puede comenzar a comer la manzana y llegar de un extremo a otro desde el interior. Eso básicamente- y mal explicado- es el efecto gusano. Por eso se hablaba de un agujero negro que absorbería al planeta. No debería ser precisamente así de drástico. Si no que existe esta otra posibilidad: el acelerador de protones comienza a girar y genera un agujero en el plano donde está (donde estamos). Si esto llegara a pasar generaría un defasaje de espacio y tiempo. De suceder eso se debería dar por hecho la existencia de otros planos dimensionales que confluyen con este mismo plano. De ser así no sólo la Teoría de la Relatividad sería un chiste, si no que se generaría un descalabro importantísimo en todo, absolutamente todo tal y como lo conocemos.
Se evaluó que si existiera un pequeño defasaje espacio-temporal, sólo afectaría a unos cinco o diez kilómetros a la redonda (por eso se usa la máquina en un lugar apartado, el riesgo existe).

Yo, como un escritor que usa la imaginación como un arma, y que defiendo eso cuando otros atacan el hecho de imaginar cosas, escribí varias veces sobre el asunto. Mi cuento “"Diversos planos, un plano" habla sobre eso en algunos puntos (sólo que un plano es la vida y el otro la muerte, pero en vez de Cielo y Tierra, hay dimensiones paralelas).

Creo que no sucederá nada malo, pero resalto una última cosa; el informe dice, también mencionado a los que objetan este experimento, que se descarta la posibilidad de generar partículas adversas o negativas. “"La naturaleza ya generó unos 1031 programas experimentales como los del LHC desde el inicio del universo -afirman-. Y las estrellas y las galaxias resistieron."

Y entonces vuelvo a decir, que el hombre es hombre y la naturaleza no. Si bien creo en este proyecto, tengo mis reservas porque sé que el universo es indiferente a todo, a nadie saluda, mucho menos a la ciencia. Y como nada le importa, si llegara a existir algún error, no habrá piedad; porque no se trata de jugar a ser Dios, si no de cancherear con el universo. Eso es lo peligroso. No hay que olvidarse que el universo no tolera los errores. El hombre no es un error, pero a veces sí sus actos.
“Las estrellas y las galaxias resistieron”, es verdad. Pero el universo ha generado desde el comienzo de sus tiempos, -sin saber aun por qué- agujeros negros. Nadie sabe qué hay allí, pero seguramente no hay tiempo y mucho menos espacio.

Esperemos que la Teoría de la Relatividad siga teniendo la belleza que tiene y no se convierta en un recuerdo.

sábado, junio 21, 2008

MONEDAS EN PRAGA

Dentro de una caja de madera, de esas que se usaban hace muchos años para guardar mazos de naipes, guardé durante algún tiempo monedas. Eran monedas de todos los países y de las más variadas formas. Creo que tenía unas cien monedas, o más. Nunca he sido una persona de coleccionar cosas, pero por alguna razón, menos por afición que por cariño, fui juntándolas.
Las primeras llegaron a mí por casualidad; esa misma casualidad que da comienzo a alguna colección. Sabrá Dios por qué alguna vez mencioné el hecho y mis amigos y familiares fueron reglándome las monedas que traían de sus viajes o que tenían en su poder como un objeto inútil.
Con el tiempo gané cierto orgullo de poseer la colección. Una de las mejores piezas era un dólar de plata, acuñado en 1972, que había sido regalado por mi abuelo. Tiene un tamaño inusual para una moneda (un diámetro de casi diez centímetros). No sé en qué año dejaron de hacerse esos dólares.
El paso del tiempo fue trayendo los primeros amores y con esos amores fueron llegando más monedas. Cada novia se empecinaban en conseguir nuevas piezas, con esa obstinación que se acerca a la demostración del cariño a través de los caprichos de la persona amada.
Muchas monedas ya las tenía, pero no podía negarme a recibirlas o descartarlas; eran una evidente señal de interés.
Mientras los amores variaban, las monedas se multiplicaban, algunas en forma inédita, pero la mayoría en réplica a una ya existente.
Resolví entonces, para no eliminar las monedas repetidas, utilizar un sistema de orden que me permitía identificar (no sin esforzar la memoria) qué mujer me había regalado cada una de esas monedas. La caja ayudaba mucho, ya que poseía compartimentos para las barajas. Lo único que tuve que hacer fue agregarle algunas divisiones y así ampliar (desde la reducción), esos espacios.
Este sistema escondía un fatal secreto. No importaba tanto quién me había regalado un franco, diez pesos uruguayos (o diez “Artigas”) o 500 australes; el secreto fin de esto era guardar el recuerdo de esas personas. Cada pequeña colección, dentro de una colección más grande, era el símbolo de una persona concreta y junto a ese símbolo, todos los recuerdos de ese amor vivido.
Tal vez recurrí a ese sistema para mantener, desde lo material, no sólo el recuerdo, si no mantener conmigo algo de esos amores fallidos. Como si aun, de una forma misteriosa, estuvieran conmigo.
A veces abría la caja para ver las monedas. Después de repasar algunas, miraba los compartimientos en donde estaban los conjuntos de monedas que representaban a las antiguas novias. “Cada amor es único” me encontré pensando una noche solo, mientras recordaba situaciones irrepetibles. Esos símbolos de algún modo permitían perpetuar esos momentos, casi como deteniendo el tiempo. Casi sin aceptar que el tiempo se había ido. Dicho de otra manera: sin aceptar que esas mujeres ya no estaban.
María Eugenia, mi última novia, me había regalado una moneda que, misteriosamente y para sorpresa mía, no tenía: una corona checa. No es en verdad una moneda linda ni extraordinaria. Lleva de un lado el número 1 con la inscripción Ceska Republika y del otro lado el grabado de un león con el nombre de la moneda (Ceska koruna).
Guardé esa moneda con mucho entusiasmo.
No pasó demasiado tiempo para terminar aquella relación. Esos días fueron lo más cercano a la muerte que había yo sentido alguna vez. Había amado a María Eugenia profundamente y ya no estaba con ella. No existía forma de recomponer ese romance. Es sabido que cuando uno no es la persona indicada para otra, no lo será jamás. En el amor no existe lógica alguna. No porque lo haya sido existe una norma que nos permita ser otra vez. Cuando se deja de ser esa persona, salvo un caso en un millón, todos los intentos por recuperar el amor perdido serán en vano. Pasé muy apenado noches enteras viendo la colección correspondiente a Eugenia. La invocaba de esa forma. Intentaba, inútilmente, en un consuelo ineficaz, acercarme a ella aunque sea desde esas monedas que me había regalado.

Una noche recostado, viendo las monedas, recordando, añorando, me quedé dormido.
Intentaré describir el sueño que tuve.
Me encontraba caminando en una calle en Praga. Mi sensación era la de conocer el lugar a la perfección, pero estaba perdido. Divagaba y miraba a la gente pasar. Las caras de transeúntes eran conocidas para mí. Logré en un momento identificar a Clara, una de mis primeras novias. Se acercó y dijo, con una naturalidad increíble (acaso como si uno, siendo argentino, se encontrara en la República Checa con una ex novia todos los días) algo acerca de unas libras esterlinas. Noté luego, en esa extraña forma que tienen los sueños, que tal vez Clara no era Clara, si no que era Virginia, una hermosa rubia con quien había tenido el privilegio de vivir un corto romance. Virginia (o Clara) mencionó que las cosas cambian porque todo lo que queremos nunca sucede (entiendo que eso significa algo así como que las cosas se modifican porque buscamos que sucedan otras). Mientras yo hablaba escuché la voz de Carolina, aquella morocha inolvidable, que dijo “todo es tan igual y diferente como tus monedas”.
Caminé solo un rato más y me detuve en una fuente en donde el agua reflejaba monedas. Muchas monedas plateadas que parecían ser de una corona. Yo estaba seguro que eran coronas checas. Intenté tomar una, pero al sacarlas del agua eran doradas, o si eran plateadas no eran coronas. No supe si se transformaban por el agua, o si me percepción era errada.
Se acercó a mí una mujer con la cabeza gacha y las manos llenas de monedas. Me miró. Era María Eugenia. Hablamos (no sé de qué hablamos). Recuerdo que luego le dije que la amaba. También sentí unos inexplicables celos por no haber llegado allí con ella. Estaba enojado y celoso por eso. Inferí que había llegado con otra persona y eso me hacía enojar. Sé que no se lo dije, pero recuerdo haberlo sentido.
Me dijo, mostrándome las monedas (que eran diferentes) que mi esfuerzo por recordar cada amor era inútil. Que todo es una misma cosa, aun el amor. Discutí sobre eso. Lo negué. Le dije que ella había sido mi mejor amor. Contestó algo así como “no se puede amar aquello que no se sabe si existe”. No entendí esa frase. Más aun sabiendo que creo lo contrario; tal vez uno ame con insistencia todo lo que no conoce. Todo lo que está por descubrirse. Porque quizás uno ama la expectativa de esa mujer que no conocemos aun, y nos desvela saber que puede estar en cualquier lugar.

- Mi amor- dijo,- son estas monedas. Todas diferentes, pero que en el agua, serán iguales. ¿por qué habrá de existir diferencia entre una y otra? ¿Cómo las identificarías sin un orden especifico? Igual que estas monedas, el amor pierde su condición de único cuando ya no tiene importancia para la otra persona. Una vez que te olvidan, todos los amores son iguales, porque no son más que recuerdos que en algún momento se confundirán con otros recuerdos, y ese amor que parecía único, será una moneda más. Tendrá la misma importancia que ninguna.

Tiró las monedas a la fuente y todas se veían plateadas y brillantes, pero no podía ya identificar ninguna, ni siquiera leer su valor. Se confundían unas con otras. Como dijo Eugenia, al no haber diferencia, al no haber un orden, eran lo mismo todas ellas. Intenté al verlas recordar hechos de cada amor, pero se confundían con otros recuerdos de otros amores. Todo se mezclaba, al igual que las monedas.

Desperté y noté con horror algo espantoso; había tirado la caja al suelo y todas las monedas habían caído por todas partes. El orden se había perdido; ya no podía identificar quién me había regalado cada una. No podía volver a separarlas por grupos. Mientras las juntaba descubrí algo que no había advertido jamás: había en esa colección otras monedas de una corona checa. Tal vez me las habían regalado de chico y no lo había notado por el amor hacia Eugenia y la ilusión de creerla única hasta en sus regalos. Inclusive la moneda que yo creía que ella me había dado no sólo no pude identificarla (buscando alguna marca, algún brillo, que me hiciera reconocerla) si no que tal vez se haya perdido. Pensé entonces, con alguna confusión, que tal vez Eugenia no era Eugenia, si no que podría haber sido Carolina, o Virginia, o Clara. O quizás todas juntas; o quizás ninguna.
Ya no había diferencia, porque las monedas estaban mezcladas; entonces esos recuerdos ahora eran piezas sueltas que no tenían ubicación alguna.
Y la memoria va así armando sus recuerdos; de la misma forma que yo lo hice con las monedas en Praga. Los recuerdos inverosímiles, los certeros, los confusos; todos se mezclan para formar una historia nueva. Tal vez apócrifa, pero tal vez tan válida como una historia vivida.
Sospecho ahora que ese nuevo recuerdo es un símbolo. Pero no un símbolo carente de sentido, si no que sólo ha cambiado su significado. Al fin y al cabo los elementos de esa nueva memoria sí han sucedido aunque yo no los recuerde. Quizás entonces esta historia ya no está escrita por D’Onofrio, si no por un recuerdo de quien lea esto. Sabrá entonces entender el lector que estos recuerdos, los viejos y los nuevos, pueden ser ciertos. Prefiero creer que son ciertos.
Es más un acto de piedad, que de estupidez, creerlo así.

martes, junio 17, 2008

DE LA RADIO A HUDSON

-¡Eh! ¿Dos posts en un día? ¡Vos estás loco! ¿Cómo vas a poner dos posts en un día? Te va a agarrar alguna cosa por trabajar tanto...


- No, no. Dejenmé. Me la juego entero y voy a postear un montón de cosas. Quiero ser un héroe del mundo blog. Sólo los blogger podemos salvar al mundo de esta decadencia que sigue y sigue. Dios, por qué me habrás hecho tan inteligente. ¿Acaso esta genialidad que desbordo es una forma de conde condena? ¿Acaso esta lucidez es una puerta al dolor incesante, como si percibir la realidad me hiciera más vulnerable? Oh, contemplad la sensibilidad que llevo en la piel.


En verdad postéo esto con conceptos breves, pero contundentes.


1) Mañana miércoles a las 21, seguiremos con este suceso radial del ISER, al que me invitan a participar y demostrar, mediante comentarios incisivos, que la gente (no toda, pero digamos que casi toda...no sé, ponele, 99 sobre 100) está equivocada. El programa es "Culpa de Todos", que conduce el amigo Calca. Para escucharlo bien entran a http://www.comfer.gov.ar/ y abajo a la derecha está el link del ISER (un cartel que dice "ISER", no se pueden perder), y se escuha la radio fenomenalmente.

2) Tengo problemas con una cajera del supermercado. Creo que no le caigo bien. Todas me saludan muy amablemente, hacen chistes, y los cajeros también son muy simpáticos conmigo. Pero esta chica, Verónica, no. Es medio negativa y ayer me dijo que si fumaba tenía altas probabilidades de morir de un infarto, o en su defecto, contaer cáncer. Puse cara de desanimado y le expliqué que eso depende de algunos factores más, pero no hubo caso, insisitió con ese concepto de la muerte y esas cosas. Explicó que es un tema personal que tiene con ese asunto, pero me pareció un poco lúgubre charlar de eso en los escasos 4 minutos que uno está allí. A mi La culpa igual fue mía: la charla la empecé yo sin querer, por decir algo de los cigarrillos. La cajera de al lado, Nancy, me miraba desconcertadísima, acaso como si dijera "no entiendo por qué está diciendo eso, pero Verónica no expresa de ningún modo el pensamiento de la empresa ni sus empleados". Sí, sé el nombre de todas las cajeras. Ya son como amigas.

99) Estoy muy enojado con la revista Oh La La, que puso, vía La Nación on line, una nota donde critica a Kate Hudson por un vestido que usó. ¿No saben que no se critica a Kate Hudson? No importa si el vestido está mal, le queda bien, aún cuando le quedara mal. Igual, una comentarista dijo que siempre es más linda cuando se pone vestidos simples. ¡Es verdad! Pero bueno, Kate Hudson es la mujer más linda del mundo, así que no se la puede cuestionar así nomás. ¡Más argumento, loco!

¿Vieron que le pasa un trapo a la madre por varias cabezas? Eso que la madre de joven era muy linda, pero la hija le gana por lejos.

En fin, Hudson es la mujer más linda del mundo y esta foto lo demuestra (tuve que elegirla con sistema random, porque no podía elegir una sola. Por mí pondría un blog sólo para poner fotos de esta chica...)


PARA TENER EN CUENTA

Chicos, esto es grave y quiero avisarles para que, si es necesario, vean a un médico.
Esta mañana fuimos con el Doc al Hospital de Clinicas y terminamos nosotros (porque no había personal), levantando del piso a un tipo que entró por guardia y ahora está gravisimo: hay un principio de epidemia de una derivación de meningitis. Se está propagando rapidísimo y si bien empezó como forma virósica, ahora mutó a bacteria (lo que hace más fácil la cura, pero más fácil la propagación) que ataca el cerebro, no sólo en niños, si no en tipos adultos.
Por favor, presten atención a los síntomas y si tienen alguno, vayan a un centro sanitaria de inmediato, porque un día más puede ser tarde:
Si tenés un ligero dolor de cabeza, ardor de ojos y el dolor sigue en la espalda, es posible que estés encubando la enfermedad. No significa que la tengas, pero hay que estar atentos a los primeros síntomas. Si ese dolor sigue en una mano, si hay problemas para articular la mano, es posible que estés contagiado. Fijate, abrí y cerrá la mano. Si tenés problemas para ese movimiento, aunque sea un poco, andá al médico. Esa dificultad, más el dolor de cabeza y de espalda luego suman un temblor de manos. Si te llega a temblar una mano, si no podés mantener el pulso exacto, tenés una derivación de meningitis que es mortal. No te alarmes, sólo hay que ir a un centro médico y tratarse, porque tiene cura, pero no hay que dejarlo estar.
Bueno, toda esta enfermedad y los síntomas son falsos. No pasa nada. No hay ningna epidemia de nada, y es lógico que te duela la cabeza. la espalda, las manos, etc. No pasa nada. A lo que voy es lo siguiente: si abriste y cerraste la mano, tal vez seas suegestionable. Si se logra sugestionar a varias personas juntas sucede lo que se conoce como histeria colectiva. Lo que le pasa a uno, lo que hace uno, lo pueden imitar varios, aun cuando no sea real. Recuerden: se llama histeria colectiva.
Nada más quería decir eso.

Ah, y que lo aprendí viendo al Dr. House, en un capítulo que engaña a todos los pasajeros de un avión y les hace creer esa enfermedad, para, a través de la histeria colectiva, descartar un diagnostico físico y real. Lo cual significa que lo que uno cree que pasa, puede no estar pasando...

sábado, junio 14, 2008

LOS DIENTES

¡Cuánta indignación!
No lo iba a contar, pero me vi traicionado por gente que yo creía confiable.
Es una historia muy compleja, así que pido máxima atención. Si no le interesa saber qué pasó en este misterioso hecho que relataré, entonces cierre este blog. Si usted es impresionable, también ciérrelo.



Me llegó una invitación de la Embajada Española en ocasión de una ceremonia que se da en honor al Príncipe de Asturias, aunque él ni se entera. Es proverbial que en las fiestas de la Embajada de España tienen lindos sandwichitos y hay siempre buen minerío. Decidí ir.
Me puse un traje oscuro, me peiné para atrás y me dije "es momento de usar los "dientes de festejo" (porque yo uso "dientes de diario" y "dientes de festejo" que son más brillantes. Esto fue iniciativa de mi odontólogo que me dijo "a vos te conviene usar dientes postizos. Todos los artistas de la farándula los usan", y ese argumento me convenció).

Hasta aquí todo caminaba bien, pero esa marcha de las cosas cambió cuando fui al cajón donde guardo los dientes. Con esto acabo de dar a entender que la dentadura no estaba. La busqué por todos lados y me acordé que se la había prestado a un importantísimo periodista que me los pidió para ir a una fiesta de la industria de la música. No voy a decir su nombre por discreción y decoro. Le mandé un mail para que me los devolviera:

"¿Cómo estás? Te escribo con cierto apuro ya que tengo que salir a una reunión y necesito los dientes que te presté. Por favor Sergio, avisame a qué hora puedo pasar a buscarlos. Te dejo un abrazo"

Recibí como respuesta este correo:

"Marcelo: Todo anda fenómeno. Estoy en la redacción del diario, pero te digo que esos dientes ya te los devolví hace tiempo. Fijate bien si no se los prestaste a otro. Un saludo"

Yo estaba completamente convencido de que la dentadura no había regresado. Recordé las palabras del escritor y periodista: "por favor, me los tenés que prestar porque esos brillan en lo oscuro y eso te hace ver más importante". Debo reconocer que el recuerdo de ese pedido me dio un cierto orgullo, que también sentí en el momento en que Marchi me pidió ese favor. Tal vez tuve una sensación más fuerte, impulsado por la extraordinaria perspectiva que da todo recuerdo de algo que nos enorgullece.
La búsqueda fue en vano. Quise pensar que los había olvidado en algún lugar. También eso fue inútil. La realidad era que los dientes habían sido prestados, pero nunca habían devuelto. Me resigné a seguir en mi engaño. "Ya aparecerán" pensé, mientras le pasaba Pulloy a la dentadura "de diario" y un movimiento infame me hizo tirarla al piso. Se partió de una manera que era imposible arreglarla. Faltaban horas para el homenaje al Príncipe de Asturias. Me sentí abochornado y confundido. Resolví que lo mejor era quedarme en mi casa.
A las siete de la tarde recibí la llamada de un amigo. Le expliqué lo que había sucedido, pero no mencioné la ausencia de los "dientes de salida". Mi amigo enseguida comentó:

-¡Qué pena! ¿Sabés a quién le podés consultar? A Sergio Marchi. Justo él dijo que esta noche planea ir a la Embajada de España donde va a llevar unos dientes que brillan en la oscuridad. Nos dio tanta curiosidad que hasta la mujer del embajador en Francia, que está en el país, dijo que va a ir, sólo para ver si eso es verdad.

Sentí un dolor en el pecho. Mi amigo hacía referencia a mis dientes. Pude ver, preso de la ira, imágenes violentas y sin sentido. "Yo tengo que lograr la admiración de la vieja esa de París, y no Marchi" pensé, pero sólo atiné a decirle:

- ¡Esos son mis dientes!

-¿Qué van a ser tus dientes?- refutó mi amigo. -¡Si acabás de decir que los rompiste! No seás envidioso (recuerdo bien que resaltó la última sílaba de "seas", y dijo "seás") y dejá que el tipo se distinga como corresponde. Este Marchi no deja de sorprendernos. Es un ídolo.

La furia me absorbió. Yo debía llevarme esa admiración provocada por el brillo de los dientes y no Marchi. Lo vi como quien ve a un enemigo. Me sentí un héroe solo, como Emilio Gauna peleando a cuchillo con el doctor Valerga, el terrible protector del grupo de Saavedra.
Me juré para mis adentros vengarme. Imaginé un ajuste de cuentas inigualable. Iría a esa fiesta, encontraría a Sergio y diría ante todos los presentes: "señores, así como lo ven, esa brillante sonrisa no es la de este periodista que tanto admiran, si no que me corresponde" y luego le quitaría la dentadura con una maniobra ágil. Estaba dispuesto a recuperar la gloria perdida: iba a recuperar mis dientes.

Llegué a la embajada en taxi. Lo hice tarde, intencionalmente. Bajé a una cuadra de distancia para nos ser visto. Si mi oponente advertía mi presencia podría escapar. Recorrí la cuadra entre cavilaciones. Podía verme caminar hacia ese lugar, desde arriba, como quien se ve en una imagen ajena. Sentí un ligero orgullo. Tal vez en verdad sentí un profundo orgullo: el de dejarme llevar por el destino. "No hay destino posible si un hombre no hace valer su coraje. El hombre de fe entrega su voluntad a la divinidad, que no es otra cosa que el azar difrazado. En cambio, el valiente enfrenta la desdicha con abnegación, no porque se sepa fuerte, si no porque se sabe destinado a cumplir con otro azar: el del Universo. No hay diferencia entre mi dentadura y el fin del Camino; acaso son la misma cosa. No son los dientes la cuestión, si no la valentía en ir hacia ellos, aún cuando no quisiera hacerlo". Todo eso pensé cuando estaba entrando al edificio. Presenté mi invitación y me perdí entre la gente, buscando, disimuladamente con la mirada, al usurpador.
Una señora de unos cuarenta años, que se veía bastante bien, se acercó a saludarme. Dijo conocerme de la Embajada de Alemania cuando presenté mi libro (me confundió con Jorge Asís, ya que alguna vez me hice pasar por él en ese en ese lugar). La saludé con precaución. Recuerde el lector que no llevaba dientes, así que hablaba con técnicas casi ventrílocuas. La mujer me preguntó, con un ligero acento que interpreté como francés, si estaba escribiendo un nuevo libro y le dije que estaba esbozando ideas. En ese momento, mientras improvisaba ser otro, vi a Marchi conversando con un grupo de gente. Lo rodeaban con admiración. Reía. "Parece Gardel" pensé. "Es innegable que le queda muy bien esa dentadura" completé mi pensamiento.
Ahí estaba; vestido implacablemente, con una copa en la mano. Disfrutando de una admiración que era en teoría mía. No me importaba que estuviera diciendo cosas inteligentes o buenos chistes, si no que le adjudiqué su éxito a mis dientes. En un momento hizo una mueca en donde reflejó el brillo de la dentadura mediante un truco con la copa. Lo aplaudieron. Al ver esa escena, tuve que apretar mis puños con el fin de contener un grito furioso.
Le dije a la señora que me disculpara y me dirigí hacia el grupo. Debían separarme unos diez metros; mientras caminaba, por alguna razón, deseché mi plan inicial. No quise hacer un escándalo en público; la seguridad me hubiera sacado de allí. Nadie me vio llegar. Me acerqué y dije: "Qué sonrisa señor Marchi..."
Marchi empalideció. Cambió la sonrisa por un gesto de disgusto. Volvió a sonreír y como un actor de los años cuarenta hizo un ademán saludando a la gente. "Si me disculpan, que tengan una buena velada", dijo. Lo saludaron. Las mujeres bellas y jóvenes parecían no querer irse. "Mis conquistas" me dije a mí mismo lamentándome, y contemplé todo lo que estaba perdiendo. Quedamos apartados.

-¡Oime, impostor! ¿Conque no tenías mis dientes, eh?- lo increpé.

- ¡Pará! Te estás confundiendo- dijo y saludaba sonriente con la mirada y con gestos a personas lejanas, para no despertar sospechas. -No levantes la voz.

-¿Que no levante la voz? Me humillaste. Te confié la mejor dentadura que tengo y me pagás así. Mirá las mujeres que me podría levantar. ¡Mirá como brillan!- dije casi llorando.

- Está bien- dijo Marchi, quitándole tensión al asunto. - La verdad es que no te devolví los dientes, pero no son éstos que traigo. Es cierto que me los quedé, pero no fue deliberadamente.

Me sentí confundido. Después de todas mis cavilaciones y conjeturas, parecía existir otra explicación al problema. No quise entrar en razón; demasiada energía había puesto yo en predisponerme para esa venganza.

- ¡Qué deliberadamente, ni deliberadamente! ¡Devolveme los dientes!

- Oíme bien, pibe- dijo Sergio con mucha firmeza. - Te estoy diciendo que estás confundido. Cuando me prestaste la dentadura me pareció tan elegante que me mandé a hacer una igual. La cosa es que en esos días, mientras no me habían entregado la que mandé pedir, me encontré con un amigo que me dijo que el brillo en los dientes que tenía esa noche en la fiesta de la industria de la música, le había parecido una cosa de otro mundo. Me imploró me verla para hacerse él también una. En seguida que se la traje, se la probó y no me la quiso devolver. Intenté sacársela, pero me mordió y se escapó. Por eso vine, porque sé que estará aquí esta noche y voy a recuperarla.

- ¿Y quién es ese matón que te ha robado mi dentadura?- pregunté indignado.

- Prefiero no decirlo. No le gusta que la gente sepa que tiene dientes postizos.

- ¡Pero tiene los míos!

- ¡Pedro Aznar!

Sentí unas incontenibles ganas de agarrar a Aznar del cuello. Todo dio vueltas; estaba cada vez más perturbado "¡Ahí está!" dijo Marchi y salí corriendo en busca del bajista, que sonreía con discreción. Lo agarré desprevenido; lo tomé de la solapa del saco, mientras le decía, ya enseguecido por la furia:

- ¡Vos me vas a devolver mis dientes o te mato!

- No, no- dijo Pedro casi con la boca cerrada.

- Dame la dentadura, Aznar, o acá hay una tragedia.

- ¡No la tengo! ¡La tiene Marchi!

- Pero él me dijo que la tenés vos, ¡farsante!

- ¡Te está haciendo lo mismo que me hizo a mí! Yo tenía una dentadura que me hice fabricar en Suiza. Porcelana de primera; y Marchi con la excusa de que la necesitaba para una reunión familiar, me la pidió y no me la devolvió más. Dijo que se le había robado un periodista colega de él y que lo mordió. ¡Tiene un problema! Se roba dentaduras y las colecciona. Lo hace como un hobbie, pero es un berretín patológico.

- ¡No digas más mentiras!- le refuté.

- Es verdad lo que digo. ¡Mirá con lo que ando de emergencia!- Sonrió y llevaba puesta una de esas dentaduras de Drácula que se venden en los quioscos; tenía los colmillos cortados o limados, para disimular un poco. -Es de emergencia, para salir del paso. Tenía que venir. No podía repudiar la invitación del embajador.

Estaba a punto de desmayarme o llorar. Aznar decía la verdad. "¡Allá va!" dijo Pedro, pero Marchi escapaba riendo fuerte y llevándose unos canapés. Esa risa final nos dejó desahuciados. Reía con malevolencia y, paradójicamente, con ese fulgor del brillo dental.

Al otro día desperté, con una resaca increíble. No sé cómo llegué a mi casa. A mi lado se encontraba durmiendo la mujer que me había confundido con Jorge Asís. Bajé a la calle. La gente vestía con trajes y sombreros. No entendía qué pasaba. ¿Por qué vestían así? Miré a mi alrededor y vi un afiche que sumó una espantosa confusión. El cartel rezaba "Esta noche, el afamado cantor de tangos Sergio Marchi junto con la Orquesta Típica del maestro Pedro Aznar, se presentan en el Teatro Nacional". Corrí a un puesto de diarios, pregunté qué día era. "sábado" contestó el canillita. Tomé un diario y le pregunté la fecha.

- ¿Qué le pasa? ¿Los carnavales le hacen mal? No, si yo siempre digo que los jóvenes de ahora toman dos cañas y ya no saben ni dónde viven. Es 1930, amigo.

La respuesta del hombre me dejó paralizado. Miré el diario y el año coincidía.

- ¿Qué hace vestido así? ¿Qué disfraz es ese?- preguntó el canillita. -Cada año el carnaval es más y más raro.

¿Dónde estaba? ¿En una Buenos Aires paralela, en la cual no rige ninguna continuidad de tiempo y espacio?
Volví a mi casa sin saber si había soñado el futuro, o si yo era sólo un sueño de alguien en algún otro lugar del tiempo; en algún mundo que confluye conjuntamente a este.
La mujer estaba despierta y me esperaba. No sabía su nombre. "Ha sido una gran noche en la Embajada. Las fiestas del Príncipe de Asturias son siempre espléndidas. Será mejor que me vaya; si mi marido, el cónsul en París, se entera de esto, nos matará a los dos.
Ella se fue.
Quedé sentado en la cama pensando cómo había llegado allí; o peor aún: cómo había escapado de ese lugar, de ese pasado que tal vez nunca había abandonado.
Por cierto, los dientes, estaban en el cajón.


Dedicado a Sergio Marchi, que espero que si lee este relato, se lo tome con mucho humor, ya que yo le tengo un gran aprecio y consideración porque es un gran periodista y un gran escritor, aparte de un tipo fenómeno (aunque no lo conozco personalmente, esas cosas se notan). Y además no tiene dentadura postiza. Es pura ficción. Se lo pueden preguntar...bah en realidad no, no le vayan a preguntar eso, porque ya los conozco y le van a decir "Oiga señor Marchi, ¿es verdad que usa dientes postizos que brillan en la oscuridad?", porque me van a hacer quedar muy mal. No, no; si son terribles, eh. No tienen respeto por nadie.

Mejor me voy, antes que me siga indignando.

martes, junio 10, 2008

SNM

A veces me cuestan más las palabras.

Cuando tenía 17 años vos me dijiste "yo te inventé"...tenías razón.
Ese joven al que le marcabas cosas con sutileza y dejabas tocar el piano del living y revisar tus libros de fotos de los Rolling Stones, se fue convirtiendo en un hombre que tal vez perdió el brillo, pero no el cariño.

Flaquito querido, desde acá te mando un abrazo. Todavía queda mucho, demasiado, por hacer.




Añado una versión propia de "Ojos de Video Tape", grabada hace unos años en cuatro canales. El audio no es del todo bueno ya que la cinta original tenía algún desperfecto. En algún momento remezclaré este tema con un proceso digital.

lunes, junio 09, 2008

MI VIDA CON ELLAS (PERO HOY SÓLO HABLARÉ DE UNA)

"Buscando un lexo de tu mamá/ De lo que eras, no queda más"

Así dice una canción que escribí hace un tiempo y jamás grabé.
Ese tema habla sobre una mujer que cambia, que evoluciona constantemente a pesar de sus peleas internas, de sus peleas con ella misma, pero que sin embargo siempre, siempre, sale victoriosa.

En los últimos diez años tuve la suerte de ver, (porque yo estoy con la máquina de mirar), de evaluar de tener muchas cosas que sirvieron y sirven de inspiración. Es innegable que mi motor en el arte es la lucha contra la muerte, contra lo efímero, y esas musas, si existen, son mujeres.
En estos diez años he tenido, para qué negarlo, varias fuentes de inspiración. Cada amor nos lleva a desplazarnos y desarrollarnos en el plano artístico. Pero el desencanto tal vez ayuda a ir filtrando a esas mujeres y sus consecuencias.
Sin embargo, yo conozco dos o tres personas que tienen un don el cual valoro muchísimo: el de entrar a un lugar y modificarlo todo. Después de eso, ya nada es igual, ni en nosotros ni lo que nos rodea.

Una de esas personas fue un gran amor. Allí yo encontré por primera vez esa forma artística de modificar todo tal cual uno lo conoce. Cuando uno tiene la suerte de cruzarse con personas así, no debe dejar pasar la oportunidad de mejorar.
Sospecho, que ese vínculo que funciona entre el amor y la vida, es esencial no solo en el artista, si no en todos las personas.

Es muy difícil escapar de la tentación de plasmar esas impresiones cuando uno se ve influenciado tremendamente por alguna mujer. Con los años, como he dicho, voy valorando más a las personas que han permanecido en mi inspiración.

Las canciones y los poemas de amor son horribles. El arte verdadero nace de la carencia. Y uno, a través del arte, intenta acercarse, a encontrar ese amor.
Cada amor es un instante, y cada instante es un para siempre. Aún sabiendo que no es así, uno lo creé así.

Todo lo que hago, lo hago para acercarme a todas, a ninguna, a mí mismo.
Pero hoy quiero dedicar este post 300, a la que tal vez ha sido mi mejor inspiración, con quien hemos hecho las pases amistosamente, y a quien le pedí que evaluara el primer capítulo del libro que estoy escribiendo.

¿Y cómo sabe uno cuál es su mejor inspiración?

Mi respuesta es que con el tiempo uno se da cuenta de que alguna vez se ha enamorado de alguien, entre otras cosas, para ser un mejor artista.

Este pequeño escrito es también una excusa para seguir acercándome, ya no a aquella mujer que es parte de un recuerdo (porque nadie es el mismo), si no como una mano amiga a esa musa que tanto he admirado y aun admiro, no por mis caprichos, si no por sus virtudes.

Disculpen que parezca indecoroso al decir todo esto,pero, como ya saben a veces confundo las mujeres con la vida y sospecho que son la misma cosa.
He hecho de la confusión una celebración...e intento seguir así.

viernes, junio 06, 2008

SIGO ACUMULANDO PREMIOS

ACTUALIZACIÓN DE ÚLTIMO MOMENTO:

¡Aaaahh! ¡Ya entendí el premio que me dio Zorra!
Tenía que escribir 6 virtudes que me parezcan buenas, y 6 malas. Ahora sí (disculpen, estoy sin dormir, sin comer, etc).

Sin borrar el error anterior, donde demostré mis valores personales, ahora escribo no los míos, si no los que valoro en otras personas, aunque muchas de estas cosas en verdad son virtudes más que valores. Yo no soy estos valores. Muy por el contrario; yo no reuno ninguna de las 6 primeras condiciones, y sí tengo una colección de las últimas 6, que se juntan con muchos defectos más. Estos son los valores y virtudes que admiro en los demás, y las cosas que no admiro nada.


Una vez más, gracias a Fernanda.

Los valores que sí me interesan (no en orden):

1) La solidaridad.

2) La inteligencia en todas sus formas (desde el pensamiento crítico hasta el humor).

3) La virtud artística.

4) La comprensión de la belleza.

5) La persistencia en el virtuosismo.

6) La percepción del momento exacto en que uno debe retirarse (esto es también saber perder)


Aspectos negativos (no en orden):

1) La estupidez.

2) El egoísmo.

3) El insistir con amores esquivos.

4) El rechazo a los estímulos que permiten comprender la condición compleja de las cosas.

5) La conducta indebida sólo por hacerse notar.

6) La fomentación de la ignorancia disfrazada de cultura.


Gracias.

........................................................................................

Me acabo de enterar que me gané un premio otorgado por Fernanda, de Zorra Solitaria, pero no sólo no entendí el premio (creo que al esfuerzo personal o a los valores personales), si no que no entendí lo que hay que escribir. Creo que debo enunciar seis valores míos y seis valores de los que estoy en contra...estoy confundido...mi pastilla...mi bastón...ah.

Bueno, yo pongo seis cosas más menos que me hagan quedar bien.

1) Soy un buen ciudadano (no manejo, por lo que evito aportar congestión al ya pesado tránsito porteño, ni tiro basura en la calle)


2) Soy un buen vecino (toco el piano muy fuerte y cuando se quejan les contesto "¡Eh! Encima que toco gratis" -en una evidente actitud generosa de mi parte, ya que podría cobrarles-. Aunque en un acto de vanidad confieso que tengo nuevas vecinas que me elogian, sobre todo una profesora de piano que vive en el piso de arriba y me pide que "toque más fuerte para escucharte más" y otra que me dijo que sus hijas le han hablado maravillas de mí ya que "no hace chingui chingui, toca una melodías maravillosas")


3) Soy un buen novio. (Nunca me duermo primero, y veo tv casi en silencio o si escucho radio, es también en silencio. La ventaja es que si una novia, pongamos por caso, tiene una pesadilla, al estar uno despierto, puede despertarla y fingir galantería diciendo "estaba durmiendo y presentí que estabas angustiada" y uno queda como un duque)


3) Soy un excelente ex novio. (Nunca llamo a ninguna, ni soy amigo de nadie, más que nada porque me odian. Eso es bueno: me olvidan antes de cerrar la puerta, y cuando me recuerdan, empiezan a odiarme.)


4) Soy un tipo sencillo. (Ni mi colección de relojes de oro, ni mis copas de cristal significan algo, ni me describen en absoluto.)


5) Mantengo la humildad ante todo (porque yo siempre digo que en este mundo de ignorantes y chatos, los que la tenemos clara debemos mantener silencio, para no hacer quedar mal a estos giles que no saben ni atarse los cordones.)


6) Y hablando de atarse los cordones, como valor casi elemental en la vida, me ato los cordones y después muevo el nudo hacia el costado interno de la pierna. (Eso lo descubrí de grande y nunca lo había advertido, hasta que me lo dijeron, y me parece re pulenta hacer eso.)

Listo, no se me ocurren más cosas. Sobre los valores que estoy en contra, la verdad no lo sé. No soy el indicado para decir en qué soy bueno y en qué no, así que no me tomen en serio. No creo llegar a tener seis valores positivos.

Le agradezco a Fernanda su mención tan cariñosa y la referencia que hace sobre mi persona, dejando en claro, casi como séptimo valor, que soy un bombón, o un churro, o que me parto al medio solo...y bueno, los símbolos sexuales somos así, pero debo aclararlo: no soy sólo una cara bonita. Los lindos también sufrimos y tenemos buenas ideas.

Consideración final: como ya he dicho alguna vez, no le paso este premio a nadie, ya que los premios no los comparto, y se lo dedico a todos los que me dijeron que nunca iba a llegar a ganar nada...giles.

martes, junio 03, 2008

SI CADA VEZ QUE VOY A ESTAR OCUPADO DEJO VIDEOS ASÍ, ME VOY A MANTENER OCUPADO SIEMPRE

¡Así los quería agarrar! ¡Desprevenidos y comiendo alfajores! Capaz que son alfajores de maizena...o un Guaymayen, que puede ser de chocolate, o también blanco, porque esos alfajores tienen esas dos variantes, y creo, ¡Y CREO!, que hay una tercer versión de frutas, pero no lo sé, porque no tuve tiempo de comprobarlo. Pero sea como sea, así los quería agarrar.

Debo pedir disculpas porque los últimos posts son breves y casi sin interés para el respetable público de N.S.N, pero en verdad estoy bastante ocupado en un proyecto artístico en el que me he enredado hace unos días y me lleva mucho tiempo, y trato de prestarle atención porque lo siento algo muy importante. Lo único que adelanto es que estoy escribiendo algo, pero algo distinto a lo que escribo habitualmente y ni siquiera pasará por estas publicaciones.

Como sea, para seguir manteniendo vivo este espacio único en la red, consagrado con el título "mejor blog de www.no-somosnada.blogspot.com" (aunque el galardón se hizo fácil de ganar ya que es el único blog de esa dirección) me decidí a llenar este espacio con videos.

En primer lugar una recopilación de escenas de una de mis sagas favoritas: "La Pantera Rosa", con uno de los mejores actores cómicos de todos los tiempos, Peter Sellers.

En segundo lugar, este video que encontré de casualidad en youtube de "La Venganza Será Terrible" en donde Alejandro Dolina, junto al Coco Silly y a Patricio Bartón hablan de algo muy cierto: la falta de la noción del dónde en Polonia, y los problemas que esto conlleva (es muy difícil vivir en Polonia, y este video es la prueba).

Para ser un reemplazo, tener a Peter Sellers y a Dolina, no está nada, nada mal.

Chau, los dejo con sus guaymayenes, y si no aparezco en días, no se preocupen...y si pasan más días, llamen a la policía.



domingo, junio 01, 2008

MÁS MÚSICA (SIENDO "LA VOZ" POR UN RATO)

Antes que nada un poco de demagogia: dedico esta canción a todas las mujeres que he querido (eso suma público).

Empiezo a motar que hay un estilo D'Onofrio al cantar, y no consiste justamente en cantar mal, si no que empiezo a demostrar que esta garganta se puede bancar performances difícil sin perder el tono y manteniendo elegancia.

Grabado hace unas horas en mi propio estudio (estoy aprendiendo mucho aun sobre grabación) la canción es un clásico. Aun no está mezclada ni masterizada, por eso es un poco desprolija, pero lo cierto es me gustó bastante como quedó y la comparto con ustedes (cuando esté pulida la volveré a subir, pero ya no tendrá la impronta de lo nuevo)

Creo que sería feliz cantando este repertorio en hoteles 5 estrellas.

"No vendo música, vendo estilo" (así decía el que cantaba este tema de Col Porter)